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Cuando el pasado se niega a quedarse enterrado, solo una investigadora puede sacar la verdad a la luz. Esta es la premisa de la que parte Sara, la mujer en las sombras, un thriller implacable que mezcla espionaje, secretos familiares y corrupción en el corazón de Nápoles que ha irrumpido con fuerza y sin hacer ruido en Netflix. Con una protagonista que se mueve entre la oscuridad y la justicia, esta serie italiana ya es una de las más vistas y aplaudidas del gigante de streaming, dejando claro que el misterio tiene rostro femenino.
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Esta ficción, basada en las novelas de Maurizio De Giovanni, gira en torno a una mujer marcada por una intensa historia llena de interrogantes. Tras la prematura muerte de su hijo Giorgio, Sara, exagente de los servicios secretos internos, se recluye en una soledad casi penitenciaria. Pero el dolor y la necesidad de respuestas la llevan a contactar con Teresa, su antigua amiga y colega, para pedirle un favor.
Sin embargo, nada es gratis ni sencillo: en un instante, la protagonista se ve atrapada de nuevo en su antigua vida. A pesar de querer dejar atrás ese mundo, sigue siendo la “mujer invisible”, la mejor en lo suyo y su talento sigue siendo indispensable. No tiene armas ni poderes especiales, pero posee un don excepcional: puede leer los labios. Y es precisamente a través de esta habilidad casi mística con la que logra ver lo que a los demás se les escapa.
Mientras descubre detalles sobre la vida de Giorgio, de la que se da cuenta que apenas sabía nada, se adentra en una investigación que la enfrenta a fantasmas y peligros del pasado. Mantener a raya ambos mundos, el personal y el profesional, será difícil y arriesgado. Pero es precisamente de esta manera como Sara vuelve a la vida y a hacer lo que mejor sabe: impartir justicia.
Teresa Saponangelo, gran estrella en Italia, da vida a la protagonista con una verdad y sensibilidad que logran traspasar la pantalla y alcanzar de lleno al espectador. La serie va mucho más allá del típico thriller policial: no presenta a una heroína convencional, sino a una mujer cansada, consciente y desilusionada, pero también con una gran fuerza interior y una profunda humanidad, lo que convierte a Sara en un personaje entrañable y realista. Su viaje no es solo una investigación, sino también una historia de duelo que se transforma en un camino hacia la justicia. Porque Sara no busca venganza, sino la verdad para poder encontrar, al fin, un poco de paz.
Por otro lado tenemos al personaje de Teresa, la amiga de la protagonista, interpretada por Claudia Gerini. Ambas actrices dan vida a dos mujeres llenas de defectos, pero precisamente eso es lo que engancha y las hace tan interesantes, en una trama que consigue mantener al espectador en vilo con ese velo de misterio que impregna la historia de principio a fin.
Además de las grandes interpretaciones, la ficción tiene un personaje inesperado: Nápoles. La ciudad no se muestra como el lugar colorido y lleno de vida que muchos imaginan, sino como un escenario íntimo y sombrío, con callejones desiertos y una atmósfera contenida. Los silencios, que hablan más que las palabras, y los espacios vacíos ayudan a construir ese clima de suspense y duelo que define la serie. De algún modo, la bella localidad italiana camina junto a la protagonista, compartiendo su melancolía y su búsqueda de respuestas. Un entorno que, sin robar protagonismo, marca el tono de la ficción.
Con solo seis episodios, Sara, la mujer en las sombras ha conseguido atrapar a miles de espectadores en tiempo récord y dar la campanada en Netflix. Su mezcla de intriga, suspense psicológico y una protagonista atípica ha convertido esta serie en uno de los thrillers sorpresa del año y en una de las series más comentadas del momento. Aún no hay confirmación oficial pero, dado su impacto, todo apunta a que podría tener una segunda temporada. De ser así, muchos ya esperan ver a la 'mujer invisible' de nuevo en acción.