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La disputa familiar entre Brooklyn Beckham y sus padres, David y Victoria, ha vuelto a ocupar titulares. Según han revelado medios británicos, la decisión del joven de 26 años de mudarse definitivamente a Los Ángeles con su mujer, Nicola Peltz, va más allá de una simple preferencia de residencia. Aunque fuentes cercanas aseguran que “Los Ángeles siempre se ha sentido como su hogar”, otros apuntan a un intento deliberado de crear distancia con la familia Beckham.
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Una mansión de 13 millones de euros
Brooklyn, que creció parcialmente en Estados Unidos durante la etapa de su padre como jugador del LA Galaxy, ha encontrado en la costa oeste el escenario perfecto para desarrollar su carrera como chef y apoyar la de Nicola como actriz. La pareja ha adquirido una mansión de 13 millones de euros, pero, según The Sun, la mayor parte de la propiedad estaría a nombre de ella. Ese detalle ha alimentado las sospechas de que Brooklyn podría estar “atrapado” tanto económica como emocionalmente, especialmente tras firmar un acuerdo prenupcial que protege la fortuna de los Peltz.
Beckham vs. Peltz
Una fuente citada por MailOnline afirma que la compra de la vivienda fue sufragada en parte con dinero del fondo fiduciario de Brooklyn, autorizado por Nelson Peltz, el multimillonario padre de Nicola. La pareja también habría aportado parte de sus propios ahorros, lo que ha generado fricciones con los Beckham. “David y Victoria no iban a darle millones de euros a su hijo para comprar una casa”, explica la fuente, recordando que siempre han defendido la importancia de inculcar a sus hijos el valor del dinero, a pesar de haber crecido en una vida privilegiada.
Desde el entorno de los Peltz, en cambio, aseguran que esperaban una contribución mayor de los Beckham, que poseen una fortuna estimada en 590 millones de euros. “Ven a Nicola como su niña de ojos”, y están decididos a que nunca le falte nada, algo que contrasta con la filosofía más austera de David y Victoria respecto a la independencia de sus hijos.
Una ausencia que duele
Las tensiones familiares se han intensificado en las últimas semanas, especialmente tras la ausencia de Brooklyn y Nicola en todas las celebraciones del 50º cumpleaños de David, que tuvieron lugar en Miami, Londres, París, los Cotswolds y Escocia. Tampoco hubo ninguna mención pública al Día del Padre por parte de Brooklyn, a pesar de que David compartió un emotivo mensaje en Instagram: “Siempre estaré aquí para ustedes, pase lo que pase”, escribió junto a fotos de sus cuatro hijos, incluido Brooklyn, a quien además dedicó un post especial con una imagen juntos acompañada del mensaje: “Te amo”.
La omisión fue especialmente llamativa teniendo en cuenta que el exfutbolista también celebraba recientemente su nombramiento como caballero por sus servicios al deporte y a la caridad, otro hito familiar que no fue comentado públicamente por su hijo mayor.
¿Un hijo atrapado o enamorado?
Mientras algunas fuentes aseguran que Brooklyn está “atrapado” en una vida dictada por las expectativas de la familia Peltz, desde el círculo más cercano a la pareja desmienten esa versión con contundencia. “Es decepcionante, y francamente absurdo, que alguien intente convertir su matrimonio en algo tóxico”, declararon a The Mirror. “Su relación se basa en el amor, el respeto y el compromiso.”
En medio del conflicto, también ha estallado una subtrama que implica a Kim Turnbull, exnovia de Romeo Beckham. Según DailyMail, Nicola se habría sentido incómoda con su presencia, y la joven se convirtió en “chivo expiatorio” de la tensión familiar. Kim negó rotundamente haber tenido algún vínculo romántico con Brooklyn y pidió que se la dejara al margen: “Nunca he estado involucrada románticamente en ninguna capacidad con la persona en cuestión. Solo fuimos amigos a los 16 años.”
Una distancia cada vez más ¿insalvable?
Los Beckham y los Peltz representan dos mundos distintos. David y Victoria han criado a sus hijos con valores de trabajo y esfuerzo. Los Peltz, en cambio, no escatiman en recursos cuando se trata de consentir a su hija. Esa diferencia, según fuentes citadas por The Sun, ha generado una “guerra silenciosa” entre ambas familias.
Por ahora, Brooklyn sigue afianzando su vida en Los Ángeles, mientras la distancia con sus padres parece más emocional que geográfica. Y aunque David insiste en que “siempre estará ahí”, las ausencias, los silencios y los gestos no dejan de indicar que las cosas, no están demasiado bien.