,type=downsize)
Ariadne Artiles está atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida tras la pérdida de su padre, Ángel Artiles. En pleno proceso de duelo, la modelo canaria ha querido compartir con sus seguidores una reflexión profundamente emotiva con el que ha querido mandar un poderoso mensaje. "Nada dura toda la vida ni siquiera el dolor más grande, me dijeron, y así lo espero", comienza diciendo.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
"Todo debe transformarse porque, si no, sería imposible seguir. Dejar ir y llorar cada sentimiento sin duda es la mejor de las terapias. Debemos echar todo fuera y vivir cada dolor como lo que es, cada duelo como tal y no renegar ni evitar ninguno de nuestros sentimientos", escribe Artiles, que invita a todos a que nunca subestimen el dolor ajeno: "El sufrimiento de cada uno es tan particular como individuos existen en el mundo. La empatía debería de ser nuestro principal mandamiento. No juzgues, nunca sabes donde te puedes encontrar mañana. La empatía es la llave del corazón".
Con estas palabras llenas de sensibilidad, aceptación y esperanza, Ariadne habla de cómo está afrontando la pérdida irreparable de su padre, permitiéndose la tristeza, pero abogando por el poder transformador del dolor y de respetar los tiempos que cada uno necesita para sanar. "Llora el tiempo que sea necesario. No permitas que más personas minimicen tu dolor", confiesa.
"Muchos pensarán que exageras, pero la realidad es que nadie puede entender lo que no le ha tocado vivir. Te dolió a ti, no a ellos, por eso le restan importancia. Llora, pero cuando estés preparado, seca tus lágrimas, levántate y comienza de nuevo. El dolor no se cura fácilmente, pero nada durará para siempre", concluye la top canaria.
En un post que ha sido muy aplaudido por sus seguidores y que ha recibido infinidad de mensajes de cariño, Ariadne Artiles ha alzado la voz para recordar que, incluso en la tristeza más profunda, hay espacio para la esperanza. Que el amor no termina con la muerte. Y que a veces, compartir el dolor puede ayudarte a sanar.
Hace unos días, la pareja de José María García Fraile, hijo del reconocido periodista deportivo José María García, reconocía que aún no se creía que su padre ya no estuviera y que le costaba encontrar las palabras para hablar de él. "No será una despedida sino un hasta siempre, papá, porque aquí estaré para honrar tu memoria y recordarle a tus nietas quién eres y lo que somos gracias a tí. Les diré que miren al cielo y te encontrarán en la estrella más grande 💫Te voy a echar mucho de menos papá ✨Te quiero, siempre, hasta el infinito y más allá", publicó.
Un emotivo adiós
"Para los que no lo conocieron, mi padre era un genio, un intelectual empedernido y, como tantos otros, se fue antes de tiempo. Fiel a sus principios y amigo de todos, aunque siempre tuvo debilidad por las personas vulnerables", decía Ariadne sobre su padre, al que definía como "un niño grande con un corazón gigante". "Era profesor de inglés y sacó la carrera de filología inglesa en la mitad de tiempo porque yo ya venía en camino y no había tiempo que perder. Sus alumnos lo adoraban, era un loco de la música, tocaba la guitarra, el piano, cantaba y le gustaba mucho bailar. A mi padre le encantaban los niños, siempre fue el preferido de sus sobrinos. También le gustaba cocinar y lo hacía muy bien, nos daba de comer cada día después del colegio, nos enseñó a jugar a las palas, a nadar, a montar en bici y, cuando se separó de mi madre, apareció con un 4x4 rosa para nosotras con el que nos iba a buscar al colegio cada día", relataba.
"Siempre me pareció el más guapo y, la verdad, es que era bastante ligón. Tenía muy buena técnica para el fútbol y para casi todos los deportes. Era especial. Incluso en sus últimos días yo veía su luz. Mi padre era único. Mi padre no era perfecto, pero era el mejor simplemente porque era mi padre. Yo tenía todas las esperanzas puestas, supongo que hay una parte de supervivencia en ello, pero la verdad es que siempre encontramos una salida a todo, superamos mil batallas y nunca me rendí ni me di por vencida hasta el último día. Me segué en que lo conseguiríamos, como otras tantas personas que lo consiguieron", recordaba emocionada.
"Mi padre se ha ido y duele mucho, pero que nadie pierda la esperanza porque también se puede salir adelante. Él no se quería ir porque sabía que aún nos hacía mucha falta. La esperanza es poderosa y, aunque no superamos el cáncer, se fue lleno de amor, con sus tres hijas abrazadas a él toda la noche en su cama, devolviéndole todo el amor que nos dio, cantando sus canciones con su banda sonora de fondo, su último concierto en vida. Sus sobrinos llegaron, sus hermanas, sus primas... al final se fue con el corazón lleno, que es lo único que le importaba a él. Me hubiera gustado más tiempo, pero en mejores condiciones, decirle más cosas, abrazarlo una vez más, otro abrir de ojos con esa mirada única sintiendo cómo nos quería, pero, como nos dijo el doctor, aunque pudiéramos estar alargándole la vida unas horas más hay un momento en el que ya no vale la pena sufrir y hay que ayudarles a irse con dignidad, sin dolor y confortables".
"Tengo la sensación de estar en otra vida, aún estoy desubicada, todo se siente diferente y cuesta entender que la vida siga sin más cuando nuestro mundo se ha parado por completo. Intentaré vivir con el recuerdo de tu alma pura, tus canciones, nuestros recuerdos y tu eterno humor. Nada me ha hecho más daño en esta vida que no poder salvarte de esta, papá, pero encontraré la manera de que no te vayas nunca y siempre serás el eterno abuelo de los perritos que tanto las quiso y ahora las cuidará desde arriba. Te vamos a echar mucho de menos, papá", terminó.