Ben Affleck está decidido a dejar atrás el último vestigio de su fallido matrimonio con Jennifer Lopez: su mega mansión de Beverly Hills. Según ha publicado el Daily Mail, el actor estaría dispuesto a asumir una importante pérdida económica con tal de vender cuanto antes la casa que compraron juntos por 56,5 millones de euros en mayo de 2023.
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"Solo quiere deshacerse de ella, es el único lazo que le une todavía a Jennifer", revela una fuente cercana citada por el medio británico.
La propiedad, bautizada como Crestview Manor, fue pensada como el nido definitivo de la pareja conocida como "Bennifer". Cuenta con 12 dormitorios, 24 baños, un penthouse de invitados de 5.000 pies cuadrados, casa de conserje, garita de vigilancia, garaje para 12 coches, parking para 80 vehículos y un sinfín de lujos: cancha de baloncesto y de pickleball, gimnasio, ring de boxeo, spa, bar y un salón deportivo. Sin embargo, lejos de ser un refugio de amor, la mansión ha terminado convirtiéndose en un símbolo de distanciamiento.
Tras formalizar su divorcio en enero de 2025, la casa ha sido fuente de fricción. Primero intentaron venderla de forma privada por 60,4 millones de euros. Al no conseguirlo, la sacaron al mercado en julio por 63,3 millones. A pesar de una oferta de 59,5 millones que no prosperó, el precio se redujo recientemente a 55,8 millones. Esto implicaría una pérdida de cerca de 800.000 euros, sin contar el elevado coste de las reformas y los gastos asociados. Según TMZ, el mantenimiento mensual de la propiedad supera los 264.000 euros y el seguro contra incendios podría costar al nuevo comprador más de 465.000 euros al año.
El mayor obstáculo para cerrar la venta parece no ser solo financiero, sino emocional. Mientras Affleck quiere cortar por lo sano, Jennifer Lopez estaría intentando recuperar el máximo posible. "Ben está dispuesto a asumir el golpe. Para él, perder un par de millones es un precio pequeño a pagar por cerrar ese capítulo", añade la fuente. En cambio, la artista estaría siendo más reticente: "Ella siente que él le debe algo y por eso insiste en no vender por debajo".
Además, la casa está sujeta al llamado "impuesto de mansiones" por estar ubicada en el área postal de Beverly Hills pero dentro del municipio de Los Ángeles. Solo por ese concepto, podrían perder más de 2,8 millones de euros adicionales. Según el agente inmobiliario Jason Oppenheim, conocido por el reality de Netflix Selling Sunset, la propiedad podría terminar vendiéndose entre 54 y 56,5 millones. "Hay muy pocos compradores para casas de esta magnitud. Y quienes pueden permitírselo, suelen esperar una rebaja", explicó.
Mientras tanto, ambos han rehecho sus vidas en nuevas residencias. Affleck compró en Pacific Palisades por 19 millones y Lopez, tras buscar discretamente, adquirió una mansión en Hidden Hills por unos 16,7 millones. Pero la venta de su antigua casa común sigue pendiente y se ha convertido, como señala Daily Mail, en "el último símbolo de su matrimonio". Un símbolo que Ben está deseando borrar, aunque le cueste millones.