No es lo más habitual que un bautizo se celebre un viernes por la tarde, pero Álvaro Castillejo Preysler y Cristina Fernández Torres no tuvieron más remedio que elegir el pasado viernes 30 de mayo, a las 16:30 horas, para que su hijo, Nicolás, de cinco meses, recibiera el Santo Sacramento. "Ha sido bastante complicado organizarlo, porque había que cuadrar la fecha con familiares, amigos… No, no es lo más normal un viernes por la tarde", reconocía el sobrino de Isabel Preysler a su llegada a la parroquia de Santa Gema, de Madrid. En este templo, que tiene un significado muy especial para Álvaro y su mujer, se ofició la ceremonia religiosa. "Aquí celebré mi comunión", nos explicaba Cristina, con su bebé en brazos. "También está relativamente cerca de casa", añadía Álvaro.
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Ni los sofocantes 33 grados que registraron los termómetros esa misma tarde empañaron este momento tan especial para el sobrino de Isabel Preysler y su mujer, que forma parte del gabinete de la Secretaría General del Partido Popular. "Imagínate, el primer niño y el primer bautizo… Es una experiencia nueva para los dos y lo estoy viviendo con muchísima ilusión", nos confesaba el orgulloso papá, mientras recibía a sus invitados.
No hubo más de 40 personas en la iglesia. Básicamente, porque Álvaro tiene repartida a su familia por todo el mundo: "Mi padre y mi hermano viven en Filipinas y tengo muchísima familia allí. También en Estados Unidos y en todos los lados", nos explicaba el empresario y encargado de marketing y relaciones públicas de Ayala Polo Club de Sotogrande, haciendo referencia a sus primos Chábeli, Julio Jr. y Enrique Iglesias —que viven en América— y Ana Boyer —en Catar—. "A las únicas que tengo aquí son mi prima Tamara y mi tía, que es lo más cercano a una madre para mí, ya que la mía, desgraciadamente, no está con nosotros".
"La ceremonia ha sido “súper”. Este niño es un santo", nos dijo Cristina sobre su bebé. "Todo ha sido monísimo. Qué bien se ha portado el niño", añadió Tamara
A pesar de todo, Álvaro no escogió ni a su prima Tamara ni a su tía Isabel como madrinas para el pequeño Nicolás. "Le dimos muchas vueltas… No sabía si elegir a algún familiar, pero, entre unas cosas y otras, ya están muy presentes. Por eso, elegimos a unos amigos nuestros. Por mi parte, Antonio Jimeno, que es íntimo desde los trece años. Mi mujer escogió a María Grandes, amiga de toda la vida y dueña de la tienda Umo Colección", nos explica el empresario.
La ceremonia religiosa fue oficiada por el padre Carlos Saldaña, que es un sacerdote un tanto inusual, tal y como comprobaron los asistentes del Festival Sonorama hace dos años, cuando se subió al escenario a tocar con el grupo de rock Green Silly Parrots. "Nos casó en Sotogrande. Es un poco el cura de la familia, porque bautizó al primero de los hijos de Ana (Boyer) y Fernando (Verdasco). También los casó a ellos en Mustique", nos dice Álvaro. "Allí lo conocimos y nos caímos superbién, así que nos dijo: “Me gustaría casaros y bautizar a vuestros hijos", recuerda Cristina. "Hasta entonces, nunca había pensado en un cura que fuese mío, pero le contesté: “Nunca se sabe”. Y aquí está ahora. No sabes la de malabares que ha hecho para venir desde Burgos, y luego se va a Valladolid", añadía la mujer de Álvaro.
Isabel y Tamara, 'coordinadas'
Isabel Preysler llegó la parroquia de Santa Gema en el mismo coche que Tamara e Íñigo Onieva. Mientras que la marquesa de Griñón optó por un vestido de su nueva colección para Pedro del Hierro en tonos cálidos, su madre se decantó por un traje de chaqueta y pantalón en color coral. "¿A que parece que nos hemos coordinado? Ha sido casualidad. Cuando la he visto, le he dicho: “Mami, me pegas perfectamente", nos decía Tamara entre risas. La aristócrata, muy devota, se arrodilló al entrar al templo, se besó la mano y, acto seguido, tocó el suelo para luego tomar asiento junto a su marido. Por su parte, Isabel se sentó en primera fila, con los suegros de su sobrino.
"Mi padre y mi hermano viven en Filipinas y tengo muchísima familia allí. También en Estados Unidos y en todos los lados", nos explicó Álvaro, que tampoco contó con muchos primos
Todos ellos fueron testigos de lo bien que se portó el pequeño Nicolás en la iglesia. El bebé no solo no lloró cuando recibió las aguas bautismales, sino que se quedó dormido a los pocos segundos. "Qué paz ha sentido nada más ser bautizado", recalcó el padre Carlos antes de acercar a Nicolás tanto a los padres de Cristina como a Isabel, quien besó cariñosamente al pequeño. Lo mismo hizo con Tamara, que se mostró muy cariñosa con el hijo de su primo.
Una vez terminada la ceremonia, Álvaro y Cristina estuvieron conversando con algunos familiares dentro de la parroquia. Mientras, Tamara e Íñigo hacían lo mismo con el padre Carlos Saldaña, frente a la reliquia de Santa Gema Galgani, a la que está dedicado el templo. "Es el corazón de Santa Gema", nos decía la marquesa.
En la puerta de la iglesia, Cristina nos compartía su felicidad: "La ceremonia ha sido “súper”. Es que este niño es un santo. En mi bautizo, me puse a llorar cuando me tocaron con el agua y no terminé hasta el día siguiente", nos decía la mujer de Álvaro Castillejo entre risas. "Ha sido muy bonita, muy emotiva", nos contaba Isabel Preysler. "Monísimo. Qué bien se ha portado el niño", añadía Tamara a HOLA!
—Tu hermana Ana no ha podido venir.
—Está en Doha. Pero los niños terminan el colegio dentro de nada. Menos mal, porque, a 40 grados que hace, ya me dirás…
—A tu llegada, hemos visto lo importante para ti que es entrar en una iglesia.
—¿Lo dices por la genuflexión? Sí (ríe). El bautismo también es fundamental.
"La única familia que tengo aquí son mi prima Tamara y mi tía, que es lo más cercano a una madre para mí, ya que la mía, desgraciadamente, no está con nosotros", nos confesó Álvaro
—¿Qué ha sido lo más emocionante?
—Todo ha sido muy mono, pero el bautismo.
—El propio cura ha dicho que el niño se ha quedado en paz en ese momento.
—Sí, es verdad. ¿Sabes que es el sacerdote que participa en festivales? En el Sonorama, un festival importantísimo de Burgos, con la asociación que lo organiza. Es muy moderno.
Celebración en el 'cielo' de Madrid
Al finalizar la ceremonia religiosa, Álvaro Castillo Preysler y Cristina Fernández invitaron a sus familiares y amigos a merendar en la terraza del Club Financiero, con el impresionante skyline de Madrid como telón de fondo. También estaba perfectamente decorado con flores de Ferini. Todo estaba tan bonito que pocos se atrevían a probar los cupcakes. "Una cosa tan especial no merece menos. Y este es un sitio perfecto", nos contaba Álvaro.
Íñigo Onieva habló con ¡HOLA! de su expansión empresarial y de la próxima apertura de unos exclusivos clubs: "Estamos con unos proyectos nuevos para finales del 2025"
Allí fueron llegando los invitados, mientras que los felices papás realizaban algunos posados para ¡HOLA! junto a su bebé, Isabel y Tamara. Sin embargo, debido al ardiente sol, la mayoría de los presentes optó por continuar la celebración dentro del edifico. Allí, pudimos ver la enorme complicidad que Isabel tiene con la suegra de Álvaro, Carmen Torres, con la que compartió gran parte de la velada. Por su parte, Íñigo Onieva nos explicaba lo bien que le van los negocios, ya que, después del restaurante Casa Salesas, se propone abrir unos exclusivos clubs en España. "Estamos con unos proyectos nuevos para finales del 2025", nos avanzó. De hecho, cuando le comentamos si planea la expansión internacional, el marido de Tamara se mostró de lo más enigmático: "Hay cositas, hay cositas".
Habla Álvaro
Por supuesto, ¡HOLA! también conversó con el feliz papá, que no podía ocultar su gran felicidad. "La ceremonia ha sido una maravilla. Me ha dado mucha alegría poder compartirlo con la gente que está en Madrid", nos confesó.
—¿Cómo has visto a tu tía Isabel y a Tamara?
—Están encantadas. Cada vez que Tamara ve al niño, se le cae la baba.
—¿Tu tía es una abuela más para tu hijo?
—Hombre, claro que es una abuela más. Toda la familia es superniñera.
—¿Cómo es Nicolás?
—Adorable. Es muy tranquilo y le encanta estar con gente. Que le cojan y le den besos es lo que más le gusta en el mundo. Además, duerme de maravilla: desde las diez de la noche, tras darle el biberón, hasta las ocho de la mañana.
—Cuando Cristina y tú presentasteis a vuestro hijo en ¡HOLA!, bromeabas con que era filipino.
—Del papá no tiene nada (ríe). Ha salido a la madre y al abuelo materno. Es curioso, porque la genética filipina es muy fuerte con nosotros y mis primos, pero se ha ido perdiendo.
"Nicolás es adorable. Es tranquilo, duerme bien y le encanta estar con gente. Que le cojan y le den besos es lo que más le gusta en el mundo", nos dijo Álvaro
—¿Cómo te ves como padre primerizo?
—Me encanta. Se me cae la baba con el niño. Dicen que nunca estás preparado para tener un hijo, pero las cosas van saliendo solas.
—En nada empezará a gatear.
—El 'tío' ya hace la croqueta. La pediatra no se lo cree, porque se da la vuelta y se medio sienta. Igual por lo grande que está, porque es como si Nicolás tuviera nueve meses y solo tiene cinco.
—¿Os planteáis tener más niños?
—Obviamente, nos gustaría tener otro… Una niña, pero aún no lo hemos decidido.
—Mucha gente te encuentra parecido con Julio Iglesias.
—Me han comparado con Julio padre, con Felipe González, con Rafael Nadal… Me han sacado muchos parecidos (ríe). Pero sí me sacan con Julio Iglesias y me hace mucha gracia, la verdad. Oye, a lo mejor tienen razón. Si tanta gente te lo dice, será por algo.
—¿Qué tienes tú de filipino?
—Creo que bastante. Tengo mucho arraigo a Filipinas y todo lo que tenga que ver con Filipinas. Me apasiona la comida, la cultura, las personas… Me considero muy filipino.