Renacer continúa consolidándose como uno de los grandes éxitos de la televisión turca y su impacto en España no se queda atrás. La serie, que en nuestro país emite Antena 3, ha conseguido enganchar a miles de espectadores que no se pierden ni un solo episodio de la historia de Bahar, una mujer que, tras una experiencia cercana a la muerte, decide luchar por sí misma y dar un giro radical a su vida.
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Detrás de este fenómeno está Demet Evgar, la actriz que da vida a la heroína de esta historia con una interpretación que ha sido alabada por crítica y público. Con una naturalidad apabullante, la intérprete ha conseguido que su personaje, con su fortaleza y sentido del humor, cale hondo y que muchas personas se identifiquen con su capacidad de superación, convirtiéndose en un ejemplo para muchos. Pero lo que para la audiencia parece fluir con facilidad en pantalla es, en realidad, fruto de una entrega total, un ritmo de trabajo muy exigente y una carga emocional tan intensa que terminaron por pasar factura a la protagonista y la obligaron a parar la grabación de la serie.
Todo sucedía durante el rodaje de la segunda temporada. Detrás de la eterna sonrisa y la energía que proyecta Bahar, Evgar comenzaba a mostrar señales de agotamiento físico y emocional, hasta el punto de estallar en frecuentes episodios de llanto en el set, algo que alarmó al resto de compañeros de producción. Esta crisis era el resultado del estrés acumulado y la presión constante. La intensidad y el ritmo frenético de grabación la llevaron a sentirse desbordada, obligándola a abandonar temporalmente las grabaciones para recuperarse, según informaba el medio turco Takvim el pasado mes de noviembre.
Aunque la actriz, de 45 años, no ha llegado a pronunciarse al respecto, esos episodios de vulnerabilidad en el rodaje no habrían sido solo por el volumen de trabajo sino también por la dificultad que Demet sentía al no poder dedicar a su hija el tiempo que desearía, a pesar de llevarla junto a ella al plató siempre que tenía oportunidad. La artista, que también es cantante, siempre ha dejado claro que la maternidad es una de sus prioridades y la carga emocional de estar alejada de su pequeña Mavi, de tres años, durante largas jornadas acabó minando su salud, tal y como aseguraban desde el citado medio tras haber hablado con el círculo cercano de la intérprete.
El diagnóstico que habría recibido Demet Evgar es el conocido como síndrome de burnout o de desgaste profesional, una condición que afecta a quienes están expuestos a un estrés crónico y prolongado en su entorno laboral. Este agotamiento no solo es físico, sino también emocional y mental y en el caso de la actriz se manifestó en síntomas que dificultaron su capacidad para mantener el ritmo intenso de trabajo que exigía la serie. No es la primera celebridad turca que lo sufre, la actriz Müjde Uzman, protagonista de Mundos opuestos, también lo padeció, en su caso llegaba incluso a abandonar la producción por este motivo.
Demet se ha dejado la piel en el rodaje de Renacer y no es la primera vez que su salud se ve afectada por darlo todo en el plató. Pocos meses antes, en junio de 2024, sufría una lesión muscular en la rodilla al rodar una escena complicada, lo que la obligaba a apoyarse en un bastón en el set por ver limitada su movilidad. Incluso tuvo que asistir a un evento público en silla de ruedas ante su imposibilidad de pasar mucho tiempo de pie, lo que generaba gran preocupación entre sus seguidores.
Ella, con la simpatía que la caracteriza, restaba importancia al asunto asegurando que se trataba de una "fatiga de primavera", un juego de palabras con Bahar, título de la serie en turco, que se traduce en español como el nombre de la estación más florida del año. Estos contratiempos físicos, sumados al desgaste emocional, evidencian el alto nivel de exigencia al que la actriz se enfrenta día a día, quien, pese a todos los contratiempos, siempre ha seguido al pie del cañón con la misma entrega y sin suspender ninguna grabación, una muestra de su compromiso con su profesión y su legión de fans.