En su palacio de Soria, construido en 1757 en la localidad de Quintana Redonda, Pilar González de Gregorio, conocida socialmente como Pilar Medina Sidonia, ha posado por primera vez con sus dos hijos: Pepe y Tomasito, de 46 y 33 años. El mayor es fruto de su primer matrimonio con Rafael Márquez y Osorio, conde de las Torres de Alcorrín y primo segundo de Pilar; mientras que Tomasito lo tuvo con su segundo marido, el empresario Tomás Terry. Pero, además de mostrarnos su palacio, Pilar también se ha sincerado sobre su madre ante ¡HOLA!
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La XXI duquesa de Medina Sidonia fue un personaje de lo más atípico. A pesar de ser nieta del presidente del Gobierno Antonio Maura y de pertenecer a una de las sagas aristocráticas con más historia de España –el título que ostentaba fue el primer ducado hereditario que concedió la Corona de Castilla en 1445–, Luisa Isabel Álvarez de Toledo se rebeló y luchó por sus ideales hasta su muerte, que tuvo lugar en 2008.
“Siempre digo que he respetado mucho a mi madre porque me pareció muy valiente lo que hizo. Independientemente de las convicciones e ideas, fue capaz de enfrentarse a lo establecido cuando tenía una situación muy cómoda. Podía haber tenido una vida muy fácil, pero no”, nos ha contado Pilar, su hija.
En 1967, casi cinco años después de separarse de el padre de sus hijos, la duquesa de Medina Sidonia fue detenida en Madrid por apoyar a los campesinos que se manifestaban por la contaminación ocasionada en sus tierras tras el accidente nuclear de Palomares.
Pese al importante peso de su familia, el Gobierno Franquista no tuvo miramientos y mantuvo encarcelada a Luisa Isabel hasta 1969. Poco después, la duquesa de Medina Sidonia se exilió a Francia y, gracias a eso, se libró de volver a la cárcel, porque las autoridades españoles emitieron otra sentencia condenatoria contra ella por la publicación del libro La Huelga.
Todos estos motivos no fueron los únicos por los que Luisa Isabel Álvarez de Toledo empezó a ser conocida como la duquesa roja, ya que apoyó la Revolución Cubana en 1965 y eso que perdió inmuebles y sus acciones en una de las principales empresas cerveceras del país caribeño. Sin embargo, a su hija no le convence demasiado que sea recordada con esa etiqueta. “Es que no es absolutamente exacto, pero lo tengo asumido. Es una etiqueta que funcionó y eso va a durar para siempre”, nos ha contado Pilar, completamente resignada.
¿Qué admiras de tu madre?
Su coherencia con sus ideas y estar dispuesta a pagar un precio, que fue a la cárcel y estuvo exiliada en Francia… Una persona que es capaz de pagar un gran coste por defender sus ideas y no sus intereses ya me merece respeto.
¿Siempre comprendiste su actitud?
No se le puede pedir a todo el mundo lo mismo. Eso sí lo aprendí yo. Estuve mucho con mis abuelos y bisabuela. Mi madre se casó muy joven, a lo mejor antes de saber qué era lo que quería en la vida. También puede que se casara y tuviera unos hijos, porque era como una obligación de entonces. Yo respeto a las personas y respeto sus elecciones. Todo el mundo no está preparado para lo mismo ni para vivir de la misma manera. Y eso hay que entenderlo.
¿Cómo era vuestra relación?
Durante muchos años, tuve una relación buena porque yo la sabía entender, pero no era una relación para nada convencional de madre e hija. En absoluto. Nunca lo fue.
Llamó mucho la atención que se casara con su secretaria poco antes de fallecer.
Eso sí que me extrañó, que sé que se casara en artículo mortis. Si ella hubiera querido hacerlo, tuvo varios años para casarse de otra manera…
¿Te refieres a casarse en plenas facultades?
No, de una manera más libre, más elegida. Es verdad que tuvo una larguísima relación con esta persona. Siempre entendí a mi madre y fui consciente de su vida desde muy joven. Pero que mi madre hiciera eso a su muerte y no lo hiciera antes, digamos en un momento más normal o con más libertad, no lo entiendo… A mi madre no la detenía el miedo al escándalo.
¿Dudas de su decisión de casarse?
No lo sé. Prefiero no entrar más ahí, pero siempre me llamó la atención.
¿Guardas relación alguna con Lilian?
No, la verdad que no he tenido relación.
Siendo escritora, ¿no te has planteado alguna vez escribir tus propias memorias?
Pero prefiero no hacerlo. Porque todo lo más importante, lo más divertido o lo más interesante son cosas que también pertenecen a otros y no me gusta apoderarme de lo ajeno. Para eso tengo un cierto pudor.
Hace gracia que digas que eres inmune al que dirán.
Ya lo voy siendo cada vez más. Mi madre, desde luego, lo era totalmente. En ciertas épocas de mi vida, quizá me ha importado más, pero ahora nada. Yo no me guío en absoluto por lo que vaya a decir la gente, sino por lo que yo quiero hacer o creo que está bien. En la vida, algunos siempre van a encontrar motivo de crítica y va a haber gente a la que le caigas mal.