Helen Lindes y Rudy Fernández© helenlindesgrif

El viaje romántico de Helen Lindes y Rudy Fernández a Abu Dabi: una escapada para dos

La pareja disfruta de unos días de desconexión entre arte, cultura y relax, aprovechando la Final Four y saboreando su nueva etapa como familia numerosa


25 de mayo de 2025 - 13:19 CEST

Tan solo unos meses después de dar la bienvenida a su tercera hija, Helen Lindes y Rudy Fernández han decidido hacer una pausa en su nueva rutina como familia numerosa para disfrutar de una escapada en pareja. El destino elegido ha sido Abu Dabi, una ciudad vibrante que les ha ofrecido el entorno ideal para reconectar, disfrutar del tiempo juntos y seguir celebrando el bonito momento personal que están viviendo. El motivo inicial del viaje ha sido la celebración de la Final Four de la Euroliga, una cita deportiva muy especial para Rudy, que, tras su retirada de las canchas el pasado verano, continúa ligado al baloncesto desde una nueva perspectiva. Sin embargo, este viaje ha ido mucho más allá del deporte, permitiéndoles disfrutar del uno del otro mientras descubrían algunos de los lugares más emblemáticos de la capital emiratí. 

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Helen Lindes y Rudy Fernández© helenlindesgrif
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Durante su estancia, Helen y Rudy han tenido la oportunidad de adentrarse en la riqueza cultural del emirato, visitando el espectacular museo del Louvre Abu Dhabi, una joya arquitectónica que alberga piezas artísticas de todos los tiempos. También han disfrutado de tranquilos paseos en barco y, como no podía ser de otra manera, han aprovechado para relajarse jugando al golf, una afición que ambos comparten. Entre visita y visita, se han dejado llevar por la belleza del entorno y el ritmo pausado del desierto, compartiendo imágenes que desprenden felicidad y serenidad.

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Conscientes de la intensidad que supone cuidar de tres pequeños en casa, Helen compartía con sus seguidores lo especial que ha sido esta escapada: “Hacía tiempo que no desconectábamos así en pareja. Obviamente no dejamos de pensar en nuestros peques que están en Madrid con la familia. Menos mal que gracias a las nuevas tecnologías parece que les tengas mucho más cerca”, confesaba con ternura.

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Y es que la familia se encuentra en un momento especialmente feliz. El pasado 30 de enero nació Anaís, la tercera hija del matrimonio, una niña muy deseada que ha llegado para completar un hogar lleno de amor y complicidad. “Bienvenida al mundo, pequeña. Ha nacido Anaís Fernández Lindes en un parto natural a las 9:45 de la mañana”, anunciaba Helen en sus redes sociales, añadiendo que tanto ella como la recién nacida se encontraban en perfecto estado. “Las dos estamos muy bien, recuperándonos de esta experiencia tan intensa y con muchas ganas de irnos a casa y empezar esta nueva etapa”.

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Con la llegada de Anaís, los pequeños Alan, de siete años, y Aura, de cinco, se han convertido en los hermanos mayores más entregados. La pareja siempre ha compartido su deseo de ampliar la familia, aunque no fue un camino inmediato. “Rudy y yo queríamos volver a ser padres y llevábamos dos años intentándolo. A partir de cierta edad, es mucho más complicado”, explicó sinceramente la modelo, que recientemente ha cumplido 43 años.

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La conexión entre Helen y Rudy sigue siendo uno de los pilares más sólidos de su historia juntos. Desde que se conocieron en 2011 y se casaron en 2015 en una inolvidable ceremonia en La Fortaleza de Mallorca, no han dejado de apoyarse en cada etapa. El pasado verano, el jugador balear se despidió del baloncesto profesional con unas palabras que emocionaron profundamente a su esposa y a todos los presentes: “Helen, gracias por tu apoyo sin fisuras, por todos tus sacrificios, tus desvelos, para que yo pudiera dedicarme al baloncesto. Te prometo que voy a intentar cuidarte como lo has hecho tú todos estos años”.

© @helenlindesgrif

Ahora, alejados por unos días del ritmo frenético de la vida familiar, Helen y Rudy han podido dedicar tiempo a su relación, en un destino que invita a la calma, la contemplación y el reencuentro. Una escapada breve pero intensa, que no solo les ha permitido descubrir nuevos paisajes y culturas, sino también reforzar ese vínculo que, una década después de su boda, sigue siendo tan fuerte como el primer día.

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