Así es el superyate de 500 millones de euros del Emir de Qatar: más largo que un campo de fútbol y con su propio cine
Con seis cubiertas, 18 camarotes y espacio para 36 invitados, el 'Al Lusail', considerado un auténtico palacio flotante, ha recalado en las costas mallorquinas
Frente a la sofisticada costa mallorquina de Andratx, entre yates de lujo y vistas de postal, hay una silueta que no pasa desapercibida. Imponente, elegante y desmesurado, el superyate 'Al Lusail', propiedad del Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, se ha convertido en la atracción náutica del momento. No es la primera vez que el ‘palacio flotante’ recala en aguas españolas —ya lo vimos surcando el Mediterráneo frente a Málaga y Barcelona—, pero su presencia nunca deja de causar asombro.
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Con 123 metros de eslora, una manga de 23 metros y un peso que ronda las 8.500 toneladas, el 'Al Lusail' es más largo que un campo de fútbol y figura entre los yates privados más grandes del mundo. Fue construido en 2017 por el prestigioso astillero alemán Lürssen, y su espectacular diseño exterior —con un perfil blanco, depurado y moderno— es obra del estudio londinense H2 Yacht Design, responsable también de sus enormes ventanales panorámicos y del concepto interior, que fusiona lo mejor de la estética árabe contemporánea con el confort occidental más avanzado.
El 'Al Lusail' no es solo grande: es un prodigio de la ingeniería naval y un compendio de lujo sin restricciones. En sus seis cubiertas, conectadas entre sí por un ascensor, pueden alojarse hasta 36 invitados, atendidos por una tripulación de 56 personas. Entre sus comodidades figuran varias piscinas, un gimnasio completamente equipado, una sala de cine privada, club de playa con barbacoa, salón de belleza, plataforma de baño extensible, iluminación subacuática y, por supuesto, un helipuerto gigante.
¿La joya de la corona? Un atrio central retráctil, diseñado para inundar de luz natural el corazón del barco, algo poco común incluso en este nivel de embarcaciones. Además, su garaje de 9 metros alberga lanchas auxiliares tipo limusina y una semirrígida para excursiones más discretas o traslados ultrarrápidos a la costa.
El regalo que hizo a Donald Trump
Tamim bin Hamad Al Thani, nacido en Doha en 1980 y educado en Reino Unido, no escatima cuando se trata de estilo de vida. Además de este yate, es dueño de un Boeing 747 privado —apodado ‘el palacio volador’— que recientemente regaló al presidente estadounidense Donald Trump, un gesto que ha dado la vuelta al mundo. Ambos símbolos de poder y opulencia han tenido como destino reciente Mallorca, una isla que el emir visita con frecuencia y donde ya ha aterrizado anteriormente en su jet personal.
Hijo del jeque Hamad bin Khalifa Al Thani y de la influyente jequesa Moza bint Nasser, el actual Emir de Qatar se graduó en la Real Academia Militar de Sandhurst en 1998. Desde entonces, ha consolidado su imagen de líder moderno, inversor global y amante de la excelencia —algo que se refleja con claridad en su barco.
El 'Al Lusail', que navega bajo bandera qatarí y cuenta con la certificación de Lloyd’s Register —la prestigiosa sociedad de clasificación marítima que avala los más altos estándares técnicos en construcción y operación naval—, encarna esa visión: un emblema de lujo sin complejos, tecnología de vanguardia y diseño a medida, siempre en equilibrio entre la discreción diplomática y el impacto visual. Porque el 'Al Lusail' no es solo un superyate: es la máxima expresión del lujo árabe contemporáneo, surcando con elegancia las aguas europeas