Comunicado urgente de Frank Cuesta tras la polémica por su cáncer y los animales del santuario© Santuario Libertad

Comunicado urgente de Frank Cuesta tras la polémica por su cáncer y los animales del santuario

El animalista rompe su silencio y admite que mintió sobre su enfermedad y la procedencia de los animales de su santuario


13 de mayo de 2025 - 12:11 CEST

Frank Cuesta ha protagonizado el que, probablemente, sea el giro más inesperado y demoledor de su carrera. A través de un vídeo en su canal de YouTube, el popular defensor de los animales ha confesado que durante años ha mentido sobre aspectos fundamentales de su vida y su trabajo. "He sido un personaje. Y poco a poco se me ha ido yendo de las manos por un grave problema de mitomanía y ego", asegura en el arranque del comunicado, visiblemente afectado. Una confesión que ha dejado completamente helados a sus seguidores.

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Frank Cuesta lanza un comunicado urgente tras la polémica por su cáncer y los animales del santuario© Santuario Libertad

"No tengo cáncer. Llevo años tratándome de una mielodisplasia, pero no es cáncer", afirma, desmintiendo por primera vez la enfermedad con la que hasta ahora se había identificado públicamente. También reconoce que "ni soy veterinario ni herpetólogo", pese a haber sido considerado durante años una autoridad en el cuidado de especies salvajes. Y lo más devastador: admite que todos los animales del Santuario Libertad, su gran proyecto vital, “han sido comprados” y que “nunca ha rescatado animales”. “Ha sido todo parte de un show”, sentencia.

© cuestafrank

El animalista que emocionó a una generación

Frank Cuesta fue durante años el aventurero más popular de la televisión española. Su programa Frank de la Jungla, estrenado en 2010 en Cuatro, convirtió a este leonés irreverente y apasionado en una estrella mediática. Con su inseparable cámara —el fallecido Santi Trancho— y un estilo sin filtros, logró acercar a millones de personas a una causa justa: la defensa de los animales.

Tras abandonar el tenis profesional, recorrió Asia y América Latina denunciando el tráfico ilegal de fauna. Su mensaje era simple pero poderoso: amar a los animales es protegerlos. En ese camino nació el Santuario Libertad, un complejo a las afueras de Bangkok donde —según decía— rescataba animales y les ofrecía una segunda oportunidad. Hoy, ese santuario ya no es símbolo de esperanza, sino epicentro de la controversia.

La caída del mito

El último año ha sido especialmente convulso. Frank Cuesta ha estado en el centro de varias polémicas: filtraciones de audios donde hablaba de envenenar perros, presuntas irregularidades en el santuario, denuncias por maltrato animal e incluso una detención en Tailandia por posesión de especies protegidas sin documentación. A todo esto se sumó una guerra pública con su excolaborador y amigo, Chi, quien ha sido clave en la crisis de imagen que vive el animalista.

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Chi, que ha filtrado conversaciones privadas con Frank y lo ha acusado de múltiples irregularidades, exigió recientemente a Cuesta que grabara un vídeo reconociendo una larga lista de hechos —algunos ciertos, otros discutibles— a cambio de retirar las denuncias interpuestas. Frank ha cumplido y, en su último vídeo, lee uno a uno los puntos de un guion que parece dictado por su antiguo compañero: se disculpa, asume responsabilidades, niega su historial médico y desmantela todo lo que durante años fue su carta de presentación.

© Departamento de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación de Plantas

El pasado a revisión: mentiras, enfermedad y contradicciones

Entre las revelaciones más impactantes está la desmentida de su enfermedad. Durante años aseguró que padecía leucemia. Ahora, explica que en realidad sufre una mielodisplasia, una afección grave de la médula ósea, pero no terminal. También desmiente su supuesta formación especializada: “Tengo conocimientos que no son básicos sobre animales, pero tampoco son profesionales”.

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En cuanto al santuario, lo redefine como una “granja de animales” y asegura que “nunca” ha hecho rescates, pese a que en programas como Wild Frank o Callejeros Viajeros se le vio liberando serpientes o ayudando en situaciones de emergencia. Admite también que la muerte de varios animales fue fruto de su “propia negligencia”.

Chi, denuncias cruzadas y una disculpa que suena a rendición

La presión de Chi, quien ha permanecido en el anonimato pero ha sido implacable en sus ataques, ha tenido un peso determinante en la confesión. En los audios que filtró, se le oye pidiendo a Frank que asuma públicamente determinadas “verdades” para que cese la guerra legal y mediática. En su vídeo, Frank reconoce que habló mal de él por celos profesionales y miedo a la competencia, y niega que Chi tuviera relación alguna con su detención o con las finanzas del santuario.

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Sobre su arresto, explica que fue fruto de una denuncia anónima de una ciudadana tailandesa, y que en efecto tenía animales sin los papeles requeridos. Nada de complots, asegura. Sólo errores, exceso de ego y decisiones mal tomadas.

¿El final de un personaje?

Frank Cuesta termina su comunicado con una frase demoledora: “Asumo mi responsabilidad de haber engañado a todos y pido disculpas por haberme aprovechado de tanta gente”. Lo que parecía una carrera construida sobre autenticidad, ahora se revela como el resultado de un personaje que ha terminado devorando a la persona.

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En apenas tres minutos de vídeo, ha destruido la base de su imagen pública: la credibilidad. El defensor de animales que emocionó a toda una generación se enfrenta ahora al juicio más duro: el de sus propios seguidores.

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