Con una carrera marcada por su originalidad, compromiso social y valentía artística, Jill Sobule ha dicho adiós de forma inesperada. La artista, que revolucionó la música pop en los años 90 con su icónico tema I Kissed a Girl, falleció a los 66 años tras un incendio en su residencia de Minneapolis, según confirmó su representante.
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Sobule tenía previsto ofrecer un concierto en Denver el día después del incendio. En lugar del evento, el teatro organizó un encuentro informal para rendirle homenaje. “Jill era parte de nuestra familia. Nos deja su música, su alegría y su incansable voluntad de cambiar el mundo canción a canción”. “Jill Sobule fue una fuerza de la naturaleza y una defensora incansable de los derechos humanos, cuya música está tejida en nuestra cultura”, expresó con emoción su mánager, John Porter, quien también quiso destacar su vínculo personal con la artista: “Perdí a una clienta y a una amiga. Espero que su música, su memoria y su legado sigan inspirando a muchos”.
En 1995, Jill rompía moldes con una canción que no solo se convirtió en un éxito, sino también en una declaración de intenciones. I Kissed a Girl fue la primera canción abiertamente lésbica que alcanzó el Top 20 del Billboard, abriendo camino a toda una generación de artistas queer que, años más tarde, seguirían sus pasos con más libertad y visibilidad. Esa canción, junto a Supermodel, incluida en la banda sonora de la película Clueless, marcaron a toda una generación. Como apuntaba Sarah Thyre, quien compartió varios proyectos con Sobule, “su canción I Kissed a Girl abrió las puertas para muchos. Era generosa, juguetona, sincera y muy, muy talentosa”.
Una carrera marcada por el compromiso
A lo largo de sus más de tres décadas de trayectoria, Sobule lanzó doce discos, se implicó en causas como el derecho al aborto o la defensa de colectivos marginados, y escribió canciones que hablaban con franqueza de temas como la depresión, los trastornos alimenticios o su identidad sexual. “Jill no era solo una artista brillante, era familia”, escribió su abogado y amigo Ken Hertz. “Estuvo presente en todos los nacimientos, cumpleaños y celebraciones. Incluso actuó en la boda de mi hija”.
“Este golpe duele”, confesó la actriz Margaret Cho en sus redes sociales. “Estoy en shock y no puedo procesarlo. #restinpower”. La propia Jill hablaba con honestidad sobre cómo su identidad fue cuestionada tras el éxito: “Había una parte de mí que quería decir que era bisexual, pero no quería entrar en eso. Era un debate constante: algunos decían que era una lesbiana que no se atrevía a salir del armario, otros que solo era una mujer heterosexual aprovechándose de una moda. No podías ganar”, reconoció en una entrevista con The New York Times en 2002.
Un legado que trasciende la música
Más allá de los escenarios, Jill se convirtió en una narradora de historias con su musical autobiográfico Fck 7th Grade, nominado a los Drama Desk Awards, donde reflexionaba sobre la adolescencia y la construcción de la identidad. “Tu cuerpo va por delante de tu mente, es un asunto hormonal. Lo llaman la brecha de confianza. Es como si nunca volvieras a sentir que ese cuerpo es realmente tuyo”, explicaba en una entrevista a Playbill en 2023. Su última aparición pública tuvo lugar hace solo unos días, durante una gira con la banda The Fixx, con quienes compartió escenario antes de su inesperado fallecimiento. “Estamos devastados. Jill acababa de terminar una gira con nosotros… estaba llena de vida y talento. Nuestro corazón está roto”, escribía la banda en un comunicado.
Hoy, la industria de la música y sus seguidores la despiden con gratitud, sabiendo que su voz, su autenticidad y su legado seguirán vivos en cada verso que compuso. Como ella misma dijo una vez: “La música, cuando es honesta, puede hacer que el mundo se sienta un poco menos solo”.