Miguel Soto y Eugénie de Clauzade: así ha sido la boda de la jet-set española en un ‘palazzo’ de Florencia

La boda del nieto del duque de Arión, buen amigo del rey Juan Carlos, reunió a algunos miembros de la élite española, como Ana Patricia Botín, en la ciudad italiana

Miguel Soto y Eugenie de Clauzade, el día de su boda.

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Florencia acogió el pasado fin de semana una de las últimas grandes bodas de 2021, uno de los años más agitados en cuestiones nupciales. La jet set española viajó hasta la ciudad italiana, cuna del arte y repleta de bellos palacios, estatuas, y plazas, tras recibir la invitación de la artista Marina Fernández de Córdoba, marquesa de Mancera y Bay, hija del fallecido duque de Arión y la princesa Beatriz de Hohenlohe-Langenburg y, por tanto, sobrina de Alfonso de Hohenlohe, inventor de Marbella. La aristócrata casaba a uno de sus dos hijos, Miguel, nacido de su matrimonio con Jaime de Soto López-Dóriga.

El joven reunió a lo más granado de la sociedad en su enlace con Eugénie de Clauzade, descendiente de una distinguida familia militar francesa que cuenta, entre una de sus antepasadas, con la emperatriz española Eugenia de Montijo. La novia, experta en finanzas, deslumbró con un romántico vestido y la espectacular tiara familiar de los Hohenlohe. Una auténtica joya que también lució en su enlace una de las miembros más famosas de esta saga: Anna Gamazo. La financiera y una de las coleccionistas de arte más importantes de España decoró su cabeza el día de su boda con Juan Abelló con la misma corona de oro y perlas en forma de pera que el pasado fin de semana llevó Eugénie.

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Hubertus Hohenlohe con su mujer, Simona Gandolfi.©@hubertushohenlohe
Hubertus Hohenlohe con su mujer, Simona Gandolfi.

El menú fue servido por Galateo y se celebró en uno de los increíbles palacios de la ciudad: el Palazzo Gondi, construido por Giuliano da Sangallo, el arquitecto favorito del gran mecenas Lorenzo de Médici ‘El Magnífico’ y desde donde se obtiene una de las vistas más espectaculares de la cúpula de Brunelleschi, símbolo de Florencia. Entre los invitados se encontraban familiares del novio, como su tío, Joaquín Fernández de Córdoba, su tío y actual duque de Arión; su tío segundo, Hubertus de Hohenlohe, acompañado por su esposa, Simona, o Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander y buena amiga de la familia. Las conexiones de la familia Fernández de Córdoba con la élite española no son extrañas.

Ana Botín de boda en Florencia©@simogandolfivonhohenlohe
Ana Patricia Botín, en el centro de la imagen, presidenta del Banco Santander y buena amiga de la familia tampoco quiso perderse el enlace.

Gonzalo Alfonso Fernández de Córdoba y Larios, abuelo materno del novio, fallecido en 2013, fue uno de los más destacados aristócratas del siglo XX. Fue íntimo amigo del rey Juan Carlos, con el que le gustaba navegar, y en su castillo de Malpica de Tajo (Toledo), muy cerca de la finca de su primo Carlos Falcó, recibió a lo más granado de la sociedad española. Casado en primeras nupcias con la princesa Beatriz de Hohenlohe-Langenburg, hay quien dice que propició el encuentro entre la duquesa de Alba y su segundo marido, Jesús Aguirre, quienes terminarían casándose.

Miguel Soto es el segundo Hohenlohe en casarse este año, tras la boda de su familiar lejano, Marco Juncadella Hohenlohe, con la influencer Lucía Bárcena, el pasado verano. Curiosamente, este año se celebra el centenario del primer enlace de la rama española de esta vasta familia de orígenes alemanes en nuestro país. El príncipe alemán Max von und zu Hohenlohe-Langenburg recaló en Madrid tras conocer en Viena a Piedita Iturbe, marquesa de Belvís de las Navas. Él, político y empresario, era heredero de una de las dinastías principescas más ricas y poderosas de Europa. Ella, hija de la duquesa de Parcent, última aristócrata española con influencia internacional: se puso de largo en Buckingham Palace y fue retratada por grandes artistas como László o Madrazo. Su enlace fue el mayor acontecimiento social de ese año. El matrimonio formaba parte de la corte de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. De hecho, el monarca apadrinó al segundo de sus seis hijos, Alfonso de Hohenlohe, el conocido promotor de Marbella, que se llamaba así en su honor. La saga continúa.


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