“Estos meses de pandemia han puesto de manifiesto la importancia de la familia y la solidaridad”. Así lo ha remarcado Tamara Falcó, que ha amadrinado el libro Familia sin filtros. 15 preguntas para 15 mujeres, una iniciativa de la Fundación CEU que recoge emotivas historias familiares. Los beneficios de la publicación irán destinados a la investigación del cáncer infantil, a través de El Sueño De Vicky, fundación que preside Laura García Marcos, quien perdió a su hija Victoria por dicha enfermedad.

En el acto de presentación, Tamara dedicó unas sentidas palabras a dos pilares fundamentales para ella: su abuela materna, Beatriz Arrastia, de noventa y ocho años, y su añorado padre. “La madre de mi madre era una mujer de campo que se fue a Filipinas y se enamoró locamente de mi abuelo. Vivió la Segunda Guerra Mundial y tuvo seis hijos, pero lo que destaco de ella es esa fe y ese amor inquebrantable. Gracias a sus oraciones y su perseverancia, tuve la suerte de convertirme”, confesó sobre su abuela, a la que llaman Beba, cariñosamente, en casa. La marquesa de Griñón también se mostró visiblemente emocionada al recordar a Carlos Falcó, fallecido en marzo del año pasado, por coronavirus. “Perdí a mi padre en las primeras semanas de la pandemia. Ha sido una situación horrorosa, pero también soy una mujer luchadora”, confesó.

La importancia de la familia es algo que Tamara comparte con su novio, Íñigo Onieva. “La suya es maravillosa... ¡Y la mía también!”, declaró, entre risas, antes de apuntar la presión mediática que aguanta él. “Algunas amigas me dijeron que iba a salir pitando a la velocidad de la luz —ríe—. Pero, por ahora, lo ha llevado muy bien, que no es fácil”, confesó la marquesa de Griñón. Aunque se muestra muy feliz con la relación, de momento, Tamara no piensa en mudarse juntos ni en boda: “Poquito a poco. Levamos desde septiembre, nos estamos conociendo aún. Pero estoy supercontenta, la verdad”.