Rocío Carrasco desvela las palabras de su hija con las que supo que 'todo había cambiado'
Así lo relata ella misma en su docuserie, que esta semana abordará la muerte de su madre
Rocío Carrasco continúa rememorando los episodios más importantes que han marcado su vida, haciendo parada esta vez en un año trascendental y especialmente doloroso para ella. Fue hace casi 15 años, concretamente el 1 de junio de 2006, cuando se conocía la muerte de Rocío Jurado. "Todo el mundo lloraba a la artista, pero yo lloraba a mi madre", expresa su hija envuelta en un mar de lágrimas durante uno de los pasajes de su serie documental. En el avance del próximo capítulo que veremos este miércoles, titulado Algo se me fue contigo, Rocío Carrasco comtempla las imágenes de cómo fueron aquellos días tan tristes y de emociones tan fuertes. Recordará cómo la gente se volcó por completo en homenajear a La más grande, fallecida a causa de un cáncer de páncreas que le había sido diagnosticado tiempo atrás y por el que nada se pudo hacer.
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Una pérdida difícil de asimilar para Rocío Carrasco, tal y como ella misma explica: "Se iba el otro trozo que me quedaba", confiesa. En otro de los fragmentos, la entrevistada cuenta que por aquel entonces "llevaba cuatro meses sin ver a mis hijos", por lo que deseaba que se los trajeran cuanto antes. Sin embargo, en el momento del encuentro con ellos, hubo una pregunta que llamó poderosamente su atención: "De repente veo que llega Rocío, que en ese momento tenía nueve años", relata. "Se quedó mirándome y me dijo: mamá, ¿ahora qué va a pasar con las casas de Miami?", cuenta con un suspiro en alusión a las residencias de lujo que poseía Rocío Jurado en la ciudad costera de EE.UU. "En ese momento, yo supe que todo había cambiado", dice a continuación Rocío Carrasco en el siguiente plano secuencia del capítulo 7.
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Según contó ¡HOLA! en su crónica de aquella época, Rocío Jurado falleció a las cinco y cuarto de la madrugada en su domicilio de Madrid, tranquila y rodeada por sus seres queridos, como ella siempre quiso. La cantante tenía sesenta y un años y desde el verano del 2004 se enfrentaba a la misma enfermedad por la que murió su madre, Rosario Jurado. Su hermano y representante, Amador Mohedano, fue quién dio la trágica noticia a los periodistas que aguardaban a la puerta del chalé de La Moraleja donde vivía la aclamada y querida artista junto a su marido, el torero José Ortega Cano. El tío de Rocío Carrasco, vestido de negro, aparecía sereno, conteniendo la emoción y ejercía de portavoz de la familia. La capilla ardiente se instalaría en el centro cultural de la Villa de Madrid y después se trasladaría a Chipiona, donde la inolvidable intérprete fue enterrada.
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