© Cortesía de Carlos Arturo Zapata Carlos Arturo Zapata

Entrevista con Carlos Arturo Zapata, diseñador de Rocío Jurado y testigo de muchos de los acontecimientos que se narran en la docuserie de Rocío Carrasco

Amigo personal de la familia, creador de los trajes más icónicos de ‘la Más Grande’, también fue el primero que subió a Rociíto a la pasarela

“Si Rocío Jurado estuviera entre nosotros, nada de esto estaría pasando”, sentencia Carlos Arturo Zapata, amigo de la familia desde hace décadas, y con el que varios medios han intentado ponerse en contacto para obtener su testimonio. El diseñador es autor de los trajes más icónicos de “‘la más grande’, para la que hizo el vestuario completo de su gira Como las alas al viento, o los dos trajes de novia de su boda con José Ortega Cano. También fue el primero que subió a una pasarela a una casi adolescente Rocío Carrasco.

©Cortesía de Carlos Arturo Zapata
El diseñador colombiano-español junto a la muñeca Barbie, vestida con una de sus creaciones para Rocío Jurado.

Colombiano de nacimiento, Carlos Arturo tiene también la nacionalidad española y siente España como su segunda casa. Aquí ha vivido durante casi veinte años y aquí ha vestido a algunas de las mujeres más relevantes de la crónica social, entre ellas, la baronesa Thyssen, Paloma Cuevas, Beatriz de Orleans, Mayte Spínola, la marquesa de San Eduardo, Yolanda Font, Victoria Vera, Naty Abascal, Sara Baras, Carmen Lomana, la princesa de Albania, Gunilla von Bismarck... A Mar Flores le hizo el traje de su primera boda con Carlo Constanza di Castiglione y a Raquel Rodríguez, Miss España 1994, también la vistió de novia el día de enlace con Gorka Arrinda.

De la esfera internacional, entre las clientas del modista figuran varias Miss Universo, primeras damas de Colombia, varias princesas de los países árabes, Jennifer López, Maya Swarovski, Ivanna Trump -primera esposa del ex presidente Donald Trump-.

Fue a principios de los noventa cuando Carlos Arturo conoció personalmente a su admirada Rocío Jurado y entró a formar parte del círculo más íntimo de su musa. Testigo directo de muchos de los acontecimientos que están viendo la luz en la docuserie de Rocío Carrasco, su testimonio tiene especial relevancia en estos días.

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Carlos Arturo Zapata junto a Rocío Jurado, vestida con uno de los trajes que le hizo para la presentación de Como las alas al viento.

–Carlos Arturo, ya eras un diseñador reconocido cuando conociste a Rocío Jurado. ¿Se puede decir que ella fue tu madrina, la que te introdujo en la sociedad española?

–Efectivamente, cuando conocí a Rocío Jurado le dije que yo estaba preparando mi lanzamiento en Madrid con un desfile en el hotel Ritz. Ella me dijo: “Hazlo y yo seré tu madrina”. También me pidió que le hiciera unos diseños para el lanzamiento de su nuevo disco, Como las alas al viento , y recuerdo como si fuera hoy, como uno de los más sublimes momentos de mi vida, que me cantó a capella esa maravillosa plegaria. Es ahí cuando empezó una de las experiencias más maravillosas de mi vida personal y profesional, poder vestir a mi ídolo, con la que siempre soñé y que, como un milagro, había llegado a mi vida. Desde luego, entré en España por la puerta grande.

“Para Rocío Jurado su hija era la niña de sus ojos, un amor infinito… Ella quería lo que su hija quisiera”

–¿Cómo os conocisteis?

El 25 de diciembre de 1992. Ella había llegado a Cali acompañando a José Ortega Cano para la temporada taurina. Una amiga me pidió que la acompañara a saludar al matador, pero yo no sabía que Rocío Jurado también estaba en Cali. Cuál fue mi sorpresa cuando llamamos a la puerta de la suite y quien abre es mi gran ídolo, la mismísima Rocío Jurado. Me quedé impactado. Ella estaba guapísima y, muy amable, nos invitó a pasar pero se fueron a la habitación y yo me quedé en el salón, de pie, esperando. Al instante salió ella y me dijo: “Me han dicho que eres un gran modisto y a mí me encanta la Moda...”. Yo la tomé de las manos y le contesté: “Rocío, tu voz es lo más bello que hay en el Universo, que Dios te bendiga”. Ella se llevó sus dedos a sus labios, los besó y me los puso en los míos... y tomados de las manos nos sentamos a hablar y me pidió que le llevara a mostrarle mi colección. Por supuesto se enamoró de varias prendas, se las quedó y durante esos días compartimos muchos momentos. Después viajé a España con todo el vestuario que me encargó para el lanzamiento del disco Como las alas al viento.

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Carlos Arturo conoció personalmente a su admirada Rocío Jurado y entró a formar parte del círculo más íntimo.

–De la admiración pasaste a ser uno de sus mejores amigos. ¿Cómo era vuestra relación?

–¡Era mágica! Estoy seguro que los dos estábamos destinados a encontrarnos en esta vida. Rocío era una persona muy intuitiva y con gran sensibilidad, todo lo que quería a su alrededor era sentir amor y su trabajo era sagrado. Para mí también lo era: yo estaba rozando el cielo viendo mis creaciones cobrar vida en el cuerpo de Rocío y mis vestidos estaban impregnados de mucha energía. Ella eso lo sentía... a parte de que le favorecían.

Hay que tener en cuenta que ella me descubre en Colombia y confía en mí para ese vestuario tan importante sin tener una segunda opción. Por supuesto, su entorno estaba preocupado porque no sabían con qué me presentaría. Pero superé las expectativas, eso hizo que cada día nuestra relación se fortaleciera y llegamos a tenernos un gran afecto y confianza, hasta el punto de encargarme que le hiciera su vestido de novia. Siempre me puso en un lugar importante y yo sentí el afecto y respeto de toda su familia.

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Carlos Arturo, dando los último retoques al vestido de novia de Rocío, el día de su boda con Ortega Cano.

–¿Cuántos trajes llegaste a hacer a Rocío?

–Muchos, la verdad no sabría decir la cantidad exacta, porque a parte de los que usaba para las galas, que nunca repetía, a ella le gustaba que la sorprendiera con creaciones nuevas. También le hice muchos vestidos para asistir a bodas y celebraciones, así como trajes de chaqueta, sin contar los de su boda que fueron tres: el que lució en la ceremonia, otro que se cambió para la fiesta y uno que era una opción por si el clima estaba muy frío.

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A la izquierda, junto a José Ortega Cano el día de su boda. A la derecha, Rocío, con el segundo vestido que Carlos Arturo le hizo para la boda. Aunque ya era novia de Antonio David Flores, y estaba presente, el diseñador fue quien ejerció de acompañante la hija de Rocío Jurado

–¿Sabes dónde están hoy todos esos trajes?

–Sí, tuve la oportunidad de realizar una visita privada al Museo de Chipiona, que es una maravilla, lástima que no se haya podido abrir. Allí los tienen clasificados y registrados por un notario en una cámara climatizada. Yo pude entrar en esa cámara y descubrir varios de mis vestidos pero especialmente uno que me causó gran emoción que fue el primero que lució en el lanzamiento del disco Como las alas al viento, en terciopelo negro con volantes de organdí blanco alrededor del escote.

“Invité a Rocío Carrasco a participar en el desfile del Ritz, era mi lanzamiento en Madrid. Me ocupé de que diera unas clases de pasarela en la Academia de Sara Sánchez y así fue como ella debutó al lado de las más importantes del momento”Desfile

–En aquellos años, además, organizaste un gran desfile en el Ritz de Madrid, en el que junto a las tops del momento, también desfiló Rocío Carrasco. ¿Fue como su debut en la pasarela?

–Sí, efectivamente, fue mi lanzamiento en Madrid. Le pregunté a Rocío Carrasco si le gustaría desfilar y por supuesto que le hizo mucha ilusión. Entonces me ocupé de que tomara unas clases de pasarela en la Academia de Sara Sánchez. Así fue como ella debutó al lado de las más importantes top models del momento como Mar Flores, Remedios Cervantes, Juncal Rivero, Paola Domínguin, Mabel Lozano y Paloma Lago, entre otras. Desde luego, para la prensa el gran atractivo era la presencia de Rocío Carrasco.

©Archivo HOLA
Rocío debutó por primera vez en serio en la pasarela en el desfile que Carlos Arturo Zapata organizó en el Ritz de Madrid. En la imagen, junto a Juncal Rivero.




–Después, hizo varias pasarelas menos relevantes, pero ¿sabes si ella quería dedicarse en serio a la moda?

–No creo. Ella solo se estaba divirtiendo y sabía que era un reclamo para la prensa . También sabía que el mundo del modelaje profesional requiere más sacrificio.

–¿Rocío quería que su hija fuera modelo?

–Rocío Jurado quería lo que su hija quisiera.

–¿Cómo era Rocío madre con su hija?

–Era la niña de sus ojos, un amor infinito...

–En la boda de Rocío y José Ortega Cano, además de los vestidos de la novia, hiciste los vestidos de las damas de honor y los pajes, y creo que algún traje más… ¿Cómo viviste tú aquella experiencia?

–Sí (ríe). Esa boda fue una colección completa, como una gran pasarela, porque vestí a toda la familia de Rocío y de José, además de los testigos y algunos invitados, y con todos los complementos, como tocados y zapatos. A Rocío Carrasco también le diseñé el segundo vestido que lució en la fiesta, un tailleur azul cielo y una pamela del mismo color.

©Cortesía de Carlos Arturo Zapata
Carlos Arturo contempla uno de sus vestidos, durante la visita privada que hizo al Museo de Rocío Jurado en Chipiona

–Ya en ese momento Rocío era novia de Antonio David. Después estuviste en su boda. ¿Se les veía una pareja feliz?

–Sí, cuando se casaron Rocío y José, ellos ya eran novios y se les veía muy ilusionados. También estuve en su boda, en la Yerbabuena, que fue un gran festejo.

–¿Has podido ver alguno de los capítulos de Rocío, contar la verdad para seguir viva ? ¿Qué opinas de todo lo que se está revelando?

–Prefiero guardar silencio. Por el gran cariño y el respeto que siento por Rocío Jurado.

–Si Rocío siguiera entre nosotros, ¿cómo crees que viviría todos los acontecimientos que rodean ahora a su familia?

–Si Rocío estuviera entre nosotros nada de esto pasaría.

“No creo que quisiera dedicarse en serio a la moda. Sólo se estaba divirtiendo y sabía el mundo del modelaje profesional requiere más sacrificio”

–Durante un tiempo, España se convirtió en tu casa. ¿Cuántos años estuviste viviendo aquí?

–Tengo a España en mi corazón. He vivido 17 años muy importantes de mi vida, a parte de lo que representó Rocío Jurado para mí, tengo grandes afectos que llevo en mi corazón. Amo su gente, su cultura, su aroma, su arte y he sido testigo de su evolución. Tuve la oportunidad de vivir en Marbella, que es una de las ciudades más cosmopolita, y eso me permitió conocer personalidades de todo el mundo. Antes de la pandemia, solía ir al menos dos veces al año y presentaba mis colecciones en eventos privados o benéficos. Además, tengo la fortuna de poseer la nacionalidad Española.

–¿Sigues teniendo vínculos con nuestro país?

–Muchos, como decía, tengo grandes afectos, a quienes hecho de menos y a quienes tengo mucho que agradecer y sé que tengo la suerte de contar con su cariño. Todas las personas que han llegado a mi vida es por un propósito.

©Cortesía de Carlos Arturo Zapata
“Tuve la oportunidad de realizar una visita privada al Museo de Chipiona, que es una maravilla, lástima que no se haya podido abrir”, admite el diseñador.

–Y con la familia de Rocío Jurado, mantienes contacto?

–A todos les tengo un gran afecto y respeto y, aunque no los vea cuando estoy en España, porque el punto de encuentro era alrededor de Rocío, sí he tenido comunicación con algunos miembros de la familia. También tuve la oportunidad de invitar a Gloria Camila a un homenaje que me hicieron en Miami y aprovechamos para hacer un posado.

–En estos tiempos tan duros que vivimos actualmente, ¿mantienes tu atelier o alguna de tus tiendas abiertas?

–Afortunadamente no tengo tiendas desde antes del confinamiento y eso ha sido una suerte. Solo tengo mi Atelier, donde atiendo con cita previa, y estoy distribuyendo mis prendas a boutiques del exterior, especialmente a los Emiratos Árabes.

–¿Qué proyectos tienes?

–He realizado unos cursos sobre el mundo digital para transmitir, a través de charlas, mis vivencias y experiencia profesional, para que sirvan de inspiración a nuevos emprendedores que se atrevan a soñar. Todo lo que yo he logrado ha sido a través de los sueños: cuando se unen con el amor y el deseo, son una fuerza imparable para lograr las metas. El mejor ejemplo es mi experiencia con Rocío Jurado, a la que con mi deseo de conocerla y admiración, atraje a mi vida.

©GettyImages
“Creo que sólo podría abrazarla (a Rocío Carrasco) y no aguantaría las lágrimas porque no la veo desde la muerte de su madre”, nos confiesa el diseñador.

–¿Volverás a España cuando se pueda viajar de nuevo?

–Desde luego, estoy deseando volver a España, amo mi país porque también es mi país.

Si algún día te reencuentras con Rocío Carrasco ¿cómo crees que sería ese momento?

–¡Uff! Creo que sólo podría abrazarla y no aguantaría las lágrimas porque no la veo desde la muerte de su madre. Estoy seguro de que Rocío desde el cielo me lo agradecería.



 

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