PARA DEPORTISTAS

Una ruta en bici sencilla para descubrir el bonito pinar de Valsaín

Recorremos cómodamente el valle de Valsaín, en la provincia de Segovia, por una pista forestal asfaltada pedaleando a la sombra de las cumbres más altas de la sierra de Guadarrama y de su más bello pinar. Por el camino, veremos agua a raudales: la de todas las fuentes y arroyos que forman la cabecera del Eresma. Y también setas en abundancia y un palacio versallesco.

Por Andrés Campos

UNA RUTA SIN DIFICULTAD

La idea es sencilla: rodear en bici el valle de Valsaín, o del alto Eresma, bordeando durante tres horas las faldas de las montañas más altas del Guadarrama: Siete Picos, la Bola del Mundo, Peñalara... Y su ejecución, también, pues en todo momento se sigue una pista forestal asfaltada de 32,5 kilómetros, cerrada al tráfico, sin mucho desnivel y asombrada por un magnífico bosque de pinos albares, silvestres o de Valsaín, que de las tres formas se llaman.

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¿CUÁL ES LA MEJOR ÉPOCA?

Menos pleno invierno, cualquier época es buena para hacer esta ruta circular. En verano, disfrutaremos de la sombra del pinar y del agua de numerosas fuentes y arroyos. En otoño, de la gran cantidad de setas que hay; sobre todo, Boletus edulis.

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PARA EMPEZAR

Valsaín está a 15 kilómetros de Segovia, cuatro después de rebasar La Granja subiendo hacia el puerto de Navacerrada. La vuelta en bici empieza y termina junto al cementerio de Valsaín, que se encuentra a medio kilómetro de la población, y es accesible en coche por camino asfaltado. La prolongación de tal camino es la pista forestal cerrada al tráfico por la que discurre la ruta.

PEDALEANDO ENTRE PINARES

Dejando a espaldas el cementerio local y sorteando, a los 400 metros, una barrera que impide el paso a vehículos no autorizados comenzamos nuestra ruta. Tras casi dos kilómetros de camino algo esforzado, la pista alcanza un collado con vistas al macizo de Peñalara (al este) y a la capital segoviana (al noroeste). Es el collado de la Cruz de la Gallega, donde hay una bifurcación en la que se ha de elegir el ramal de la izquierda, el ascendente.

Después de pedalear diez kilómetros, es momento de refrescarse en la fuente de la Reina, antaño conocida como de Matagallegos. Antes aún, se llamaba Fuente Fría, nombre muy apropiado para esta fontana de agua gélida. Se puede beber, sí, pero a poquitos.

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En este punto la pista asfaltada se desvía a la izquierda, desciende rápidamente por la margen derecha del arroyo de Minguete, cruza el del Telégrafo (afluentes ambos del Eresma) y va a desembocar en la carretera que baja del puerto de Navacerrada, a La Granja, cerca el puente de la Cantina. Esta parte del recorrido discurre por la zona más húmeda y sombría del valle, que en otoño es el paraíso de los buscadores de setas.

Medio kilómetro carretera arriba, en la primera curva de las famosas Siete Revueltas, vuelve a surgir, a mano izquierda, la pista forestal asfaltada que, ahora por la ladera contraria del valle, conduce de regreso a Valsaín. Salvo un par de breves repechos, lo que resta es un gozoso descenso por las faldas de Peña Citores y Peñalara, entre frondosos pinares.

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UNA VISITA AL PUEBLO DE VALSAÍN

Antes o después de dar esta vuelta en bici, en el pueblo de Valsaín veremos las ruinas de la Casa del Bosque, un pabellón de caza usado ya en el siglo XV por los Trastámara, que Felipe II convirtió en un auténtico palacio y que ardió en 1682. Pocos años después, a solo cuatro kilómetros de aquí, Felipe V levantó otro palacio, el de La Granja, y el de Valsaín cayó en el olvido. Sus paredes han visto desde el nacimiento de la infanta Isabel Clara Eugenia, que reinaría en los Países Bajos, hasta los leones y otras fieras exóticas que Enrique IV traía a Valsaín para darles caza.

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También hay que pasar por el puente de los Canales, un acueducto que llevaba agua al palacio de Valsaín desde el arroyo de Peñalara, en la ladera contraria del valle, y atravesaba el Eresma apoyado sobre 27 pilastras de granito. Es como un acueducto de Segovia en miniatura.

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Y OTRA A LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO

A solo cuatro kilómetros de Valsaín, para visitar el palacio real y los jardines (patrimonionacional.es), un pequeño Versalles creado a principios del siglo XVIII por Felipe V, donde el rumor de las fuentes armonizaba con el melodioso canto del castrato Farinelli.

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Un día en La Granja de San Ildefonso

PARA DORMIR

La Querencia de Valsaín (laquerenciadevalsain.es), una casa rural acogedora y bien decorada, con siete habitaciones y dos apartamentos, perfecta para familias y grupos amplios. Y en La Granja de San Ildefonso, en el Parador (paradores.es/es/parador-de-la-granja), un magnífico alojamiento a cuatro kilómetros de Valsaín, en la casa de los Infantes, del siglo XVIII. Con amplias habitaciones, piscina y spa.

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PARA DEGUSTAR LA GASTRONOMÍA DE LA ZONA

Brasas Valsaín (lasbrasasvalsain.com) ofrece excelentes carnes a la brasa de encina, sobre todo la de vacuno mayor madurado 30 días, que son pura mantequilla. También se hacen a la brasa y están muy ricas las verduras con queso de cabra y romesco. En el restaurante Puerta de la Reina, dentro del Parador de La Granja de San Ildefonso, destacan los asados de carne, especialmente el cochinillo y cordero, o los judiones de La Granja, manjares ineludibles para recuperar fuerzas después de la jornada deportiva.  

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