Direcciones en Gante, la Capital Vegetariana de Europa, un must para gente sana

Esta ciudad belga está hecha a escala humana. Sus dimensiones la hacen abarcable a paso de peatón y a pedaleo de ciclista. Una forma de vida comprometida con el medio ambiente de la que sus visitantes son partícipes. Por algo es la Capital Vegetariana de Europa.

Por GALO MARTÍN APARICIO

Más que acogedora y coqueta, que también, esta ciudad belga es saludable. Adjetivo que se ha ganado con medidas que se han ido encajando en el día a día de sus habitantes con naturalidad. Tiene el mayor centro urbano con tráfico rodado reducido de Europa y el uso del agua, de la energía y el tratamiento de residuos se hace con conciencia ecológica y de manera responsable. Medidas a las que invita a sumarse a los turistas. Restaurantes, hoteles y otros negocios apuestan por el ecoturismo y como gratificación, algunas atracciones y establecimientos de Gante ya han sido distinguidos con la Llave Verde, el sello ecológico internacional más importante –la sala de conciertos Handlesbeurs (handelsbeurs.be), ubicada en un edificio del siglo XVIII, el hotel Harmony (hotel-harmony.be)…–. El objetivo es reducir la huella ecológica para que el futuro sea sostenible.

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Toda esta batería de medidas ni es nueva ni ha supuesto un problema introducirlas en la rutina de la ciudad y de sus ciudadanos. La conciencia medioambiental en Gante no es moda, sino filosofía. Un estilo de vida que liga muy bien con su condición de Capital Vegetariana de Europa.

Desde 2009, Gante celebra la campaña Jueves Vegetarianos (evavzw.be.donderdag-veggiedag), una iniciativa que quiere hacer ver la incidencia positiva que tiene no comer ni carne ni pescado un día a la semana. Esta dieta verde de los jueves hace que se limite la emisión de CO₂ y se incentiva una distribución y producción alimenticia más ética. Los restaurantes adscritos a esta iniciativa tienen una pegatina a la vista a modo de credencial.

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Aal recorrido monumental por Gante se les ha sumado un importante número de restaurantes vegetarianos. Además de los rascacielos del medievo, la iglesia de San Nicolás, el campanario municipal y la catedral de San Bavón –hogar del políptico de los hermanos Van Eyck, La adoración del cordero místico, entre otros muchos monumentos–, ahora hay que visitar restaurantes vegetarianos para entender por qué Gante es la Capital Vegetariana de Europa. La ciudad que pone un ojo en el planeta y otro en la salud de sus habitantes.

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El restaurante De Appelier (deappelier.be/nieuw), pionero en cocina vegetariana, pues se abrió en 1980; los platos de Moor & Moor (moormoor.be/nl), con productos kilómetro cero y de cocina orgánica y vegetal o Le Botaniste (lebotaniste.be), que también tiene un bar de vinos naturales son algunos de los restaurantes vegetarianos de Gante en los que se puede comer tubérculos, tofu, jengibre, aguacate, humus, quinua, frijoles, tajines vegetales, verduras crudas…

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Además de estos lugares, también se puede disfrutar de la gastronomía en Gante en los populares patios de comida, como Hal 16 (dokbrewingcompany.be), que ocupa un antiguo almacén del puerto, donde, por encima de la comida, lo que prima es la cerveza artesanal, ya que cuenta con su propia microcervecería Dok Brewing Company. Lousbergmarkt (lousbergmarkt.be) es un mercado cubierto en el que se venden productos locales: panes, quesos, verduras... y con una agradable cafetería en la que se pueden probar algunos de esos productos. Y otros dos mercadillos también recomendables son Be o Versbar (beo-markt.be/nl/beobar), que es además restaurante, o Cru-Cui (cru.be), cafetería.

Si uno no puede acabarse la comida que ha pedido en los restaurantes y/o en los patios de comida hay la posibilidad de llevarse lo que ha sobrado del plato y comérselo en casa. Esas sobras de comida se guardan en un recipiente de cartón certificado por el FSC (Forest Stewardship Council) y es compostable. Es la manera que tiene Gante de luchar contra el desperdicio de alimentos.

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INFORMACIÓN PRÁCTICA

Son varias las ciudades españolas que conectan Bruselas con vuelo directo. Una vez allí si se opta por el coche hasta Gante el trayecto, de 58 kilómetros, se hace un apenas una hora.

Otra opción es el tren, desde el propio aeropuerto de Zaventem sale uno directo a Gante (belgianrail.be) que tarda menos de una hora y cuesta unos 22 €, dependiendo de horarios y descuentos. Una vez en Gante lo mejor será abordar la ciudad a pie o en bici.