Al ritmo de Pablo Alborán por su Málaga querida

Desde un paseo por la calle Larios a un recorrido por las teterías que rodean el Museo Picasso, pasando por la playa que le inspira para sus canciones o la bodega donde la ‘armaba’ con sus amigos.

by hola.com De Almería dice que es un refugio para él, porque guarda recuerdos de sus veranos en Aguamarga y sus paseos por San José; de Cádiz y Tarifa que le gustan mucho, como también el Algarve y Lisboa, en Portugal, un país que “es infinito”; del viejo San Juan de Puerto Rico se declara enamorado y Nueva Zelanda y Japón están ahí, dos destinos que algún día sueña conquistar. Pero si hay un lugar al que está unido desde siempre Pablo Alborán es a su Málaga natal, “a veces cierro los ojos y sueño otros mundos que, al final, están todos en Málaga, todo vuelve a Málaga”, así declaraba su amor por ella cuando en 2011 fue elegido para dar el pregón de la capital de la Costa del Sol. “En todas mis canciones está Málaga... con ellas quiero devolverle lo que me ha dado”. Siguiendo sus pasos hemos creado una ruta que recorre un puñado de rincones favoritos:

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EN TORNO AL MUSEO PICASSO
Detrás del palacio de Buenavista, que desde que abrió sus puertas en 2003 se ha convertido en uno de los imprescindibles de la ciudad, donde se guardan más de doscientas obras del pintor más influyente del siglo XX, abren sus puertas un montón de bares y teterías por las que Pablo Alborán le gusta perderse, un rincón del casco antiguo un poco escondido al que le gusta ir con sus amigos. El Harén (teteriaelharen.com) y La Tetería (la-teteria.com) son dos de ellas.

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CALLE LARIOS
Dice el cantante que las Navidades no las entiende si no las pasa paseando con la familia y de compras por la calle más emblemática de Málaga. Y es que esta peatonal, comercial, concurrida y elegante vía es el lugar de cita de vecinos y foráneos y la que sintetiza como ninguna otra el carácter cosmopolita de una ciudad abierta. La calle dedicada al segundo marqués de Larios une la ciudad antigua con la moderna, desde la zona del puerto hasta la plaza de la Constitución, corazón de la perdida ciudad islámica.

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BODEGA EL PIMPI
En este lugar de “libertad y música” ha pasado el autor de Solamente tú muchas tardes cantando con sus amigos y eso que un cartel pegado a sus paredes decía que no se podía cantar ni dar palmas, “por la que armábamos”. Su nombre es un homenaje a esos jóvenes que ayudaban a la tripulación de los barcos y a los pasajeros al llegar al puerto y pronto se convirtieron en los primeros guías de la ciudad. Próxima a la Alcazaba y con entrada por la calle Granada o Alcazabilla, hoy combina en el mismo entorno dos lugares de encuentro; el famoso El Pimpi Bodega Bar, por la que han pasado generaciones de artistas, flamencos, políticos y personalidades de todo tipo para tomar unos vinos y firmar en sus toneles, y ahora a su lado El Pimpi Marinero, una experiencia moderna de coctelería y mariscos.

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PLAYA DE LA MALAGUETA
“Recuerdo mi primera feria; la euforia entre esos amigos, las ganas de gritar y de celebrar que éramos libres, que es tanto como decir que éramos malagueños... Tengo grabado en la memoria la imagen de 12 o 13 estudiantes correteando por las calles, riéndonos de todo y contagiados de pasión por los olores de la ciudad, los olores del día y los olores de la noche, cuando se abrían los jazmines y el pelo negro de aquella niña dejaba un reguero de biznaga hasta la playa de la Malagueta, donde hubiera querido que me regalara su cintura, amarrarla a mi barca y navegar y que nos llevaran los vientos donde nos quisieran llevar”. El paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, que recorre esta playa que se extiende entre el puerto y La Caleta, es uno de los lugares ideales para disfrutar de un largo paseo; como también lo son el paseo Antonio Banderas, en la playa de Huelín, o el de El Palo y Pedregalejo.

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