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Desde que los duques de Sussex se mudaron a Estados Unidos, su día a día ha estado marcado por la privacidad. Una intimidad que ahora ha quedado, en parte, al descubierto en el documental de seis capítulos que se puede ver en Netflix. Precisamente es en los tres últimos episodios, estrenados hoy 15 de diciembre, donde Harry y Meghan se ha centrado no solo en su boda, sino en una rutina de la que por supuesto forman una importante parte sus hijos, Archie y Lilibet. Si hasta ahora han sido contadas las ocasiones en las que se ha podido ver a los pequeños de la casa, apenas en un par de imágenes compartidas por el príncipe Harry y su mujer, en este montaje sí han mostrado esas anécdotas y momentos en los que sale a la luz su faceta más tierna como padres. Vídeos caseros en los que aparecen jugando con Archie, de tres años, leyéndole un cuento o mostrando cómo ha crecido, además de hablar de su estreno como padres.
El gran villano del documental al que apuntan los Sussex no ha sido la Familia Real británica
El vestido que Lilibet Diana lució en su primer cumpleaños la conecta con España
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Sin embargo, la pareja ha decidido cerrar este controvertido y polémico documental con un toque de ternura. Dedican buena parte del último capítulo a su hija Lilibet, que cumplió un año el pasado 4 de junio y que es la gran desconocida de la casa. Si bien han hablado alguna vez del carácter y ocurrencias de su hijo mayor, Lilibet Diana, cuyo nombre fue escogido en honor al cariño que tenían a la reina Isabel II y la princesa Diana, había sido hasta ahora protegida con celo. En el documental, la niña se convierte en la protagonista: se la puede ver durmiendo con un precioso body en el que se lee Petite Lili (pequeña Lili), apretando la cara de su hermano Archie y recibiendo palmaditas en la mano de su padre, Harry.
Se pueden ver además algunos de los momentos de la celebración del primer cumpleaños de la niña en Frogmore Cottage, la que fue residencia de los Sussex en Windsor, pues los duques estaban entonces en Londres asistiendo a las celebraciones del Jubileo de Platino de la reina Isabel. En un breve vídeo se puede ver la mesa que pusieron en el jardín y cómo Lilibet, en brazos de su madre, soplaba las velas de su tarta. Archie, sentado en un banco de jardín, no se perdía detalle y, en un instante, se acercó también al pastel para ayudar a la pequeña a apagar la vela. Otra de las tiernas imágenes muestra a Meghan practicando el porteo, llevando a Lilibeth envuelta en un paño, atado a su cintura.
Imposible no enamorarse de su carita, con redondos mofletes, de su media sonrisa y de estos retazos tan tiernos que hacen una especie de paréntesis de inocencia en un documental que se perfila marcado por el escándalo y la polémica. Es el contrapunto a los ataques que la pareja ha lanzado contra la Familia Real británica a lo largo de estos episodios y que quiere unir en su relato no solo los oscuros momentos que han atravesado en estos últimos tres años sino esta faceta que arroja luz a su vida.
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