El futuro Sultán de Brunei se ha casado hoy con la princesa Sarah, de diecisiete años

Por hola.com

Después de casi veinte días de solemnes y fastuosas fiestas prenupciales, el príncipe heredero, Pengiran Muda Ají al Muthadee Billah, de treinta años, y Dayangku Sarah Binti Pengiran Salleh ab Rahaman, de diecisiete, se han dado hoy el sí definitivo con arreglo a la tradición de las bodas malayas de la Familia Real a lo largo de la historia de este país. La ciudad de Bandar Seri Beawan ha sido el escenario elegido para celebrar la gran ceremonia final, aunque los actos continuarán hasta el día 13, cuando definitivamente se dé por concluida la boda real con la apertura y cierre del gendang jagajaga.

Decenas de Príncipes y Jefes de Estado y de Gobierno fueron testigos de los esponsales de la pareja, entre ellos el Duque de Gloucester, en representación de la reina Isabel de Inglaterra y el [príncipe Carlos]; el príncipe Naruhito de Japón; el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, y los príncipes Saud y Bandar de Arabia Saudí. Al concluir la ceremonia nupcial, el Sultán obsequió a la novia, que había pronunciado sus votos matrimoniales en distinto lugar que el Príncipe, con un título real. De manera que, a partir de ahora, será llamada Su Alteza Real Pengiran Anak Isteri Pengiran Anak Sarah. El banquete real llenó de luces, joyas y aromas el palacio después del Bersading; esto es, según la legislación islámica, el recorrido triunfal por el centro de la ciudad, que, en esta ocasión, se ha realizado en un llamativo coche y no, como se esperaba, en una carroza antigua de oro —el Sultán es dueño de una espléndida colección de caballos, los mejores del mundo, en sus cuadras reales, así como de coches, las más rutilantes marcas en sus garajes, aparte de que es un consumado conductor de automóviles de competición—, recibiendo una lluvia de flores y todo género de suertes de su pequeño y rico pueblo del desierto -el Sulfanato de Brunei es uno de los Estados más prósperos del mundo por sus reservas de petróleo-.

Fiesta de la henna
Pero, como decíamos, desde finales de agosto, hasta la fecha, se han ido sucediendo los diversos festejos prenupciales. La noche de la henna se celebró en el salón del Trono del palacio de Brunei, una impresionante residencia que cuenta con 1.788 habitaciones, 200 cuartos de baño, más de 2.000 teléfonos y un formidable comedor para 4.000 invitados, y estuvo caracterizada por el lujo, el boato, el esplendor propios de este tipo de ceremonias. En el rito, elegante y brillantísimo, como en un ballet de Ana y el Rey de Siam, se rogó que la "buena suerte acompañe a los novios" y, siguiendo la tradición, el Sultán de Brunei, considerado como uno de los hombres más ricos del mundo, Ají Hassanal Bolkiah Miizzaiddin Waddaluah, acompañado por la Reina consorte, Hajah Saleha, untó las palmas de las manos de los novios, sentados en tronos de oro de ley, y también las plantas de los pies de la novia, con una aromática pasta de hierbas llamada bedak.