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Psicología

Por qué hay cada vez más casos de niños y adolescentes con trastornos mentales

Según datos de Unicef, más de 79 millones de menores entre 10 y 14 años tienen alteraciones mentales en todo el mundo

Cada vez se le da más importancia a la salud mental y, en concreto, a la salud mental infantil, pues si clave es la primera para el bienestar de todo individuo, casi lo es más la segunda por cuanto influye en el adecuado desarrollo del niño en todos los ámbitos de su vida. Y, a pesar de que hasta hace no mucho tiempo no se asociaba a los menores de edad con problemas de salud mental, más del 14% de los niños de entre 10 y 19 años padecen un trastorno mental diagnosticado, según el último informe acerca de la salud mental infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la misma línea, otro estudio publicado por Unicef cifra en 79.487.000 los menores de 10 a 14 años con alteraciones mentales en el mundo, pero ¿a qué se debe esta situación?; ¿por qué hay tantos niños y adolescentes con problemas de salud mental?

“Las principales causas de este tipo de problemas en los niños son la presión académica, el aumento del uso de la tecnología y las redes sociales -que puede derivar en problemas de autoimagen-, las dinámicas familiares negativas, los factores genéticos e, incluso, el fácil acceso a sustancias como el alcohol o las drogas”, señala Alicia Hita, docente de Psicología y Educación y coach del curso de Coaching e Inteligencia Emocional de Deusto Salud.

A esto hay que añadir que, “desde el periodo de pandemia el número de niños y adolescentes afectados por problemas de salud mental ha experimentado un aumento significativo”, puntualiza Hita. Pero es que además otro informe de la OMS centrado exclusivamente en los adolescentes occidentales concluye que las adolescentes tienen peor salud mental y bienestar que sus iguales varones. En este caso, el informe, titulado Enfoque en la salud mental y el bienestar de los adolescentes en Europa, Asia central y Canadá, hace hincapié en que, si bien la pandemia ha influido en esta situación, no es un factor determinante, puesto que la satisfacción con la vida y la autoevaluación de la salud entre los adolescentes, especialmente las niñas, ha ido disminuyendo desde 2018; es decir, antes de la pandemia.

La cuestión es que los desafíos a los que se enfrentan los niños y adolescentes de hoy en día “son diversos y exigentes”, como recalcaba el Dr. Henri P. Kluge, el director regional de la OMS para Europa, con motivo de la publicación del citado informe el pasado mes de octubre. Él apuntaba como uno de esos desafíos a las crisis climáticas e indicaba las causas detrás de los problemas de salud mental iban desde “las presiones académicas y las expectativas sociales, pasando por la influencia generalizada de las redes sociales”.

No solo eso, también el nivel socioeconómico es un indicador de la salud mental, según la información aportada por el citado informe de la OMS,de manera que la salud en general (no solo la mental) es peor entre los adolescentes de familias menos acomodadas.

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Cómo proteger a los niños y adolescentes frente a problemas de salud mentales

Sean cuales sean los motivos o los factores que inciden en esta realidad, “es nuestra responsabilidad colectiva garantizar que tengan el apoyo y los recursos que necesitan para afrontar estos desafíos con éxito”, subrayaba. La pregunta en este punto es ¿cómo?

  • Programas de promoción y prevención de la salud mental. El informe de la OMS destaca que las escuelas son el lugar más adecuado para ello, por su papel en el contacto directo con los y las adolescentes. Serían los propios centros escolares los que deberían derivar a los menores que requieran de una atención pormenorizada a otros centros comunitarios especializados en salud mental o a hospitales.
  • Intervenciones de salud mental personalizadas para niñas y chicas. Kluge subraya “la necesidad urgente de intervenciones de salud mental más personalizadas para niñas y mujeres, en las escuelas y hogares”, si bien tanto a ellas como a ellos, es preciso sensibilizarlos “sobre cómo detectar signos de angustia, ansiedad o soledad, en ellos mismos y en los demás”.
  • Educarse sobre los problemas de salud mental. Alicia Hita añade, a todo lo anterior, la necesidad de que los propios padres se informen sobre determinados trastornos de salud mental, como la depresión o la ansiedad porque “la mejor forma de comprender un problema es conocerlo”, dice. “De este modo, podrán apoyar a sus hijos de la manera más efectiva”.
  • Fomentar la comunicación abierta y la empatía. Además de informarse, para poder comprender los problemas que sufre un niño o un adolescente, “es fundamental que los padres establezcan un espacio seguro en el que los menores se sientan libres de expresar sus pensamientos y emociones”. Solo así sentirán que pueden comunicar sus problemas, dado de este modo pie a buscar una solución en familia.
  • Validar las emociones y evitar el estigma. “Eliminar el estigma relacionado con los problemas de salud mental facilitará una conversación abierta con los niños que sufren estos problemas”, asegura la docente en Psicología. “Además, aceptar y validar sus emociones les ayudará a sentirse acompañados y a confiar en los demás para que les apoyen en su lucha”.
  • Establecer rutinas diarias. Cuando ya no hablamos de prevención, sino de que el trastorno de salud mental ha hecho presencia, es básico estructurar las actividades del día a día del menor, puesto que esto les ayuda a “crear una sensación de estabilidad muy reconfortante para los niños que sufren problemas de depresión, un hecho que permitirá incrementar su motivación y su energía”.
  • Participar juntos en actividades. Compartir momentos de ocio con los menores es una gran estrategia para reforzar la conexión y ayudarles así a sentirse mejor. “En este sentido, es muy importante no presionarles para que participen en estas actividades, sino invitarles y crear oportunidades de compartir tiempo que resulten atractivas para ellos”.