Nos guste o no, llega Halloween. Para los adultos es un día más, pero para los niños no. Es una fiesta divertida en la que disfrazarse, comer algún chocolate de más y disfrutar con su familia y amigos de una tarde de juegos, una noche de cine terrorífica o de un plan diferente durante el fin de semana. Pero también puede ser una excusa para ponernos creativos.

Ten en cuenta que es momento de calabazas, y no hay mayor protagonista de esta fiesta (con el permiso de brujas, fantasmas y zombies) que ellas. Decoran cualquier estancia de la casa, son divertidas y no demasiado trabajosas. Además, con su interior, podemos crear recetas muy ricas, saludables y nutritivas. Si te has propuesto llenar tu casa con ellas, prepara una buena superficie de trabajo, poneros el delantal y manos a la obra. Siempre, en este caso, debe haber un adulto con los niños, hay cuchillos de por medio. Haceros con los materiales necesarios, que salvo la propia calabaza es muy fácil tenerlos por casa y pasad un rato en familia.

Por último, recuerda que la calabaza puede pudrirse, lo que puede producir la aparición de moscas y otros bichos. Por ello, hay que tener en cuenta que, sobre todo en el momento en el que la vaciamos, que debemos raspar muy bien todo su interior, para evitar que aparezca moho. Además, es recomendable que la untes (truco de experto) con un poco de lejía diluida en agua, la dejes secar muy bien al sol y la untes con vaselina.

Materiales que necesitaremos

• Una calabaza.
• Un bolígrafo o rotulador para marcar.
• Un cuchillo, preferiblemente de sierra.
• Una cuchara grande.
• Un bol, para ir dejando los restos.
• Una vela, más o menos, con la mitad de altura que la de tu calabaza.

Paso a paso: calabaza de Halloween para niños

Ten en cuenta que, los pasos que vamos a tener que ir dando para crear nuestras calabazas de Halloween necesitarán la supervisión de un adulto. Es más, seguramente tengas que hacer tú más cosas que tu hijo, pues el uso del cuchillo es mejor que no pase por ellos.

Paso 1. Abrir su parte superior

En primer lugar, vamos a crear un corte en la parte superior de la calabaza, que sea muy amplio, porque por él debemos vaciarla posteriormente. Más o menos, desde el tallo, calcula unos tres o cuatro dedos de distancia y comienza a marcar con el cuchillo el lugar por el que vas a cortar. Inclina bastante el cuchillo, te será mucho más sencillo. Con cuidado y girando el tallo sobre sí mismo, retiramos la parte superior de la calabaza que acabamos de cortar.

Paso 2. Dejar la calabaza hueca

A continuación, vaciamos todo el interior de la calabaza, retirando las semillas, la placenta y todo lo que podamos de la pulpa, aunque dejando un par de dedos de grosor desde la cáscara, no queremos romperla. Ten a tu lado un bol, para ir depositando todo lo que retires, te servirá para hacer deliciosas recetas con ella.

Paso 3. Dibujar su cara

Una vez ya no queda nada en su interior, dibuja con un bolígrafo los ojos y la sonrisa malvada de tu calabaza, además de todos los elementos decorativos que consideres.

Con el cuchillo, marca primero esas siluetas dibujadas y después, sujetando muy bien la calabaza para que no se mueva, profundiza el corte hasta que consigas cortar por completo la silueta y retirar ese pedazo de calabaza.

 

Paso 4. La iluminación

Por último, coloca tu vela dentro, enciéndela y cierra la calabaza. Ten en cuenta que, a la hora de cerrar, no deben quedar ni semillas ni restos de su placenta colgando, además de no intentar que encaje a la perfección, dejando que entre un poco más de aire.