¿Cuál es el tratamiento?
Una vez diagnosticado, ¿cuál es el tratamiento que debemos seguir? La especialista nos explica que la mayoría de los miomas no precisan tratamiento y, en función de que tengan o no vascularización, se pautará un seguimiento a los 6 meses o al año. El tratamiento debe ser personalizado, en función de la edad de la paciente, de su deseo o no de quedarse embarazada, vascularización, clínica de sangrado o dolor.
“Los miomas son una patología benigna y se deben tratar con la técnica menos invasiva posible: tratamiento médico, DIU con hormonas, Radiofrecuencia, embolización, HIFU, miomectomía por histeroscopia con o sin morcelador, miomectomía por laparoscopia o por laparotomía y la histerectomía quedaría reservada para aquellas pacientes que desean una solución definitiva”, nos cuenta.
“Cuando han fracasado los tratamientos conservadores o en casos de mujeres que no se hacen revisiones ginecológicas, cuando nos encontramos con miomas muy grandes que producen anemia, dolor o incluso riesgo de problemas compresivos (miomas que llegan al ombligo) se tiene que recurrir a procedimientos invasivos o cirugía", nos explica. Y detalla que en la mayoría de los casos es posible una cirugía conservando el útero, siempre que la paciente así lo desee, si asume el riesgo 1/1900 en menores de 45 años de atipia (anormalidad en la forma o tamaño de las células, que supondría tener que quitar el útero) o 1/450 en mayores de 45 años. "Si optamos por una cirugía conservando el útero, la paciente tiene que asumir también el riesgo de un 33% de que vuelvan a aparecer miomas", concluye.
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