Mascotas

Esta es la razón por la que los perros de campo son más felices que los de ciudad

España es uno de los países donde más perros por habitante hay, y la mayoría se concentra en las grandes ciudades, sin embargo los expertos suelen indicar que donde más feliz es un perro es en el campo.

Por Cristina Soria

Los perros, al igual que las personas, acaban desarrollando una forma de comportamiento más en relación con el entorno en el que se desenvuelven y crecen que por la propia predisposición genética. En el caso de los perros, esta variable puede variar en función de la raza, pues es cierto que algunos perros son más hábiles en ciertas cuestiones de caza o búsqueda porque han sido cruzados con esa idea, para fines profesionales.

Sin embargo, existen diferencias muy notables entre los perros de ciudad y de campo, por las rutinas a las que se ven expuestos desde que son cachorros. Esto, además de ser interesante como anécdota, es relevante cuando pretendemos adoptar a un perro de campo para vivir en la ciudad o viceversa.

Vidas distintas

El saber popular y la opinión general de los veterinarios dice que los perros de campo suelen ser más felices, y no solo por una cuestión subjetiva de sus dueños, sino porque efectivamente se demuestra que tienen menos problema de conducta, y por regla general son más tranquilos, tienen una templanza, paciencia y saber estar más coherente y de forma general enferman menos y no desarrollan tantas enfermedades como los perros de ciudad.

Esto está relacionado con que los perros de campo, por lo general, no pasan todo el día esperando a que llegue su dueño, en una casa que, por grande que sea, tiene un espacio limitado que acaba siendo demasiado rutinario. Los perros de campo tienen una rutina basada en las relaciones diarias y permanentes con otros animales y con humanos, así desarrollan mejor su socialización, y de esta forma no dejan de poner en movimiento su cuerpo. Además, la contaminación y cierta suciedad de la ciudad no les afecta, y están rodeados de un ambiente natural que, a priori, no resulta especialmente agresivo para su morfología.

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Actividad física, alimentación y estímulos

Los perros se parecen a los bebés humanos en un aspecto: son como esponjas. Cuando un perro está motivado puede llegar a hacer cualquier cosa, dentro de sus facultades caninas. Pueden ser todo lo activos que tú puedas potenciar, serviciales, fieles y saludables. Pero todo esto tiene que ver con su entorno y con sus rutinas. Muchos perros de ciudad desarrollan un tipo de ansiedad muy común en los canes relacionada con esperar al dueño o a que exista algo que poder hacer o con lo que interactuar. Un perro que permanece en casa 8 horas esperando a su dueño, encerrado en un espacio relativamente pequeño y predecible, experimenta un letargo que acaba haciendo mella en su ánimo. Sin embargo, el mismo animal, aunque se trate de una raza menor o muy doméstica, en un entorno de campo desarrollará unas habilidades relacionales completamente distintas.

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En el campo se presupone que los animales conviven de forma más directa con sus dueños, y que están rodeados de otros animales, bien sean perros, gatos o animales de granja, cerdos, gallinas o caballos. El carácter del perro de campo es, por lo tanto, activo y tranquilo a la vez: pues no tiene la ansiedad de sentir que debe disfrutar y aprovechar el momento cuando por fin hay algo de actividad. Los perros de campo están socializados y se toman la vida con tranquilidad y pasión.

Además,  hay muchos matices de relación que los humanos no podemos ni llegar a imaginar. ¿A qué huele una ciudad? A demasiadas cosas, los perros se mueven por el olfato, más que por cualquier otro sentido (por encima de la vista o el oído), y las ciudades, y en especial las grandes, son lugares con una mezcla de olores muy desconcertantes para un animal, caos al que por supuesto que los animales se acostumbran, pero que no les permite disfrutar en su esplendor de sus sentidos.

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