3 ejercicios de 'mindfulness' para alejar el estrés

Por hola.com

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Los beneficios de la meditación son muchos: ayuda a cuidar nuestra salud emocional, ya que es una práctica que reduce el estrés y la ansiedad, y disminuye la presión arterial –según la Fundación Española del Corazón es una terapia muy recomendada para cuidar de nuestro corazón y podría llegar a reducir en un 48% el riesgo de padecer un infarto o un ictus-. Pero, sobre todo, la meditación es como una higiene mental, una forma de desintoxicar nuestros pensamientos. Meditar es fundamental para calmar la mente, estar más tranquilos emocionalmente y más positivos frente a un ritmo de vida que, a menudo, nos exige más de lo que podemos dar.  Pero, ¿cómo entrenar nuestra mente para disfrutar del silencio y la quietud en nuestro día a día? A través de algunos sencillos ejercicios, Kankyo Tannier, autora de La magia del silencio (Editorial Planeta), nos guía desde su retiro en una idílica cabaña en los bosques de Alsacia, para incorporar el mindfulness a nuestra vida y encontrar nuestro bienestar interior. ¿Estás preparada? ¡Adelante!  

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  • Un pequeño minuto de silencio. Uno de los ejercicios que la autora propone para realizar en casa es una cura de silencio. Por lo tanto, el primer paso será buscar un lugar tranquilo, apagar el móvil, colocarse en una posición cómoda, cerrar los ojos y concentrarte en tu respiración, intentando no pensar en nada más. El objetivo es que el mundo a nuestro alrededor desaparezca para centrarnos en nosotros mismos. Quédate quieto, sin hacer nada, durante un minuto. Para facilitar el ejercicio, Tannier propone pensar en la siguiente metáfora: “Estás en la autopista, conduciendo a gran velocidad. El paisaje desfila ante tus ojos, habitual y reconfortante; a veces encuentras alguna curva, pero predominan las líneas rectas. En la autopista no hay ningún peligro, desde luego, pero corres el enorme riesgo de empezar a aburrirte. No hay gran cosa que ver, las áreas de servicio son bastante aburridas y el aire del habitáculo se va enrareciendo. ¿Y si tomas la primera salida? ¿Y si te atrevieras unos cuantos kilómetros por una carretera desconocida? ¿Y si te arriesgaras a salir de los caminos trillados?” ¡El minuto de silencio se te quedará corto!  
  • Desconecta del ‘modo hiperactivo’. Vivimos en la sociedad de las prisas: de camino al trabajo, a recoger a los niños del colegio, a hacer la compra, incluso cuando vamos a disfrutar de una obra de teatro… Por ello, la autora propone que disfrutemos de nuestros paseos por la ciudad de otro modo mediante un sencillo ejercicio que nos vuelva a conectar con el entorno. ¿Cómo? Primero, toma conciencia nada más salir de casa. A continuación, camina apaciguando la mirada, es decir, controla dónde fijas la vista: qué espectáculo, anuncio, escaparate, persona, etc, vas a evitar. Esto tan sencillo es una forma de concentración que requiere cierto entrenamiento. Por eso, se recomienda hacerlo durante cinco minutos de manera regular, aprovechando nuestros trayectos habituales. Un truco: al comienzo intenta mirar hacia abajo, ya que permite aislarse mejor de los reclamos visuales.
  •  El método de Pina Bausch. Kankyo Tannier recuerda que el principio básico de la maravillosa coreógrafa Pina Bausch era que todo el mundo bailara: jóvenes, viejos, guapos, feos, amarillos, negros, blancos… Así que este es un ‘ejercicio de baile’ infalible para cuando nos sentimos bloqueados. Elige una sensación o una emoción poco agradable, ligada a alguna situación presente. Formula una frase que la simbolice: “Estoy bloqueado”, “Estoy hecho un manojo de nervios” o “Estoy triste”. Y empieza a bailar repitiendo la frase. Da vueltas sobre ti mismo, trazando movimientos ondulantes y fluidos mientras vas repitiendo la frase, entre dos y tres minutos. Puedes poner música alegre para ayudarte. Al cabo de unos instantes, comprobarás que la frase y la emoción han perdido su fuerza.  

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