Constrúyeles un hogar, ellos también lo harían

Te explicamos cómo construir una coqueta casita para pájaros en la que nosotros haremos los cortes de la madera y tus hijos podrán hacer todo lo demás

Por hola.com

En ocasiones anteriores hemos hablado ya de lo divertido que puede resultar construir con nuestras propias manos esos muebles que, además de ser muy útiles, darán un toque de originalidad a nuestro jardín. Pero no hay que ser egoístas, la diversión ha de compartirse, especialmente si tenemos hijos, quienes, para colmo, afrontan desde este mes esas interminables vacaciones de verano en las que sus ‘obligaciones’ suelen reducirse a ir a la piscina y jugar a la videoconsola.

Por eso, a continuación explicaremos cómo construir una coqueta casita para pájaros en la que nosotros haremos los cortes de la madera y nuestros retoños podrán hacer todo lo demás, con la ilusión añadida de que, si queda bonita, los pájaros que merodeen por nuestro jardín no tardarán en convertirse en nuestros nuevos vecinos.

 

Pino, roble o castaño, he ahí el dilema

Se trata de una sencilla casita que podrá ir suspendida de la rama de un árbol, alojada en un seto, colgada en una pared o coronando un poste, dependerá de nuestros gustos y de si disponemos de un jardín o de una terraza.
Antes de empezar a construirla, deberemos seleccionar la madera a utilizar, cuestión que requiere de un detenido análisis.

Lo ideal sería el castaño, un tipo de madera que resiste perfectamente a los insectos sin necesidad de tratamiento pero que resulta muy difícil de encontrar. Algo parecido sucede con el roble, por lo que tal vez debamos decantarnos por el pino de toda la vida.
Lo malo es que el pino necesita ser tratado y requerirá de una capa de lasur, sustancia que podría no ser del agrado de los futuros inquilinos de la casa. Por lo tanto, quizás la opción más sencilla sea recurrir al pino sin tratar y construir una nueva casita cada dos o tres años, por aquello de mantener entretenidos a los pequeños.

 

Pocos materiales y menos herramientas

Como hemos comentado anteriormente, construir esta casita es prácticamente un juego de niños, por lo que la lista de herramientas que necesitaremos se reduce a una sierra de calar o un serrucho, una escofina, un martillo y un destornillador.
Por otra parte, te recomendamos unas medidas estandarizadas para los materiales que precisaremos en nuestra nueva obra de ingeniería:

  • Fachadas: Dos tablas de 180 x 130 mm.
  • Costados: Dos tablas de 130 x 120 mm.
  • Tejado: Dos tablas de 150 x 105 mm.
  • Piso: Una tabla de 150 x 110 mm.
  • Percha: Una varilla de 10 mm. de diámetro y 40 mm. de largo.

 

Manos a la obra

En primer lugar, debemos diseñar con minuciosidad las dos fachadas, que nos servirán de plantilla para el resto de las piezas de la casita. Tras cortar todas las tablas, nuestros hijos podrán encargarse de ensamblar los laterales con las fachadas y realizar los últimos retoques.

En la fachada delantera, colocaremos una pequeña varilla de 10 mm. de diámetro, que al fin y al cabo los pajarillos también tienen derecho a tomar el sol. Asimismo, realizaremos un agujero para que puedan entrar a su nueva casa sin llamar. En este sentido, del diámetro del agujero dependerá que la casa pueda dar cobijo a un gorrión, un carbonero o un estornino.

Para terminar, colocaremos la casita en un lugar elevado –a metro y medio del suelo como mínimo- y la orientaremos de tal forma que no los rayos del sol no incidan demasiado en su interior, que al fin y al cabo estamos construyendo un hogar para los pajarillos, no una sauna.