Escenarios con historia
La siguiente parada de la ruta te llevará hasta Banyalbufar, sorprendente por su geometría de bancales donde se cultivaba una malvasía muy celebrada, y por la atalaya de Ses Animes, frente a un paisaje que corta la respiración. Valldemossa es mucho más que su estampa de souvenir. Es la preciosa localidad que vivió un pedacito de la historia de amor de Frédéric Chopin y George Sand, con su típico puerto pesquero, sus calles en cuesta, sus mosaicos incrustados en las paredes y su Real Cartuja, como edificio más señero. Más hacia el norte está Deià que, durante más de trescientos años, compartió historia con Valldemossa. La belleza de su paisaje natural, con la deslumbrante cala Deià, y la vida tranquila y afable del blanco caserío, desperdigado entre bancales, simbolizan la Mallorca exquisita, bien conservada y amante de su pasado. Motivos que cautivaron a personajes ilustres y bohemios, como el archiduque Luis Salvador de Austria, el compositor Manuel de Falla o el pintor Russinyol.
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