El camino te llevará hacia el pequeño caserío de Llucalcari y poco después hasta Sóller, un pequeño oasis de frutales en medio de la montaña, con sus animadas plazas, sus antiguas y elegantes casas de piedra, su tren que atraviesa la sierra y comunica el valle con Palma y el puerto. Desde éste, puedes hacer excursiones marítimas hacia Sa Calobra, en la desembocadura del Torrent de Pareis, un gigantesco desfiladero que se interna por las entrañas de la sierra. El monasterio de Lluc representa el corazón espiritual de la isla, antes de llegar a Pollença, donde destaca el conjunto de Es Calvari, dispuesto de forma teatral sobre el pueblo. Formentor, el promontorio más septentrional de Mallorca marca el final de la ruta. Un camino que te será imposible olvidar.
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