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Los lagos del Piamonte, mucho menos conocidos que otros de tanto renombre como el de Como o el lago di Garda, esconden algunos de los rincones más bellos del norte del país, en los Alpes italianos. Aquí acapara todas las miradas el lago Maggiore, tan extenso que la parte septentrional pertenece a Suiza, mientras que la otra parte, la italiana, divide sus orillas entre la región de Lombardía y la del Piamonte.

 

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Salpicados de islas y pequeñas poblaciones con charmé, estos lagos alpinos han sido elegidos, desde el siglo XVI, como el lugar de vacaciones favorito de grandes familias nobiliarias italianas, que llegaron hasta aquí a construir hermosos palacios. De entre todas las islas hay unas que destacan más que otras, se trata de las islas Borromeas, un lugar que concentra toda la historia, el arte y la naturaleza de la región.

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Tierra Borromeo (Terre Borromeo: isoleborromee.it) es la marca que une estos rincones, culturales y naturales, asociados a la familia Borromeo desde hace siglos, casa a la que pertenece Beatrice, mujer de Pierre Casiraghi. Fueron estas preciosas islas las elegidas por la pareja para darse el ‘sí, quiero’ en el año 2015 y no pudieron elegir un lugar más lleno de lujo, sofisticación y belleza que este, muy del estilo Borromeo. Si a tu familia pertenece un lugar así, ¿por qué elegir otro para casarte?

Un recorrido por el norte de Italia nos permite vivir una “experiencia Borromeo” visitando estas islas, sus palacios y frondosos jardines, que están entre los más bellos de Europa, e impregnarnos un poco de ese glamur y elegancia que destila la aristócrata italiana.

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ISOLA BELLA

Comenzamos la ruta por esta isla situada frente a la localidad de Stressa que, junto con isola Madre, es todavía propiedad de la familia Borromeo. La que durante el siglo XVI fuera una roca habitada solo por pescadores, a principios del XVII y de mano de la familia se ideó un proyecto que conduciría a la creación de un magnífico palacio y un jardín. Las obras continuaron a lo largo de los siglos XVIII y XIX, hasta 1948, cuando finalizaron con las construcción de la fachada norte y el gran muelle.

 

Una inmersión en el Barroro supone la visita al Palacio Borromeo. En un recorrido a través de sus salas, máxima expresión de este estilo artístico, se contemplan obras de arte de grandes artistas, como Rafael, Tiziano o Guido Reni, que en ocasiones han sido cedidas a importantes museos y exposiciones. El paseo por los salones, como el del Trono, el de las Reinas, el de los Tapices o el del Baile (que enamoró a Lady Di en su visita a la isla) transporta al visitante a épocas pasadas, aquellas en las que los nobles coleccionaban grandes obras de arte.

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Sin menospreciar tanta joya del arte, otras de las grandes atracciones de la isla Bella la encontramos en el exterior. Un jardín, con diez espectaculares terrazas ajardinadas construidas en el siglo XVII, en las que tampoco faltan muestras artísticas. El Teatro Massimo es el monumento más importante de este espacio, amén de estatuas, obeliscos y fuentes escondidas entre la frondosa vegetación que cambia de color en función de la época del año. Y todo bajo el símbolo de la familia: el unicornio emblema de los Borromeo.

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Primero encontramos una terraza de mármol blanco con camelias, las primeras en florecer y llenar todo de color, para luego dar paso a las azaleas, que lo hacen durante la primavera, como las hortensias o las rosas en mayo y las adelfas en el mes de junio. También los cítricos aportan la nota de color, minetras que el verde lo ponen los setos de boj. ¿Qué podía faltar en un edén así? Nada, porque nos queda por mencionar los pavos reales albinos, con sus majestuosas colas blancas desplegadas que destacan entre los intensos colores de las flores.

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ISOLA MADRE

De la isla Bella saltamos a la isla Madre, que si la anterior contaba con un hermoso jardín, en esta se admira el que está considerado uno de los mejores ejemplos del arte de la jardinería de Europa.

 

La mayor del archipiélago que forman las Borromeas -isola Bella, isola Madre e isola dei Pescatori- cuenta con un palacio de finales del XVI que permanece abierto al público. La estrella en él es el jardín de estilo inglés, ocho hectáreas repletas de distintas especies de árboles, plantas raras y exóticas traídas de países de todo el mundo, que inicialmente fueron recolectadas por Vitaliano IX Borromeo, antepasado de Beatrice y entusiasta de la botánica.

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Eucaliptos y palmeras, magnolios, bambúes, camelias, estanques con nenúfares, coníferas y arces… son algunas de las especies que hoy los jardineros miman en cada rincón del parque. También hay pavos reales -blancos, claro- o faisanes que se pasean por su propio paraíso terrenal.

 

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El estilo elegante que corresponde a los Borromeo se muestra en el interior del palacio, decorado con muebles y tapices procedentes de casas históricas que la familia poseía en Lombardía. También el teatro de marionetas con el que, en siglos pasados, se entretenían los ilustres invitados a su hogar.

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LA VILLA PALLAVICINO EN STRESSA

Una espléndida villa del siglo XIX de estilo neoclásico, que desde 1952 se completa con un zoológico, es la siguiente parada en este viaje por algunas de las propiedades de la familia Borromeo, de visita obligada en un recorrido por los lagos del Piamonte.

 

18 hectáreas a orillas del lago Maggiore, junto a la localidad de Stressa, hogar de unas 60 especies diferentes de mamíferos y aves, algunos de ellos traídos hasta aquí tras recuperarlos y ser imposible su reinserción en su hábitat natural. La granja hará las delicias de los más pequeños y de los mayores el jardín de flores, algo que nunca falta.

 

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Como no todo iban a ser palacios y jardines, nos dirigimos al interior, una zona situada entre el lago Maggiore y el de Orta, para conocer el parque Mottarone, a 15 kilómetros de villa Pallavicino (mottarone.it). Un espacio natural donde la vista se pierde entre el lago Maggiore, las islas Borromeas y los altos picos de los Alpes, al que se va a disfrutar de un parque de aventuras en medio de la naturaleza, porque los dominios de “Terre Borromeo” llegan hasta aquí.

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LA FORTALEZA MEDIEVAL DE ANGERA

Aún nos queda recorrer el lado opuesto del lago Maggiore, en la orilla de Lombardía. Allí se encuentra Rocca di Angera, una imponente fortaleza medieval que primero perteneció a la familia Visconti para pasar a manos de los Borromeo en el siglo XV. Allí se celebró, el pasado mes de agosto la puesta de largo de Isabella, hermana de Beatrice, a la que asistieron príncipes y aristócratas de toda Europa. El castillo ha sido sometido en los últimos años a una restauración encargada por la princesa Bona Borromeo, tía de Beatrice, con la intención de devolverle su antiguo esplendor.

 

La temporada en que este magnífico edifico permanece abierto al público ya ha dado comienzo (entre marzo y novimebre de 2024). En él se visitan sus solemnes salas, algunas con excepcionales pinturas al fresco como las del Salón de Justicia o el Salón de las Ceremonias, uno de los ejemplos más importantes de pintura del gótico tardío lombardo.

 

En su interior se encuentra el Museo de Muñecas y Juguetes más grande de Europa, creado por la princesa Bona Borromeo en 1988, con 12 salas que contienen algunas piezas únicas en el mundo. En él se exhiben más de 1000 muñecas realizadas desde el siglo XVIII hasta la actualidad, así como juguetes y autómatas de los siglos XIX y XX.

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Como en isola Bella e isola Madre, los Borromeo han cuidado los jardines exteriores, que aquí son de estilo medieval, donde se pueden encontrar algunas plantas medicinales y una bonita rosaleda.

 

Arte y naturaleza se funden de manera inseparable en las tierras Borromeo y sus islas. De ellas dijo Montesquieu: “Me encuentro en el lugar más bello del mundo”, algo así debió de pensar Beatrice cuando lo eligió para celebrar su boda, o su hermana Isabella para hacer lo propio en su puesta de largo. Ellas que podrían haber elegido cualquier otro lugar del mundo, lo hicieron aquí. Quienes lo visiten, lo entenderán.

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