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PLAYAS HAY MUCHAS, PERO LAS DE NICOYA...

Situado como está en la estrecha franja por la que se extiende América Central, Costa Rica es un paraíso tropical que reparte sus playas entre el Pacífico y el Atlántico. Casi trescientos arenales rodeados de selva, sembrados de palmeras, con aguas cristalinas perfectas para el buceo y el surf, donde las más espectaculares se concentran en la costa del Pacífico, especialmente al sur de la península de Nicoya, en la región de Guanacaste. Durante mucho tiempo, las playas de Malpaís, fueron uno de los secretos mejor guardados. Los surfistas las descubrieron y hoy a Playa del Carmen, Santa Teresa o Moztezuma (en la imagen), entre otras, llegan surfistas de todo el mundo a disfrutar de sus olas, buenas y constantes durante todo el año.

 

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SUBIR AL CRÁTER DEL VOLCÁN IRAZÚ

Una de las experiencias más increíbles que se pueden vivir en Costa Rica es oír el rugido de los volcanes, ya que algunos de los 300 que posee permanecen en activo. A otros se puede ascender sin ningún esfuerzo, como el Irazú, el más alto del país (3432 metros) y también el más grande, que da nombre a un parque nacional. A una treintena de kilómetros de Cartago, la antigua capital, guarda en su interior un lago de color verde de 300 metros que causa admiración, como también caminar por su lava volcánica. Situado en el mismo centro del país, si el día está despejado, desde sus alturas se llega a observar de un vistazo el océano Atlántico y el Pacífico.

 

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CATARATA DEL RÍO CELESTE

Las aguas del río Celeste son del color de su nombre y una de las maravillas de Costa Rica. La leyenda cuando que esta maravilla natural se debe a que Dios cuando terminó de pintar el cielo lavó los pinceles en él, la geología tiene otra teoría más científica y explica que este color tan particular se debe a la unión de las aguas de dos ríos con contenidos minerales distintos provenientes de las faldas del volcán Tenorio. Protegido como parque nacional, un sendero de 7 kilómetros muestra sus principales atractivos: teñideros, aguas termales, fumarolas y un espectacular salto de agua. Si se quieren seguir descubriendo más cascadas, la de La Paz, en medio de un bosque nuboso, la de Bajo del Toro y Uvita son otras de las más asombrosas.

 

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LAS AGUAS TERMALES AL PIE DEL VOLCÁN

El Arenal es el volcán perfecto. Situado a caballo entre las provincias de Alajuela y Guanacaste, durante años atrajo todas las miradas por sus constantes erupciones de lava, pero aunque ahora lleva unos años dormido sigue causando admiración por su forma cónica y las numerosas actividades en la naturaleza que ofrece a su alrededor. A los pies de este coloso, pocas sensaciones más placenteras que sumergirse en las cascadas y aguas termales que manan en la exuberante reserva tropical en la que está inmerso el complejo Tabacón Thermal Resort & Spa y vigila este gigante.

 

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ALOJARSE EN UN ECOLODGE

En un país con una naturaleza y una biodiversidad tan extraordinarias como Costa Rica, no hay mejor elección para alojarse que sus lodges ecológicos. Su concepto está basado en un estricto respeto por el medio ambiente. Inmersos en los bosques nubosos y rodeados de vegetación tropical, su arquitectura es 100% sostenible, sus casitas tienen techos de caña y en sus restaurantes se sirve cocina orgánica. Se pueden encontrar ecolodges en la mayoría de parques nacionales y reservas.

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EN LANCHA POR TORTUGUERO

Recorrer los canales y manglares del Parque Nacional de Tortuguero implica subirse a una lancha y recorrer una buena porción de este bosque húmedo tropical que ocupa más de 26.000 hectáreas. Cerca de 400 especies de árboles, alrededor de 2200 tipos de plantas, más variedad de aves de las que suma Europa entera y mamíferos como el manifordo, la danta o los jaguares dan idea de la biodiversidad de este espacio enclavado en el litoral atlántico de Costa Rica. Entre los meses de julio y septiembre el espectáculo está servido en sus playas solitarias, cuando llegan a desovar en ellas las tortugas verdes, que llegan a superar el metro y medio de largo y hasta 300 kilos de peso, llegan para el desove, entre febrero y julio lo hacen las tortugas baula.

 

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¿QUETZAL O BALLENAS?

Por su clima tropical y su amplia variedad de hábitats, Costa Rica es un refugio de vida silvestre y biodiversidad. Es el hogar de más de medio millón de especies o, lo que es lo mismo, del 5% de las especies de todo el mundo. Aquí se ven colibríes, perezosos, serpientes, lagartos gigantes, cientos de especies de mariposas e insectos y miles de aves, entre ellos el quetzal, una de las más llamativas del mundo. Los aficionados al birdwatching encuentran su lugar en el parque nacional al que da nombre, en San Gerardo de Dota, donde crece su principal alimento: el árbol aguacatillo.

Si lo que se buscan son ballenas, en el Parque Nacional Marino Ballena se pueden avistar las jorobadas que llegan hasta aquí para reproducirse, ya sea desde la mismo orilla o saliendo en barco a su encuentro. También varios tipos de delfines.

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EN TIROLINA POR LA SELVA DE MONTEVERDE

Lluviosos, nubosos y tropicales secos. Los bosques de Costa Rica son diversos y animan a vivir increíbles aventuras de turismo sostenible. En la zona montañosa del noroeste del país, los amantes de la naturaleza más atrevidos encuentran en la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde su paraíso, pues además de la riqueza de su biodiversidad, posee los puentes colgantes más largos del país y tours en canopy (tirolina) que incluyem miles de cables, múltiples plataformas y vistas inimaginables sobre las nubes. Toda una experiencia de adrenalina.

 

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RAFTING EN AGUAS BRAVAS

Las aguas bravas de algunos ríos de Costa Rica invitan a vivir una jornada de aventura a bordo de una lancha neumática, como el Reventazón o el río Pacuare (en la imagen), famosos en todo el mundo por sus descensos de rafting. Entre Cartago y Limón este último invita a un recorrido por sus 30 kilómetros de rápidos rodeados de naturaleza. Otros también buscados por los jóvenes para practicar esta actividad son Sarapiquí y Corobicí.

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CORCOVADO, UN PARQUE IMPRESCINDIBLE

El catálogo de parques nacionales -además de reservas naturales y áreas protegidas- de Costa Rica es apabullante. Difícil quedarse con uno solo, porque durante un viaje al país habrá que seleccionar varios, entre ellos debe incluirse Corcovado, en la costa del Pacífico. National Geographic llegó a nombrarlo el mejor del mundo y ocupa más de la mitad de la península de Osa. Su naturaleza tropical es exuberante, sus árboles altísimos y en él habitan infinidad de especies animales, desde jaguares y tapires a guacamayos, tucanes, iguanas y varias especies de monos que se ven sin esfuerzo durante una caminata por sus principales senderos selváticos.

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