Desde Noruega hasta Alaska: así son las casas de Papá Noel por el mundo
Con su barba blanca y su traje rojo llega cada 24 de diciembre a llenar las casas del mundo occidental de ilusión, pero, ¿quieres saber de dónde viene?
¿Conoces el verdadero origen de la tradición de nuestro querido Papá Noel? No es el único nombre por el que le conocemos, porque Papá Noel o Santa Claus o Joulupukki o San Nicolás o simplemente, ese gordito de cara amigable, gran barba blanca y no menos barriga enfundado en un traje rojo tiene un origen más allá de la acertada campaña de Coca-Cola que le vistió de este color y le hizo aparecer en los televisores de medio mundo. El origen de la tradición de Papá Noel se inspira en San Nicolás, un obispo que vivió en la actual Turquía en el siglo IV. Al morir sus padres, heredó una gran fortuna que utilizaba para dejar regalos y oro a los más necesitados, accediendo a sus casas a través de las ventanas o chimeneas. Se cree que su tumba está en Irlanda, a unos metros de la iglesia de San Nicolás, y son muchos quienes la visitan en estas fechas.
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Hoy en día, su casa más conocida se encuentra en Finlandia, y el hecho de que recorra el mundo en un trineo guiado por renos hace imaginar que su hogar esté en algún país escandinavo, desde luego. La realidad es que Papá Noel cuenta cada vez con más casas repartidas por el mundo y abiertas al público y no es de extrañar. Queridos niños, pensad que tanto reparto de regalos en una sola noche, sumado a su avanzada edad, le hace tener que descansar y estos son algunos de los lugares donde lo hace. ¿Los visitamos?
Pocos saben que Papá Noel tiene una residencia en el corazón de Alaska que se encuentra abierta al público todo el año. Se trata de un antiguo comercio navideño de los años 50 convertido en oficina de correos y tienda. Su entrada no destaca mucho, salvo por una figura de un Papá Noel de 13 metros, pero es en el interior donde aguarda la magia. Para llegar hasta ella hay que dirigirse a la localidad de North Pole, muy próxima a Fairbanks y decorada completamente con motivos navideños. Su nombre original era Davis, pero decidieron cambiarlo a North Pole (Polo Norte) para darle más emoción al lugar, rebautizando también sus calles: Snowman, Saint Nicholas Drive…
La propiedad más oficial de Papá Noel se encuentra al norte de Finlandia, concretamente en el Círculo Polar Ártico, donde el sol no aparece casi durante el invierno, y no se esconde en verano. En ella se ubican el taller de juguetes, una sala en la que tomarse una foto con el propio Santa y una oficina de correos que recibe cartas de todo el mundo. Desde estase pueden enviar postales con el matasellos del Círculo Polar, que llegarán a su destino en Navidad, aunque las hayas enviado en abril. También existe la posibilidad de introducirlas en un buzón azul para que salgan al momento. A unos pocos kilómetros, los bosques de abetos ocultan Santa Park, un parque navideño en el que se encuentra la cabaña del protagonista de estas fiestas.
Refugiado en la montaña Rochers de Naye, en el cantón de Vaud, Papá Noel espera a los visitantes para mostrarles su casa desde el 24 de noviembre hasta el 24 de diciembre. Tras pasar por una cueva excavada en el interior de la montaña, el mismo Santa y uno de sus ayudantes reciben con regalos a los visitantes. Por las tardes, desciende de la montaña sobrevolando en su trineo las casetas de madera del cercano mercado navideño de Montreux. La única forma de acceder allí es mediante un tren cremallera que parte desde esta localidad recorriendo los impresionantes Alpes suizos nevados, lo que convierte al lugar en más especial si cabe.
En la víspera de Navidad, un pedacito de Irlanda se transforma en el Ártico para dar la bienvenida a las fiestas. Osos polares cantando, renos y otros animales están presentes en Wild Artic. También es posible ver a los duendes trabajando en la tienda de juguetes o echar una carta en el buzón mágico. Antes de finalizar la visita, todos los niños reciben un regalo de Santa en su propia cabaña. Este espacio navideño es parte de Wild Ireland, un refugio de animales salvajes donde también recuperan el bosque del condado de Donegal en el que se encuentra.
También entre los montes de Mourne, en el Condado de Down, se esconde Santa's Cottage, una cabaña tradicional irlandesa convertida en refugio de Papa Noe. Aquí se puede conocer a su querido reno Rudolph, visitar el taller donde trabajan los elfos o degustar alguna de las recetas elaboradas por Mamá Noel.
A 30 minutos en coche al sur de Olso, una vieja casa de pescadores es ahora una de las propiedades de Papá Noel, una tienda de adornos navideños y una oficina de correos en la que poder estampar un sello con su cara en tu carta o pasaporte. Treegaardens Christmas House se abrió en enero de 1988 en la plaza principal del municipio de Drøbak con la intención de conservar el espíritu de la Navidad durante todo el año.
En lo más profundo de los bosques del centro de Suecia, entre las montañas, cascadas y lagos de la región de Dalarna, se encuentra Santaworld (visitdalarna.se), un reino donde los trolls, las hadas y los elfos cobran vida. Por supuesto, tampoco falta Papá Noel, que aquí es conocido como Jultomten, una mezcla entre San Nicolás y los gnomos de la tradición escandinava, que habitan perdidos en el bosque.
A escasos kilómetros de Turín, encontramos la dirección de Papá Noel en Italia. Hemos llegado al hechizante Rivoli, repleto de mercados navideños que se concentran en las dos plazas principales de este bonito pueblo. Rivoli acoge su casa, su trineo lleno de regalos y la oficina de correos que recibe los deseos de los niños italianos. Además, los duendecillos de Papá Noel se encargan de impartir talleres de manualidades
En esta isla groenlandesa, de nombre impronunciable, sitúan el hogar veraniego de Papá Noel los niños daneses. Su rústica cabaña, de madera verde y piedra, se encuentra a una hora caminando de la bahía de Spraglebugten, al oeste del país, bajo la montaña de Uummannaq. Esta aislada casita empezó a hacerse popular en un programa navideño de la televisión de Dinamarca, convirtiéndose en toda una seña de identidad durante las fiestas navideñas y en una visita indispensable para los daneses que viajaban a Groenlandia por primera vez.