ESCAPADAS EN COCHE

De ruta por el norte de Cáceres entre miradores, saltos de agua y ciudades históricas


Viajando por uno de los territorios más sorprendentes de Extremadura descubrirás la naturaleza salvaje de Monfragüe, la belleza del valle del Jerte y el encanto histórico de Plasencia y Coria.


Mirador del castillo del Parque Nacional de Monfragüe© LucVi - stock.adobe.com
14 de octubre de 2025 - 7:30 CEST

No puede ser más que Plasencia el punto de partida ideal para descubrir la cara cultural y paisajística del norte de Cáceres. En el encantador casco histórico de la llamada “perla del Jerte” todo gira en torno a su plaza Mayor, con el imponente Palacio Municipal –en el que el Abuelo Mayorga, de casi dos metros, símbolo de la ciudad, da las horas desde lo alto del campanario– y sus edificios religiosos.

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Plasencia es una de las pocas ciudades españolas donde se han levantado dos catedrales. La Nueva o de la Asunción y la Vieja o de Santa María se encuentran incompletas, pero forman un gran conjunto monumental unido por la misma nave con dos siglos de diferencia. La primera, gótica, es el templo de más rica ornamentación de Extremadura, y se une a la segunda, románica cisterciense y gótica, a través de un hermoso claustro.

© neftali - stock.adobe.com
Casco antiguo de Plasencia.

Como reza su lema, la ciudad fue creada “para el placer de Dios y los hombres” y su entramado medieval amurallado posee una elegancia señorial no demasiado reconocida, con palacios y casas señoriales –como la de las Argollas, donde se celebró el enlace matrimonial entre el Rey Alfonso V de Portugal y Juana la Beltraneja–, también conventos, iglesias –San Nicolás, San Martín, San Salvador, San Pedro…– y su antigua judería. 

© Getty Images
Plaza Mayor de Plasencia.

Esa grandeza se descubre en una visita guiada que sigue la huella de reyes, nobles, leyendas y secretos que se esconden en cada monumento. Después, no viene nada mal probar el tapeo típico de los placentinos –morros, patatas amarillas, migas, jamón o morcilla patatera– en alguno de los bares típicos de la Plaza Mayor.

© rudiernst - stock.adobe.com
Puente Nuevo en la Garganta de los Infiernos.

EL VALLE DEL JERTE

Plasencia también presume de puentes históricos sobre el Jerte, como el Puente Nuevo, reconocido como el primer parque público de España por el rey Felipe V, ya que lo utilizaba como espacio de caza, e incluso de una isla convertida en lugar de paseo para los vecinos y con una playa fluvial. Esas aguas del Jerte se precipitan antes al llegar por las gargantas abruptas a un hermoso valle que todos conocen por sus famosas terrazas de cerezos.

© Alamy Stock Photo
Los Pilones de la garganta de los Infiernos es una de las piscinas naturales más bonitas de Extremadura.

Por sus vistas, sus cascadas, sus castaños y robledos entre montañas que superan los 2000 metros de altitud, el valle es espectacular, pero si hay que elegir una excursión imprescindible es la de Los Pilones, en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, un paisaje de grandes pozas excavadas en la roca por la erosión del agua proveniente del deshielo en las que es posible el baño en verano. Otros puntos de interés son el mirador de la Memoria; la cascada El Caozo en Piornal –un espectacular salto de agua de 30 metros que conviene visitar en primavera–, las cascadas de las Nogaledas, con 7 saltos de agua en un paseo repleto de castaños, y los miradores del Balcón del Valle y del puerto de  Tornavacas. 

© Alamy Stock Photo
Catedral de Santa María de la Asunción.

CORIA MONUMENTAL

Otra propuesta diferente desde Plasencia nos conduce hacia la frontera portuguesa para visitar Coria, a solo 40 kilómetros del límite provincial. Es esta una ciudad vinculada a los Duques de Alba, la antigua sede del Marquesado de Alba y el principal apoyo de una de las diócesis más antiguas de España. El castillo ducal, del siglo XV, fue asediado, conquistado y ocupado, pero los duques de Alba mantuvieron el señorío de Coria entre sus títulos hasta finales del siglo XIX. Después el edificio pasó a manos privadas.

© Alamy Stock Photo
Panorámica del puente romano y la catedral de Coria.

Coria sorprende por su trazado medieval irregular repleto de palacios y conventos, muy protegido por una magnífica muralla romana casi circular, con 20 torres de planta cuadrangular, desde la que se divisa el río Alagón. En lo más alto de la ciudad se levanta su magnífica catedral que alberga una de las reliquias más preciadas de la cristiandad: el mantel sagrado de la Última Cena. Se tiene constancia de su existencia en la catedral desde 1403 y la pieza, que mide 4,42 metros de largo por 92 centímetros de ancho, se exhibe en el Museo Catedralicio.

La pieza convocaba a miles de peregrinos que querían ver e incluso la reliquia. De ahí que cada 3 de mayo desde 1495 a 1791 los caminantes acudían a esta catedral atravesando el cercano puente de piedra para contemplar este tejido en el balcón de las reliquias. Sin embargo, el fervor de los creyentes era tan intenso que arrancaban pedazos del mantel por lo que se decidió no mostrar públicamente más la reliquia debido a su continuo deterioro.

© Cordon Press

MONFRAGÜE, UN MIRADOR ORNITOLÓGICO

A una hora en coche desde Coria, el Parque Nacional de Monfragüe ofrece la posibilidad de descubrir un refugio de aves único para el buitre negro y el leonado, las águilas imperial y real y la cigüeña negra. Los aficionados al birdwatching pueden contemplar en libertad a más de 200 especies en un territorio que abarca casi 19.000 hectáreas de bosque mediterráneo, con presencia de zorros, ginetas y tejones, y de roquedales montañosos. 

Gran parte de esa fauna se puede admirar desde sus miradores, el más solicitado es el Salto del Gitano, con la imponente pared rocosa de Peña Falcón sobre el río Tajo, y el mirador del castillo de Monfragüe, una alcazaba árabe que cuenta con varias plataformas de observación. Junto a la torre del homenaje de la ruina se puede visitar la ermita de la Virgen de Monfragüe, una talla bizantina que fue traída desde Palestina por caballeros cruzados siglos antes. También son interesantes los miradores de La Portilla del Tiétar, El Puerto de la Serrana, El Pliegue y La Higuerilla. Otra opción es cubrir varias rutas a pie muy bien señalizadas a pie, en bicicleta o incluso a caballo.

© Paradores
Parador de Plasencia.
Rabo de toro estofado al estilo cordobés, del restaurante Succo.

DORMIR Y COMER

El Parador de Plasencia (parador.es) se ubica en el lugar donde se levantó la primera sinagoga de la ciudad y después fue convento dominico. Otro edificio histórico, el Palacio Episcopal de Coria, alberga el cuatro estrellas AHC Palacio de Coria (ahchoteles.com), justo al lado de la catedral. A 19 kilómetros de Plasencia, el Hotel Balneario Valle del Jerte (balneariovalledeljerte.com) permite disfrutar de diferentes zonas de agua natural y mineromedicinal.

Entre la buena oferta de restaurantes de Plasencia destaca Succo (restaurantesucco.es), que triunfa con sus excelentes carnes, y Aromë (aromerestaurante.es), especializado en pizzas. En Coria los productos ibéricos del cerdo y el toro de lidia son muy populares, que se pueden disfrutar en sus restaurantes o en las fiestas gastronómicas que se celebran a lo largo del año.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.