Ya tenemos disfrutando de los primeros días de otoño, la mejor estación para las escapadas y, aunque este año no hay puente de la Hispanidad, no deberías perder ninguna oportunidad de disfrutar en octubre. ¿Qué es lo que más buscamos este mes? Destinos cercanos y mucha naturaleza: bosques que cambian de color, rutas senderistas, cuevas increíbles... Todo ello y más lo vas a encontrar en estas ideas para que planifiques los cuatro fines de semana. No te pierdas ninguno.
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La montaña central leonesa alberga algunos de los paisajes más bellos del norte de España y no todos están en la superficie, también guarda algunos bajo tierra, como la grandiosa cueva de Valporquero. Su visita, tranquila o de aventura espeleológica, es un buen motivo para planificar una escapada de finde en octubre (cuevadevalporquero), que te dará para descubrir, además, su entorno y sus pueblos próximos. Tomando como punto de partida León, a unos 35 kilómetros, la carretera LE-315 se adentra en el estrecho desfiladero de las hoces de Vegacervera. Desde ahí solo quedan 9 kilómetros de curvas, tomando un desvío a la izquierda, para llegar a una de las cuevas más grandes de España. En la Reserva de la Biosfera de Los Argüellos, es excepcional por la variedad de sus formaciones kársticas y espacios: en la sala La Gran Rotonda se alcanzan los 20 metros de altura, y por el largo pasillo llamado Gran Vía se accede a la sala de las Maravillas, el sancta sanctórum de la cavidad.
Tienes tres recorridos diferentes para elegir: uno corto, otro largo y otro insólito (18 €), el más recomendable, porque en sus 2,4 kilómetros (ida y vuelta) alcanzarás la parte más profunda y espectacular. Otra aventura será adentrarse en Valporquero para hacer espeleología acompañados de guías expertos y seguir el curso del río subterráneo, a través de cascadas y lagos que desembocan en las hoces de Vegacervera. La actividad la ofrecen empresas como Guheko (guheko.com) y Naturocio (natuocio.net). En el entorno no debes dejar de asomarte al mirador de la Atalaya del pequeño pueblo de montaña de Valporquero, con espléndidas vistas sobre los valles de los alrededores, y en el de Vegacervera, probar la delicia local, la cecina de chivo, por ejemplo, en el restaurante Las Rocas.
El segundo fin de semana de octubre puedes hacer una escapada a Oviedo y descubrirlo con otra mirada: desde el Monte Naranco. Un monte al que los ovetenses acuden a disfrutar del campo y en el que puedes pasar el día entero, porque que tiene un montón de alicientes para no salir de él: senderos panorámicos, fuentes, joyas arquitectónicas y buenos sitios para comer o sentarte a tomar una sidra. Para alcanzar la clina que corona la capital asturiana podrás llegar en coche, pero más saludable será hacerlo andando. En su cima una descomunal escultura del Sagrado Corazón de Jesús da la bienvenida; desde aquí se contemplan unas vistas excepcionales, que en días claros, llegan hasta el mar. También encontrarás dos joyas del arte prerrománico: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Muy cerca, y buena introducción a estas, el Centro de Interpretación del Prerrománico Asturiano, desde el que organizan visitas guiadas y actividades.
Por el monte Naranco también discurren 6 itinerarios señalizados en los que ir disfrutando de la naturaleza, el paisaje, la flora y la fauna: robles, castañas, corzos y más de 80 especies de aves. La senda de los Neveros (10 kilómetros) o el circular que pasa por la fuente de los Pastores (7,6 kilómetros) son buena elección.
Para en algún momento a tomar una sidra en el merendero Bella Vista y si quieres disfrutar de una comida más larga, reserva en Casa Lobato (casalobato.es), que tiene historia y un pixín delicioso.
El Monasterio de Piedra es un clásico entre los clásicos, sí, lo sabes, pero es que la magia del otoño hace regresar año tras año. Un parque de cuento o, más bien, un jardín romántico insertado en la naturaleza, a unos kilómetros del pueblo de Nuévalos, con saltos de agua espectaculares, plácidos lagos encajonados entre soberbias paredes que reflejan como espejos el paisaje, riachuelos, grutas, árboles centenarios… y un monasterio, con ocho siglos a sus espaldas. Tienes que visitarlo para conocer un rico conjunto monumental que incluye la iglesia, las estancias monacales y el Museo del Vino DO Calatayud. Pero, además, quedarte a comer y a dormir, con la ventaja de ser de los primeros en entrar por la mañana al parque y disfrutar con más calma.
El Castañar de El Tiemblo es un bosque de 10 para el otoño, cuando luce sus mejores colores. Cuenta con varios recorridos senderistas, pero el más recomendable es la ruta circular que lleva a El Abuelo, un inmenso castaño centenario junto al que, seguro, te harás unas cuantas fotos. Después de respirar aire puro, tienes que acercarte a los Toros de Guisando, un conjunto escultórico vetón con historia, pues fue aquí donde Isabel de Castilla firmó el tratado por el que fue proclamada heredera al trono.
El fin de semana da más de sí para descubrir otros rincones de este entorno sorprendente de Ávila que es el Valle de Iruelas, en el límite con Madrid y en las estribaciones de Gredos. Tienes recorridos senderistas, caminos para hacer trekking, paseos a caballo por las riberas de los ríos, rutas en piragua por el pantano del Burguillo. La senda Botánica y la del Cerro de la Lancha de las Víboras son algunas de las rutas más cortas y fáciles, más tiempo lleva la subida al puerto de Casillas para luego continuar hacia el Cerro de la Escusa el Pozo de la Nieve. En la zona de Las Cruceras se encuentra la oficina de información del valle donde te darán más información.