Mel Gibson en el monasterio serbio-ortodoxo de Hilandar, Grecia© @unitedgreekamericans

LUGAR SAGRADO

El monasterio ortodoxo griego donde Mel Gibson busca inspiración y retiro espiritual

¿Qué busca una estrella de Hollywood en uno de los lugares más inaccesibles y espiritualmente intensos del mundo? Descubre cómo es el día a día en este rincón sagrado.


1 de julio de 2025 - 16:57 CEST

El Monte Athos es un enclave sagrado entre el cielo y el mar. No es solo una montaña y una península: es un estado monástico autónomo dentro de Grecia, regido por leyes propias y habitado únicamente por monjes ortodoxos. Su historia se remonta a más de mil años atrás y su aislamiento ha permitido conservar una forma de vida medieval prácticamente intacta. Allí se ha refugiado Mel Gibson, director de la película La Pasión de Cristo y conocido por su intensa religiosidad, como otras figuras conocidas que llegan buscando silencio, consejo espiritual o, simplemente anonimato.

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Mel Gibson en el monasterio serbio-ortodoxo de Hilandar, Grecia© @unitedgreekamericans
Mel Gibson es conocido por su intensa religiosidad.

Alejado del ruido de Hollywood y en contacto directo con la tradición viva del cristianismo ortodoxo, el actor se encuentra estos días en el monasterio de Hilandar, uno de la veintena que conforman este misterioso monte, pues está preparando su último proyecto cinematográfico: una película sobre la resurrección de Cristo. Pero ¿cómo es exactamente este lugar tan apartado como fascinante que Mel Gibson ha vuelto a poner en el mapa? Descubrámoslo:

© Alamy Stock Photo
Monasterio de Gregoriou, asomado al Egeo.

DÓNDE ESTÁ EL MONTE ATHOS

Situado en el extremo oriental de la península de Calcídica, en el norte de Grecia, el Monte Athos pertenece al Estado griego, pero goza de autogobierno religioso bajo jurisdicción del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. La entrada está estrictamente regulada, y solo los hombres pueden visitarlo (una regla conocida como avaton, en vigor desde el año 1045).

CÓMO LLEGAR 

El punto de partida habitual para acceder al Monte Athos es el puerto de Ouranoupoli, a unos 120 kilómetros de Tesalónica, la segunda ciudad más grande del país. Desde allí, cada mañana zarpan ferris hacia el puerto de Dafni, la principal entrada al territorio monástico. 

Antes de embarcarse, es imprescindible tramitar el diamonitirion, el permiso oficial de entrada, que se solicita previamente (normalmente con semanas de anticipación). Este documento permite la estancia por un máximo de 4 noches, y el número de visitantes diarios está limitado a unas 100 personas (solo 10 no ortodoxos).

© Alamy Stock Photo
Monje en el monasterio de Koutloumousiou.

UN MUNDO EN 20 MONASTERIOS 

Monte Athos alberga 20 monasterios principales –conectado por un servicio de furgonetas o por caminos a pie–, además de cientos de sketes (pequeñas comunidades), celdas y ermitas. Cada uno tiene su historia, su estilo arquitectónico y su identidad espiritual. El monasterio de Hilandar (Chelandariou), en el que está haciendo su retiro Mel Gibson, es el único perteneciente a la iglesia ortodoxa serbia –fundado por San Sava en 1198– y conserva una notable biblioteca medieval y manuscritos únicos; el Gran Laura, fundado en el año 963 por san Atanasio, es el más antiguo y uno de los más impresionantes; Iviron, de origen georgiano, destaca por su icono milagroso de la Virgen Portaitissa; Simonos Petra está literalmente colgado de un acantilado sobre el mar Egeo, como una fortaleza suspendida en el aire; San Panteleimonos, de fundación rusa, es el más grande del Monte Athos, con cúpulas verdes y doradas inmensas y enormes campanas cuyo tañido se escucha a kilómetros de distancia…

© Gamma-Rapho via Getty Images
Frescos en el monasterio de Hilandar.
© Alamy Stock Photo
Monasterio Saint Panteleimon.

LA VIDA DIARIA: ORACIÓN, TRABAJO Y SILENCIO

La jornada de un monje athonita gira en torno a la oración, el trabajo físico y la meditación. El día comienza a las 3 o 4 de la madrugada, con el oficio de maitines, seguido de la Divina Liturgia, trabajo manual, comida frugal (vegetariana, sin aceite en días de ayuno), más oración y lectura espiritual.

No hay televisión, ni internet, ni relojes en los monasterios. La vida se mide en tiempo bizantino (el día comienza con la puesta de sol), y los monjes visten el tradicional hábito negro que simboliza su renuncia al mundo.

NORMAS Y RECOMENDACIONES PARA VISITANTES

  • La entrada a mujeres en los monasterios está absolutamente prohibida.
  • El Monte Athos no es un destino turístico, sino un lugar sagrado. Cada visitante es tratado como peregrino y de él se espera silencio, respeto por los oficios litúrgicos, en los que está invitado a participar, y obediencia a los monjes anfitriones.
  • El código de vestimenta exige pantalones largos, mangas largas y ropa sobria.
  • No se permite bañarse en el mar –la península está rodeada de mar y tiene playas– ni hacer senderismo fuera de las rutas autorizadas.
  • Las fotografías están permitidas en exteriores, pero nunca dentro de las iglesias ni a los monjes sin permiso.
  • Cada monasterio ofrece alojamiento gratuito, aunque se agradecen donaciones voluntarias. Las reservas deben hacerse por teléfono directamente con los monasterios una vez se ha obtenido el diamonitirion. La experiencia es espartana pero profundamente auténtica: habitación compartida, cena comunitaria, oración nocturna y un silencio casi absoluto.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.