Perico Durán, piloto de Iberia, comandante del Airbus A320 y divulgador en redes sociales especializado en superar el miedo a volar© Perico Durán

Perico Durán, comandante de aviación y divulgador: “Volar es increíblemente seguro, lo que a veces falla es la percepción”

Hablamos con el piloto de Iberia y comandante del Airbus A320, pero también divulgador de contenido en redes sociales, donde se ha especializado en ayudar a quienes tienen miedo a volar.


25 de junio de 2025 - 14:00 CEST

Por fin ha llegado el verano, un momento en el que muchos de nosotros nos preparamos para los deseados viajes que llevamos meses planificando. Los desplazamientos aéreos aumentan considerablemente en estas fechas porque las ganas de conocer el mundo nos hacen subir a un avión y dirigirnos, emocionados, a descubrir nuevos destinos. A pesar de que los aviones son uno de los medios de transporte más seguros del planeta, a veces, no todos lo percibimos de la misma manera. 

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Por eso hemos querido hablar con Perico Durán, que, aunque a muchos les sonará familiar su nombre por su relación -y reciente ruptura- con la presentadora Lara Álvarez, es un comandante de aviación con más de 25 años de experiencia como piloto de aviación comercial. Muchos de ellos centrado en ayudar a las personas que tienen miedo a volar, a comprender lo que ocurre dentro de un avión y a ayudarles a recuperar la confianza y superar esa barrera que sí, como él mismo nos dice, se puede conseguir.

– Perico, ¿cómo comienza tu interés por ayudar a las personas a superar su miedo a volar? 

Después de tantos años volando, empecé a recibir muchos mensajes de personas que sufrían cada vez que tenían que subirse a un avión. Me contaban sus historias, sus bloqueos, sus ganas de viajar, pero también su ansiedad, sus crisis… Y me di cuenta de que no tenían un sitio de confianza al que acudir. Así nació este proyecto: para darles un lugar donde se sintieran acompañadas, donde pudieran entender lo que ocurre en un avión y lo que ocurre en su mente cuando sienten miedo. Un sitio hecho para ellas. 

– ¿Volar es seguro? 

Sí. Es incluso más seguro de lo que la mayoría imagina. La aviación es la industria más segura del mundo. Todo está pensado y revisado una y otra vez: desde el diseño de los aviones hasta los protocolos que seguimos los pilotos. Volar es increíblemente seguro, lo que a veces falla es la percepción. 

Mujer abrochándose el cinturón de seguridad en un avión© romanets_v - stock.adobe.com

– Entonces, ¿el miedo a volar es irracional? 

Es un miedo que no se basa en el peligro real, sino en cómo lo percibimos. No me gusta llamarlo irracional, porque invalida lo que la persona siente como real. Pero sí se puede decir que es un miedo aprendido. Y lo aprendido, se puede desaprender. 

– ¿Qué fue lo primero que hiciste para ayudar a las personas con miedo a volar? 

Empecé compartiendo vídeos en redes sociales. Explicando cómo funciona un avión, qué es la turbulencia, cómo nos preparamos para cada vuelo… Quería quitarle misterio a algo que, desde fuera, puede parecer muy complejo. Y poco a poco empezó a crearse una comunidad luchando contra esate miedo. 

– ¿Por qué crees que hacía falta algo así? 

Porque durante años el miedo a volar ha sido un tema muy poco atendido. Muchas personas no sabían ni por dónde empezar. Yo quise crear algo accesible, fácil de entender, cercano. Que pudieran tenerlo siempre a mano. Por eso lancé la comunidad, la academia on line… Para que quien tuviera miedo supiera dónde acudir con un solo click (pericoduran.com). La comunidad 'Sin miedo a volar' es uno de los pilares del proyecto. Es un espacio donde personas con miedo, de distintos niveles, se apoyan, se acompañan y van ganando confianza. Hay personas que llevaban años sin volar y han vuelto a hacerlo. Otros están empezando ahora el camino. Y lo más bonito es ver cómo unos animan a otros. Es una red de apoyo única. 

– ¿Y en qué consiste la academia? 

En la Academia 'Sin miedo a volar' está alojado el curso más completo que se ha hecho nunca sobre este tema. Son más de 100 vídeos, con más de 7 horas de contenido, donde explico paso a paso cómo funciona la aviación. La clave es que el alumno recupere la confianza: en la aviación, en las personas que trabajan en ella, y en sí mismo. 

Hablamos en profundidad de todo lo que suele generar miedo: climatología, turbulencia, despegues, aterrizajes, el papel de los motores, lo que ocurre en cada fase del vuelo… Todo explicado de forma clara, sin tecnicismos y accesible para cualquier persona, aunque no sepa nada de aviación. No se había hecho nunca un curso así.

Además del curso, dentro de la academia también hay guías que he escrito, como la guía para viajar en familia y la guía más completa para perder el miedo a la turbulencia. Todo pensado para que quien lo necesite tenga un sitio de referencia al que acudir. 

– ¿Qué perfil tiene la gente que lo hace? 

De todo. Hay personas que no han volado nunca y ya lo vuelven a hacer. Gente que está en las primeras etapas del miedo y quieren ponerle freno antes de que derive en una fobia. Madres que han desarrollado miedo al tener hijos. Personas que volaban sin problema y, de repente, dejaron de sentirse seguras. El miedo a volar no entiende de edades ni profesiones. 

– ¿Se puede superar realmente el miedo a volar? 

Sí. Lo veo cada semana. Tengo cientos de casos de exito. Personas que me escriben diciendo: “He volado después de años y lo he disfrutado.” Otras que lo han hecho con nervios, pero con orgullo. No hay una única fórmula mágica, pero con conocimiento, herramientas adecuadas y apoyo, se puede recuperar la tranquilidad. Y con ella, la libertad. 

© Valeriia - stock.adobe.com

– ¿Hay más accidentes de avión ahora que antes? 

No. Hay muchos menos. Lo que ocurre es que ahora, con las redes y los medios, cualquier incidente se difunde en segundos. Pero la realidad es que la aviación nunca ha sido tan segura como hoy. 

– ¿Quiénes tienen más miedo a volar, los hombres o las mujeres? 

Ambos lo tienen, pero muchas veces las mujeres lo expresan más abiertamente y piden ayuda antes. Hay hombres que también lo sufren, aunque tienden a ocultarlo más por vergüenza. En mi comunidad hay de todo: padres, madres, jóvenes, abuelos… El miedo no elige. 

– ¿Y los niños? ¿Cómo podemos tranquilizarlos si tienen miedo a volar? 

Con nuestra propia actitud. Si como adultos transmitimos calma, los niños lo perciben. Hay que normalizar el vuelo, explicar lo que va a pasar de forma sencilla, y convertirlo en una experiencia positiva. A veces el miedo de los niños es reflejo del nuestro. 

© Mrammon - stock.adobe.com

– ¿Cómo viven los pilotos el miedo? ¿Lo sienten alguna vez? 

El miedo es una emoción humana y necesaria. Nadie querría un piloto temerario, sin miedo. Precisamente el miedo bien entendido es lo que nos hace ser prudentes, seguir los procedimientos, no confiarnos. Lo importante es cómo se gestiona. 

En nuestro caso, ese miedo está recubierto por muchas capas: años de formación, muchísimas horas de vuelo, entrenamientos constantes, experiencia, trabajo en equipo… Todo eso convierte esa emoción en algo funcional, que nos mantiene alerta pero no nos bloquea. 

– ¿Qué importancia tienen las instrucciones de seguridad al inicio del vuelo? 

Mucha. Aunque hayas volado cien veces, conviene escucharlas. Cada avión puede tener particularidades. Saber cómo actuar, dónde está el chaleco o cómo colocar la mascarilla puede marcar la diferencia si algo ocurre. 

– ¿Es verdad que unos asientos son más seguros que otros? 

No, no es cierto. Todos los asientos cumplen con los mismos estándares de seguridad. El avión está diseñado para proteger a todos los ocupantes, estén donde estén. 

Y además, ir con esa mentalidad no ayuda. Elegir un asiento en función de “por si pasa algo” es alimentar la idea de que algo puede pasar. No es una buena estrategia desde el punto de vista mental. Lo que sí tiene sentido es elegir un sitio que te haga sentir más cómodo: pasillo si necesitas moverte, ventana si te gusta ver el exterior, cerca del ala si prefieres menos movimiento… Pero no por seguridad, porque todos los asientos lo son. 

– ¿Cuáles son los momentos más delicados del vuelo? 

El despegue y el aterrizaje son fases que requieren más atención por parte de la tripulación. Pero no por ser peligrosas, sino porque son las fases más dinámicas. Todo está planificado, y seguimos procedimientos muy estrictos. 

© Naila - stock.adobe.com

– ¿Cómo os preparáis los pilotos para las emergencias?

Entrenamos y nos examinan en simuladores cada seis meses. Practicamos situaciones complejas, desde problemas técnicos hasta meteorología adversa. Todo está regulado. Y no salimos a volar si no estamos al 100%. 

– ¿Qué pasa si alguien tiene un ataque de ansiedad en pleno vuelo? 

La tripulación auxiliar está formada para ayudar en estas situaciones. Saben cómo actuar, cómo calmar al pasajero y activar, si hace falta, un protocolo rápido: buscar apoyo médico o psicológico entre los pasajeros y coordinarlo todo con nosotros en cabina. Es algo bastante habitual y se gestiona con normalidad. Lo importante es saber que no estás solo y que hay un equipo preparado para ayudarte si lo necesitas. 

– ¿Qué hacéis los pilotos durante un vuelo largo? 

Desde el punto de vista operativo, estamos todo el tiempo navegando, supervisando los sistemas, comprobando que la ruta, el viento y el consumo de combustible se ajustan a lo previsto. También gestionamos el vuelo con el control de tráfico aéreo, recibiendo instrucciones o actualizando nuestra posición. No hay mucho tiempo para aburrirse. 

En los vuelos más largos solemos ir tres o cuatro pilotos, y entonces nos vamos turnando para descansar. Mientras unos están en cabina al mando, otros aprovechan para recuperar energía, siempre siguiendo unos protocolos muy estrictos. El objetivo es que en todo momento haya al menos dos pilotos descansados y plenamente atentos. 

– ¿Se puede volar con tormenta? ¿Es peligrosa la turbulencia? 

Se puede volar sin ningun problema. Volamos rodeando tormentas, no a través de ellas. Usamos radares que las detectan desde muy lejos. La turbulencia es incomoda, no es peligrosa. Los aviones están preparados para resistirla sin problema. El cinturón abrochado es suficiente. 

– ¿Y si falla un motor? 

El avión sigue volando sin ningun problema. Está certiificado y diseñado para despegar con un motor menos de los que tiene. Nosotros entrenamos ese escenario, sabemos lo que hay que hacer, y todo está preparado para mantener la seguridad. Además, los fallos de motor son extremadamente raros. 

– ¿Recomiendas tomar ansiolíticos para volar? 

Puede ayudar en algunos casos, pero siempre con supervisión médica. Lo ideal es combinarlo con un trabajo previo: conocer lo que pasa, aprender a respirar, identificar tus pensamientos… No se trata de anestesiar la experiencia. 

– Has dicho una frase que se ha hecho viral en tus redes: “El valor no es no tener miedo. Es que tus ganas de vivir, de viajar y de disfrutar pesen más que ese miedo.” ¿Es posible recuperar esa confianza? 

Claro. A veces solo necesitamos recordarlo. El miedo intenta protegernos, pero también puede limitarnos. Y cuando uno recupera la confianza, recupera la libertad. Es algo que veo cada día en mi comunidad. 

– ¿Algún consejo para volar tranquilo este verano? 

Planifica con calma, vete con tiempo al aeropuerto, elige una buena compañía, habla con la tripulación y no te exijas estar perfecto. Si sientes ansiedad, respira, céntrate en lo que sabes y recuérdate que estás en buenas manos. Volar puede volver a ser una experiencia bonita. 

– Estás escribiendo un libro sobre este tema. ¿Qué puedes adelantarnos? 

Escribo este libro por todas las personas que alguna vez han sentido que su miedo les quitaba oportunidades, viajes, encuentros, momentos importantes. Quiero que sepan que se puede salir de ahí. Que no están solas. Que el miedo se entiende, se enfrenta y se transforma. Superar el miedo a volar no va solo de coger un avión, va de recuperar la libertad de decidir, de no dejar que una emoción te encierre. El conocimiento es una herramienta poderosa, y el libro está pensado para acompañar, explicar y dar calma. Se publicará en primavera de 2026 y ojalá ayude a muchas personas a volver a mirar al cielo sin miedo. 

– De todos los vuelos que has hecho, ¿hay alguno que recuerdes especialmente? 

Mi primer vuelo solo, con 18 años, en Estados Unidos. Fue un momento inolvidable. Ese día supe que había elegido bien mi camino. Pero también recuerdo con cariño vuelos en los que, al aterrizar, algún pasajero me ha dicho que era la primera vez que volaba tranquilo gracias a lo que había aprendido conmigo. Esas palabras no se olvidan.  

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