Verano con sabor flamenco, planes diferentes en 6 ciudades de Bélgica
En Flandes, cada ciudad guarda una propuesta inesperada: desde probar el mejor chocolate del mundo en Bruselas a visitar la fábrica de cerveza más antigua de Amberes o recorrer en bici la universitaria Lovaina. Estas y otras ideas irresistibles que te van a encantar.
Hay lugares que en verano se disfrutan el doble, y Flandes es uno de ellos. Sus ciudades tienen el tamaño perfecto para explorarlas con calma, en bici o a pie, y ofrecen una mezcla irresistible de historia, cultura, gastronomía y planes originales que solo descubres si vas más allá de lo típico. Este verano te proponemos una ruta distinta: 6 ciudades flamencas, 6 formas de dejarte llevar.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Lovaina es, sin duda, la ciudad de la bicicleta. No es casualidad que sea el medio de transporte favorito de los estudiantes que viven aquí. El centro está cerrado al tráfico, y en la bonita calle Mechelsestraat encontrarás muchas tiendas y cafés con terrazas agradables, donde las bicicletas aparcadas son una imagen habitual. En la oficina de turismo (leuven.be) puedes alquilar una bici por entre 6 y 12 € al día, y te ofrecen varias rutas para descubrir no solo la ciudad, sino también el entorno rural que la rodea. Algunas de las paradas más interesantes son la abadía del Parque, uno de los conjuntos monásticos más bonitos del país, y el castillo de Arenberg, que ahora alberga la facultad de Ingeniería de la Universidad de Lovaina.
Gante fue la ciudad más grande de Europa en el siglo XVI, y pasear por ella es como viajar en el tiempo. Aquí puedes ver sus edificios gremiales reflejados en el agua, visitar la fortaleza de los Condes o maravillarte con la Adoración del Cordero Místico en la catedral. También tienes 18 museos para elegir, un montón de restaurantes en elbarrio del Patershol y una vida universitaria que le da un ambiente súper animado. Y claro, no falta el clásico paseo para probar cervezas locales.
Pero si hay algo que no te puedes perder son sus campanarios –el de la catedral de San Bavón, la Atalaya (Belfort) y la torre de la iglesia de San Nicolás–, y los tres beaterios –St. Elisabeth, Ter Hoye y Sint-Amandsberg–, que son como oasis de tranquilidad creados para mujeres en la Edad Media. Tanto los campanarios como los beaterios están protegidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
DERRÍTETE EN BRUSELAS CON EL MEJOR CHOCOLATE DEL MUNDO
El chocolate belga presume —con razón— de ser el mejor del mundo. Basta con darse un paseo por los alrededores de la Grand Place de Bruselas para caer rendido ante los escaparates de sus irresistibles tiendas, algunas de ellas centenarias. Neuhaus (Koninginnegalerij 25-27); Zaabär (Chaussée de Charleroi 125), especializada en chocolates con especias y sabores exóticos; o Pierre Marcolini (Miniemenstraat 1), en el barrio del Sablon, son algunos de los referentes imprescindibles. Y si hay un lugar que no puede faltar en la ruta es la icónica Galería Real Saint-Hubert, donde los chocolates se compran bajo una arquitectura tan elegante como tentadora.
Te recomendamos
PRUEBA EN AMBERES LA MEJOR CERVEZA
La cerveza es la reina indiscutible de las bebidas en la región de Flandes, con más de 450 variedades. Y, aunque parezca increíble, existe un recipiente específico para disfrutar cada tipo. Como cada verano, Amberes celebra su tradición cervecera con múltiples actividades y recorridos por sus famosas cervecerías. Entre ellas destaca De Koninck, la fábrica más antigua de la ciudad, que ofrece visitas y experiencias para conocer de cerca el proceso de elaboración de una de las cervezas artesanales más famosas de Bélgica. También puedes hacer un tour temático que incluya locales como Kulminator —famoso por su impresionante carta de cervezas vintage— o ‘t Spinnekopke; o visitar el Belgian Beer World, el museo que descubre la historia y la cultura cervecera de Bélgica con exposiciones interactivas, maridajes y catas guiadas.
Empieza por dar un paseo por las pintorescas calles del centro, con paradas en la plaza del Mercado, rodeada de edificios medievales, y en la plaza del Burg, donde se encuentran el ayuntamiento y la basílica de la Santa Sangre. Tras almorzar en una terraza el típico stoofvlees (estofado de carne con cerveza), haz un recorrido en barco por los canales, 25 kilómetros de vías acuáticas que rodean y atraviesa la ciudad y ofrecen una perspectiva única de Brujas. Los paseos durante entre 30 y 45 minutos (10-15 €) y recorren lugares como el muelle del Rosario o el puente de San Bonifacio. A sus orillas, calles adoquinadas y casitas medievales.
Pasear por una ciudad y escuchar el repicar de las campanas es algo que muchos conocemos, pero oír música hecha con esas campanas es otra historia. En Malinas, a 25 kilómetros al norte de Bruselas, es algo bastante habitual. La ciudad no solo tiene un carillón impresionante en la torre de su catedral, sino que también alberga una escuela muy especial que atrae a estudiantes de todo el mundo: la Koninklijke Beiaardschool Jef Denyn. Fundada en 1922, fue la primera escuela superior dedicada a tocar campanas y hoy sigue siendo la más prestigiosa a nivel internacional. Entre junio y septiembre, se organizan conciertos donde músicos de todos lados vienen a tocar piezas increíbles en este carillón tan famoso.