Diana de Gales fue, sin duda, una madre de lo más cool. Hace treinta años, cuando su hijo mayor, el príncipe Guillermo, acababa de abrir las puertas de la siempre complicada adolescencia, ella le preparó una sorpresa de lo más especial por su cumpleaños. Invitó a las supermodelos Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Christy Turlington a su casa, en el Palacio de Kensington, por una celebración de lo más especial. Guillermo, tal y como él mismo recordó, se puso "rojo como un tomate": "Era un niño de 12 o 13 años que tenía pósteres de ellas en la pared", recordó en el documental Diana, Our Mother: Her Life and Legacy, estrenado en el año 2017. "Me puse rojo como un tomate y no sabía muy bien qué decir, así que me quedé un poco anonadado. Creo que casi me caigo por las escaleras al subir. Estaba completamente impresionado", admitía entre risas.
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Aunque en ese momento se sintió avergonzado, para el príncipe Guillermo ha sido una anécdota que siempre recuerda con amor, y que sin duda le retrotrae al álbum de recuerdos junto a su madre: "Eso me ha acompañado siempre, su cariño y su vergüenza ajena y, ya sabes, su forma de ser, de ser una especie de bromista". En 2020, Campbell recordó aquel momento y compartió una anécdota hasta ahora desconocida sobre el apoteósico encuentro entre la realeza palaciega y las reinas de la pasarela: "Él estaba volviendo a casa del colegio. Y nosotras habíamos llegado antes de que él volviera", contó la supermodelo a Cindy Crawford durante un chat en directo en YouTube titulado No Filter with Naomi. "Estábamos como: '¿Qué hacemos?'. Es que era tan bonito...", admitía. La sorpresa de Diana a su hijo supuso el inicio de una amistad entre la modelo alemana y el actual heredero al trono que perdura desde hace décadas.
Hace un par de días, ambos se reencontraron con motivo de la visita oficial del presidente alemán a Reino Unido. La familia real británica acogió la primera visita de Estado alemana al país en 27 años, con una cena de gala y diversos actos ceremoniales que se celebraron en Windsor. El príncipe y la princesa de Gales recibieron a Frank-Walter Steinmeier en la pista del aeropuerto de Heathrow, antes de que el rey Carlos le agasajara con una fastuosa cena de gala navideña. En un discurso pronunciado en inglés y alemán, Carlos III dio la bienvenida al presidente y a su esposa, Elke Budenbender, así como a los otros 150 invitados, entre los que se encontraba el primer ministro Sir Keir Starmer y la propia Claudia Schiffer junto a su marido, Matthew Vaughn.
La supermodelo, que llevó un espectacular vestido negro de Balmain junto a su icónica melena color rubio platino, volvió a saludar al príncipe Guillermo, aunque en esta ocasión, en un contexto mucho más oficial. Además, el pasado mes de julio, el marido de la modelo alemana, el director de cine británico detrás de títulos como Argylle, Kick-Ass o la saga Kingsman, fue nombrado caballero por el rey Carlos III, una acolada y reconocimiento que convierte a Schiffer en dama. La pareja lleva casada desde año 2002.
Precisamente fue por aquella época cuando el príncipe Guillermo y ella coincidieron en un par de ocasiones más: se volvieron a encontrar en 2001, en una fiesta en Highgrove, en la casa de campo del actual monarca británico; y también lo hicieron un año después, en el 2002, en un partido de polo en el que se les capturó dándose un beso en la mejilla. En las fotografías, Guillermo está completamente ruborizado, repitiendo la escena que vivió en el cumpleaños tras la sorpresa de su madre Diana. Fue precisamente en esa época cuando el príncipe de Gales conocería a la que, a día de hoy, es su mujer y madre de sus tres hijos: Kate Middleton. Ambos eran estudiantes en la Universidad de St. Andrews y, desde entonces, son inseparables. Su historia de amor se consumó con una boda real y con la llegada de George, Charlotte y Louis, sus pequeños. Sin duda, nadie pensó que lo que fue concebido como una sorpresa inocente se convertiría en una amistad de décadas, pero Claudia Schiffer ya es una auténtica dama británica.
