En un gesto cargado de simbolismo y diplomacia, el príncipe Hisahito de Japón, que todavía no se ha incorporado del todo en la agenda oficial, ya que se encuentra estudiando Biología en la Universidad de Tsukuba, ha recibido oficialmente al príncipe Eduardo y su mujer, Sophie, duques de Edimburgo, consolidando así su papel como futuro emperador. Este encuentro, celebrado en el Palacio Imperial de Tokio, marca un nuevo capítulo en la vida pública del joven príncipe, quien recientemente alcanzó la mayoría de edad y ha comenzado a asumir funciones representativas de la Casa Imperial también a nivel internacional.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Hisahito, hijo del príncipe heredero Fumihito y sobrino del emperador Naruhito, es el único varón de su generación en la familia imperial japonesa. Su posición como segundo en la línea de sucesión lo convierte en la esperanza de continuidad de la dinastía más antigua del mundo y Japón acaba de celebrar con solemnidad su mayoría de edad, un rito que no se realizaba desde hacía cuatro décadas.
Este encuentro con el hermano del rey Carlos III y su mujer, que están en Japón en viaje oficial y como representantes del jefe del Estado británico, no es el primero en la agenda internacional del príncipe. Meses atrás, Hisahito se estrenó en los recibimientos a la realeza extranjera con el príncipe heredero Hussein de Jordania, en una reunión que destacó por su cordialidad y por el interés mutuo en fortalecer los lazos entre ambas casas reales. Aquella cita fue vista como un ensayo diplomático para el joven japonés, que comienza a desempeñar un papel cada vez más activo.
Los duques de Edimburgo se encuentran en Japón del 18 al 22 de septiembre de 2025 en una visita oficial destinada a fortalecer las relaciones bilaterales entre el Reino Unido y Japón, con actividades en Osaka y Tokio. Su primera parada, tras el recibimiento oficial, ha sido para plantar un roble procedente del árbol que la reina Isabel II plantó durante su visita de Estado en 1975, como símbolo de la continua y estrecha relación entre la Casa Real británica y la Casa Imperial japonesa, en la Residencia de Akasaka en Tokio.