Ha sido el único acto en solitario de Kate Middleton y Melania Trump, que acto seguido se unió a su marido en Chequers, la casa de campo del Primer Ministro, Keir Stamer. La cita dejó imágenes preciosas con las dos mujeres rodeadas de niños mientras descubrían y exploraban la naturaleza. El marco ayudaba, y mucho. La princesa de Gales ha elegido para mostrar su proyecto de los Scouts los jardines de Frogmore, los mismos en los que vivieron Harry y Meghan cuando residían en Frogmore Cottage. Cómo no iban a resultar unas fotografías de ensueño si es el "lugar favorito del mundo" para el duque de Sussex, tal y como él mismo contó´en sus memorias.
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No es de extrañar que así sea, con los colores del otoño, siempre madrugador en Reino Unido, tiñendo los más de 4.000 árboles y arbustos que los pueblan, la estampa es imponente. Eran la joya de la corona de su casa, Frogmore Cottage, pero además, para Harry tienen un gran valor sentimental. Tanto, que cuando tuvo que actualizar su testamento con motivo de un viaje como soldado los eligió para que, llegado el caso, le dieran allí sepultura. Los jardines están surcados por estanques poblados de cisnes, a los que los duques de Sussex incluso les pusieron nombre cuando pensaban que allí verían crecer a sus hijos.
Kate y Melania, además de disfrutar de los jardines, han estado este jueves delante de Frogmore House, la casa palaciega del siglo XVII donde los duques de Sussex anunciaron su compromiso y celebraron la fiesta de su boda tras la ceremonia en la capilla de San Jorge, de Windsor. En una de sus alas se encuentra su querida Frogmore Cottage, donde vivieron desde que Isabel II se la cedió en octubre de 2018 hasta su marcha a Estados Unidos en 2020. Allí vivieron el primer año de su hijo Archie. Era un hogar que creían destinado para ellos, según explicó Harry en su libro En la sombra. Pero tras su marcha quedó vacío, excepto una breve temporada en la que vivieron Eugenia de York y su marido Jack Brooksbank mientras esperaban su primer hijo.
Durante un tiempo siguió siendo su campamento base en Reino Unido para sus contadas visitas desde California hasta que en marzo de 2023 Carlos III les pidió desalojar la propiedad. En principio se planteó que la ocupará el príncipe Andrés, pero eso estaba tan lejos de su intención que prácticamente se atrincheró en Royal Lodge, una residencia más grande y de más categoría. La residencia, por tanto, se encuentra vacía.
No fue fácil para los Sussex perder un lugar tan querido para ellos. "Se quedaron en shock", explicó entonces su entorno. Cabe recordar que los duques de Sussex invirtieron dos millones de libras en una reforma, dinero que devolvieron al erario público tras su salida de la Casa Real. Ahora que se respiran vientos de paz entre Carlos III y Harry, llama la atención ver su antiguo hogar como escenario del encuentro entre Kate Middleton y Melania Trump.