Agosto acaba y poco a poco se vislumbra en el horizonte la llegada de septiembre, con todo lo que implica. Es el noveno mes del calendario, pero a la vez representa un verdadero comienzo, una especie de año nuevo. Trae consigo la promesa de un comienzo, un recordatorio de que siempre es posible reinventarse, aprender y crecer. Para los duques de Sussex, el curso que llega invita a mirar hacia adelante con energía renovada y con la certeza de que, aunque los retos son muchos, también lo son las oportunidades. Es el momento de enfocarse en esos proyectos que esperan ser materializados, un listado de tareas pendientes que detallamos a continuación.
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El futuro de su proyecto más personal: la ONG de África
Para Harry, uno de los momentos más difíciles del curso que dejamos atrás es la crisis de Sentebale, organización que creó en honor a Diana de Gales junto al príncipe Seeiso de Lesoto para ayudar a los niños huérfanos del sur de África enfermos de Sida a salir de la pobreza. El conflicto entre los fundadores y la presidenta de la organización, Sophie Chandauka, estalló el pasado marzo, después de que ellos dimitieran alegando un liderazgo "insostenible" y ella lanzara acusaciones de acoso, misogynoir y toxicidad de la marca. Comenzó entonces una investigación que ha finalizado y confirma que Chandauka continuará en su puesto. El Príncipe se siente "emocionalmente desolado" porque ha sido una "misión profundamente personal". Cabe recordar que además invirtió en esta organización un millón y medio de euros procedentes de los beneficios de En la sombra, su biografía.
Tanto Harry como Seeiso afirman estar buscando la manera de continuar con el trabajo que han hecho durante dos décadas: brindar un soporte vital a más de 100.000 jóvenes en todo el sur de África, incluyendo jóvenes con VIH/SIDA y aquellos que enfrentan problemas de salud mental. "Aún es pronto", pero ya estudian si recaudarán fondos para organizaciones ya implementadas en la zona o impulsarán un nuevo proyecto.
El futuro de Meghan en la pequeña pantalla
La andadura televisiva de los duques de Sussex continúa. Aunque parecía que el sueño americano llegaba a su fin al no renovar su millonario acuerdo con Netflix, estimado en 100 millones de euros, su situación ha dado un giro. Ese contrato expira en septiembre, pero firman otro diferente con nuevos proyectos porque hay un cambio de la estrategia comercial de la plataforma. Mientras que antes compraba los derechos de las producciones de Archewell, ahora la cláusula de opción preferente les permite evaluar los proyectos antes de que los presenten a otras plataformas.
De este nuevo vínculo forma parte la segunda temporada de Con amor, Meghan, la docuserie de lifestyle de la Duquesa que está a punto de llegar a la plataforma, con la participación del chef José Andrés; un especial navideño del que por ahora no han trascendido los detalles; y el documental Masaka Kids, A Rhythm Within, sobre los niños huérfanos en Uganda que se estrenará a finales de año. La puerta parece estar abierta a seguir sumando proyectos.
El último paso de la fundación Archewell
Uno de los primeros pasos que dieron tras salir de la Familia Real británica fue poner en marcha la fundación Archewell, que se mueve con un único objetivo: "hacer el bien". Hasta ese momento tenían una organización similar llamada Sussex Roya, pero se les prohibió utilizar la palabra "real" tras renunciar a sus funciones institucionales. Con este organismo llevan cinco años sumándose a diferentes obras benéficas y de cara al proximo curso se han aliado con Big Sunday, una ONG con sede en Los Ángeles que cree que todos tienen algo que aportar. Su misión es conectar a las personas mediante actos de servicio que fortalezcan las comunidades, mejoren vidas y nos recuerden que todos pertenecemos.
A pesar de que su labor sigue en marcha, aún están completando el proceso de registro de marca. Los Sussex presentaron en 2020 la solicitud ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos, pero según The Sun no firmaron los documentos necesarios ni pagaron las tasas requeridas. El pasado sábado, después de varios obstáculos, llegaron al último punto del trámite. Ya se le ha asignado a un examinador para que les dé formalmente la marca, un nombre que está inspirado en su hijo mayor, Archie Harrison.
Acercamiento con los Windsor
Hay un tema que sigue siendo la gran incógnita: ¿se producirá en los próximos meses la esperada reconciliación entre los duques de Sussex y los Windsor? Desde que en 2020 renunciaron a sus obligaciones y se mudaron a Estados Unidos en busca de independencia financiera, su relación con la Familia Real británica es tensa. No entendieron ese paso atrás, y mucho menos las controvertidas entrevistas que ofrecieron, declaraciones que colocaron en el centro de la polémica a la Familia Real. Con la muerte de Isabel II se fue el último nexo que parecía unir a ambas partes y desde entonces nada es igual. Hubo un brevísimo acercamiento con el viaje que Harry de Inglaterra hizo a Londres para reunirse con su padre tras ser diagnosticado de cáncer, pero aquel encuentro no tuvo prolongación en el tiempo. Sin embargo, el próximo curso invita a pensar en el regreso de la armonía.
"M e encantaría reconciliarme con mi familia. No tiene sentido seguir peleando, la vida es preciosa", dijo recientemente el hijo menor del monarca, que parece haberse puesto manos a la obra para lograrlo. Los asesores de Carlos III y los de los duques de Sussex han mantenido este verano conversaciones privadas en Londres que han permitido acercar posturas. En su intención por reducir la brecha que existe con su familia, el príncipe Harry ha propuesto compartir con los Windsor los detalles de su agenda para así evitar conflictos de fechas y sonadas contraprogramaciones. Solo el tiempo dirá si estas reuniones dan sus frutos o esos intentos por salvar la distancia emocional se quedan en pausa.