En su búsqueda por la sostenibilidad, el rey Carlos III hizo de su casa de Gales, su refugio perfecto. Se trata de Llwynywermod, una finca histórica situada en Carmarthernshire, cerca del pequeño pueblo de Myddfai y del parque nacional Brecon Beacons. Carlos III la adquirió en 2007 y se convirtió en su residencia oficial en la zona durante sus visitas y compromisos por Gales. Es una coqueta casa rural que pasa de lo más desapercibida y por la que siempre mostró un especial cariño.
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Cualquiera podría pensar que la propiedad, de 77 hectáreas, está llena de lujos, pero nada más alejado de la realidad. En esta finca, Carlos creó su granja perfecta, gracias al arquitecto Craig Hamilton, quien la transformó en tres cabañas y un granero. El concepto fue un refugio tranquilo donde poder dar paseos cerca del río o ver como pastan las ovejas entre árboles centenarios. En 2023, cuando ya era Rey, el monarca británico renunció a esta propiedad a pesar de ser un apasionado de Gales. Sus nuevas responsabilidades como monarca hicieron que fuera bastante improbable que pudiera utilizarla de la misma manera que antes.
Las viviendas están construidas de forma sostenible: se han reutilizado materiales, se han obtenido otros de origen local y los artesanos y constructores que la hicieron posible son de la zona. En el granero se encuentra una caldera que funciona a base de virutas de madera que proporciona calefacción y agua caliente a todo el complejo. Hay un sistema de filtración de cañaverales, así como un depósito que almacena el agua de lluvia.
Los interiores fueron obra de Annabel Elliot, la hermana de la reina Camilla, que es una reputada decorada. Creó espacios acogedores usando muebles, textiles y objetos locales. Recorrió el país en busca de piezas como colchas o loza y colocó lámparas diseñadas por ella misma y cuadros de la colección personal del rey Carlos. También hay chimeneas, libros, música y camas que tienen fama de ser muy cómodas.
El comedor se creó a partir de un establo de vacas y las puertas y las contraventanas constan de tablones sencillos realizados con roble del Ducado de Cornualles. La leña se apila en una estancia que hay tras la cocina, que tiene paredes amarillas y está equipada a la manera rural tradicional.