Pablo Urdangarin vive uno de los momentos más especiales de su carrera deportiva. A sus 24 años, el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin cumple un sueño que llevaba persiguiendo desde hace tiempo: vestirse con la camiseta de la selección española, igual que hizo su padre. El joven jugador de balonmano, que ha demostrado con creces su talento y constancia en el Barça y ahora en el Granollers, ha sido convocado por primera vez para formar parte del equipo nacional, consolidando así un camino que combina esfuerzo, disciplina y una gran pasión por este deporte que lleva en la sangre.
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"Convocatoria de Jordi Ribera de cara a la concentración de los 'Hispanos' en Suecia. La selección nacional disputará dos compromisos amistosos ante el combinado sueco", dice el breve comunicado oficial que incluye la lista de jugadores en la que aparece el nombre de Pablo Urdangarín de Borbón, del Club Balonmano Granollers, como lateral derecho. Se trata de una lista de 18 jugadores para el doble partido contra Suecia que servirá como preparatoria para el Europeo de 2026, que organizarán Dinamarca, Noruega y Suecia del 15 de enero al 1 de febrero.
El propio Pablo había confesado este verano que sabía que iba a ser un año trascendental en su trayectoria como deportista, y no se equivocaba. El nieto de los reyes Juan Carlos y Sofía, que el próximo 6 de diciembre cumplirá 25 años, confesaba se estaba preparando a conciencia para seguir creciendo como jugador porque tenía la mirada puesta en la selección absoluta.
“Sé que la gente va a compararme con lo bueno que era mi padre, pero yo prefiero pensar en lo mío, mejorar como jugador y ver hasta dónde puedo llegar. No me gusta que me comparen, pero entiendo que se haga”, reconoció en una entrevista que concedió a la agencia EFE en la que habló de lo importante que ha sido el apoyo de su padre en todos estos años. "Siempre le tengo ahí a mi lado, en cada entreno, en cada partido, y me ayuda muchísimo”, confesó.
Por su parte, la infanta Cristina también tiene un papel fundamental en la carrera de su hijo. “Mi madre me ayuda también en los temas fuera del deporte… es mi mayor fan. Siempre la vemos en las gradas”, aseguró sonriendo.
Pablo, que ha sabido forjar su propio camino con discreción, trabajo y constancia, ha sido convocado por primera vez para formar parte del equipo nacional, un reconocimiento a su talento y a la evolución que ha demostrado en las últimas temporadas. Habrá que esperar a enero del año que viene para verle vistiendo la camiseta de la Selección y cumplir su gran sueño.