Corría el año 2013 cuando el mundo se conmovió el 13 de agosto por la grave situación del príncipe Friso de Holanda. En febrero, mientras practicaba esquí en Austria, sufrió un percance que lo mantuvo seis meses en coma y finalmente le causó la muerte. Una pérdida que sacudió a toda la familia, la cual había mantenido la esperanza de su recuperación hasta sus últimos días, y que dejó a su viuda Mabel —por quien había renunciado a sus derechos sucesorios— y a sus dos hijas, Laura y Zaria, completamente desoladas. Desde entonces, la princesa de Holanda cuenta con una fortuna que la mantiene en la lista de las cien personas más ricas de los Países Bajos.
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A pesar de que durante los últimos años la fortuna de la cuñada del rey Guillermo de los Países Bajos había disminuido, ha conseguido recuperarse de esas pérdidas y situarse de nuevo entre las personas más ricas del país, con uno de los mayores crecimientos del último año. Durante este tiempo, la viuda del príncipe Friso de Holanda ha logrado aumentar su patrimonio de manera considerable. Según publica la revista holandesa Quote 500, en su ranking de fortunas, la princesa Mabel ha experimentado el mayor crecimiento patrimonial entre las personalidades neerlandesas durante el último año, haciendo crecer sus inversiones un 26% y alcanzando un patrimonio personal de 575 millones de euros.
Todo ello gracias a su olfato para las inversiones bursátiles e inmobiliarias. La princesa Mabel de Holanda fue una de las primeras en poseer valores de la plataforma de transacciones en línea Adyen, una empresa con sede en los Países Bajos encargada de gestionar los pagos de grandes compañías como Netflix o Spotify. Cuando vendió parte de esas acciones en 2018, se embolsó 43 millones de euros pero conservó una parte que se ha revalorizado considerablemente con el tiempo. Actualmente, vive de forma discreta en Londres junto a sus hijas y está entregada a diversas causas benéficas.
Según el citado medio, la princesa Mabel ocupó el puesto 121 entre las personas más ricas el año pasado, y su reciente aumento de patrimonio la ha catapultado de nuevo al top 100 este año. Actualmente se sitúa en el puesto 96. Pero eso no es todo, ya que la revista también destaca a otro miembro de la familia real: el príncipe Bernardo de Holanda, segundo hijo de la princesa Margarita de los Países Bajos —hermana del anterior monarca y tía del actual rey—. Posee una fortuna de 160 millones de euros, en parte gracias a sus inversiones en la inmobiliaria Pinnacle y en la empresa de software Levi.
Cabe recordar que la fortuna de la Casa Real neerlandesa se estima en unos 1.500 millones de euros, con un incremento medio anual de 100 millones. Además, Guillermo de Holanda se encuentra entre los monarcas mejor remunerados del continente, percibiendo un salario mensual de 100.000 euros, al que se suma el de la reina Máxima, de 500.000 euros anuales. Un dinero que, además, está exento de impuestos.
El doloroso final del príncipe Friso: sepultado por una avalancha de nieve y dieciocho meses en coma
El príncipe Friso sufrió un trágico accidente de esquí el 17 de febrero de 2012 en Lech, Austria, el lugar en el que tradicionalmente la Familia Real de los Países Bajos practica deportes de invierno y donde suelen ofrecer posados ante los medios. Durante una jornada de esquí fuera de pista, el príncipe Friso, esquiador experimentado, fue sepultado por una avalancha de nieve y aunque llevaba un localizador que permitió a los rescatistas encontrarlo, estuvo más de 20 minutos bajo la nieve, lo que le causó un daño cerebral severo debido a la falta de oxígeno. Desde el primer momento los médicos confirmaron que los daños cerebrales eran extensos e irreversibles, pero para eso hay una frase tan manida como real: mientras hay vida, hay esperanza. Fue el arzobispo y pacifista sudafricano, Desmond Tutu, amigo de la familia y de la princesa Mabel, el que contó que estando internado en el hospital Wellington de Londres, abrió los ojos y sonrió a su mujer, después de que esta le diera un beso. Sin embargo, a pesar de la alegría y esperanza que trajo este gesto, falleció rodeado de su familia el 12 de agosto de 2013 en el Palacio Huis ten Bosch en La Haya.
