La reciente visita oficial de Rajwa de Jordania junto a su marido, el príncipe Hussein, a Francia y Reino Unido ha marcado un momento decisivo en su ascenso como una figura clave en la diplomacia internacional. Este viaje, que contrasta con el papel más discreto que había tenido hasta ahora, representa un paso significativo en su incursión en la esfera diplomática, a la que se suma un gran desafío: estar a la altura de su suegra, la reina Rania, considerada un referente de la mujer árabe moderna y símbolo de liderazgo en todo el mundo.
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Una pieza clave
"Rajwa comienza a tomar el testigo de su predecesora, ambas mujeres muy preparadas y con una visión muy clara de hacia dónde debe encaminarse la institución de la Corona jordana, como espejo del deseado avance de las mujeres del país", nos cuenta Marina Fernández, de la Escuela Internacional de Protocolo, quien tiene claro que: "Detrás de una imagen absolutamente impecable que despierta la admiración global, se esconde una mujer que, al igual que la reina Rania, es consciente del reclamo de su imagen y lo utiliza para dar luz a causas con gran peso social".
"La reina Rania es un icono en muchos sentidos y una figura con una sombra muy alargada, pero los últimos movimientos de la corte hachemita, en especial estas últimas visitas a Francia y Reino Unido, nos dejan entrever una estrategia de comunicación en la que Rajwa se coloca no solo como digna sucesora sino también como una pieza clave en la construcción de 'marca país' y en la imagen exterior jordana", asegura la experta. Rajwa se presenta como la sucesora de Rania de Jordania y sobre ella recae una carga de representatividad y liderazgo que va más allá de su rol como consorte.
Este paso al frente, al acompañar a su marido en viajes diplomáticos a países como Francia y Reino Unido, implica también un reflejo de la confianza que la monarquía hachemita tiene en ella, un respaldo institucional fundamental que le permite empezar a marcar su propio camino dentro. La figura de Rajwa, aún en proceso de consolidación, se perfila como una pieza clave en el engranaje diplomático jordano.
El reto al que se enfrenta
La figura de la reina Rania, su suegra, será inevitablemente una referencia a seguir. Rania ha logrado posicionarse como una de las consortes más influyentes y admiradas en el mundo árabe, con una presencia indiscutible en la diplomacia europea y en organismos internacionales. Su agenda internacional, que la ha llevado a reunirse con líderes mundiales, desde presidentes hasta papas, y su dedicación a causas humanitarias y sociales, le ha otorgado un estatus global que muy pocas consortes en el mundo árabe pueden igualar.
En este sentido, Rajwa enfrenta un reto considerable: asumir un papel de liderazgo similar y, en muchos casos complementario, al de la reina Rania, quien ha logrado trascender las fronteras de su rol tradicional para convertirse en un símbolo de empoderamiento para las mujeres árabes y en un puente entre Oriente y Occidente.
A medida que Rajwa asume un papel más activo, la expectativa será que encarne una visión renovada de la monarquía jordana, una que combine la modernidad y la tradición. Sus últimos actos oficiales marcan no solo una etapa en su crecimiento como figura diplomática, sino también un claro indicio de su disposición para asumir un papel de liderazgo dentro de la monarquía hachemita. Ha llegado su momento.
Rajwa vs. Kate: un nuevo modelo de princesa
Después de estar con los Macron en París, Hussein y Rajwa pusieron rumbo a Reino Unido donde tuvieron varios compromisos. Uno de los más importantes fue su encuentro con los Príncipes de Gales en el Castillo de Windsor. Una cita que consolidó el estrecho vínculo entre ellos y que, como era de esperar, puso el foco en el "duelo" Rajwa-Kate. "Las comparaciones siempre son odiosas y, a menudo, injustas pero si que se podría establecer un paralelismo entre los roles de Rajwa y la Princesa de Gales. Ambas representan el futuro de la institución, encarnado en mujeres altamente competentes y perfectas en su papel pero también con un gran nivel de atracción para la sociedad. Las dos representan un ideal glamuroso pero cercano, un nuevo modelo de princesa que, a pesar del resplandor, es capaz de transmitir naturalidad y cercanía en cada una de sus apariciones", asegura Marina Fernández, que recuerda que ambas "comparten, también, la sombra alargadísima de precedentes convertidos en icono: Lady Di y la reina Rania, figuras muy potentes con una trayectoria social e institucional que rompió moldes".
"La Casa Real británica y la jordana son instituciones que operan de forma muy diferente porque el contexto socio político e histórico al que pertenecen son muy distintos, y la opinión ública no demanda lo mismo de estas princesas", defiende la experta. "Pero desde el punto de vista protocolario y de representación, se puede decir que ambas cumplen su papel a la perfección y, lo que es más importante, las dos están actuando como puntales fundamentales en la estrategia de construcción de 'marca país'. Cada una en su estilo y adaptado a las circunstancias que las rodean", concluye.
Lo que refleja su imagen
Siguiendo los pasos de Rania, es inevitable también hablar del estilo de Rajwa en clave fashion y beauty. La mujer del príncipe Hussein ha demostrado que es capaz de equilibrar la tradición con las exigencias modernas. Su armario está repleto de prendas sofisticadas que van en la misma línea con sus peinados y maquillajes. Tiene un arte especial para alternar entre un look serio y uno más relajado, pero siempre va impecable. Sin excesos, todo en su justa medida para realzar su belleza natural.
Su estilo refleja una imagen de elegancia y discreción, elementos clave para una futura reina consorte que se está abriendo paso en el ámbito internacional. En París la vimos sensacional decantándose por el color que nunca falla, el negro. Un vestido con corte estructurado y estética minimalista pero refinada, ideal para este acto de carácter oficial. Una impecable carta de presentación que completó con su bonito peinado: melena extralisa y glossy escondiendo algunos mechones en la zona de la nuca para crear ese efecto de 'falsa diadema', un peinado por el que suele decantarse también otras royals como la reina Letizia o Mary de Dinamarca.
Rajwa siente predilección por los colores neutros y estampados lisos, pero de vez en cuando sorprende, como su elección para su cita con la princesa Eugenia de York. La mujder de Hussein de Jordania brilló gracias a un look tan moderno como sofisticado que bien podría haber llevado su suegra, la reina Rania. Eligió este vestido tan original con estampado de efecto acuarela degradado, además de unas botas altas de ante en tono arena y tacón cómodo.
El estilo de Rajwa de Jordania revela a una mujer segura de sí misma, consciente del papel que representa y del poder silencioso de la elegancia. Prefiere diseños refinados, de líneas limpias y cortes fluidos que equilibran la sobriedad con una feminidad sutil. Sus escotes discretos y cinturas definidas realzan su figura sin necesidad de recurrir a excesos. Al igual que la reina Rania, su melena cuidada y su maquillaje natural —con ojos ligeramente enfatizados, labios suaves y una piel luminosa— refuerzan esa imagen de belleza clásica y discreta. En conjunto, proyecta una autoridad serena y una coherencia visual impecable: cada uno de sus estilismos parece pensado para comunicar modernidad, respeto y compromiso. Rajwa ha dado un paso al frente. Es, sin duda, la nueva "joya" del reino hachemita.