Cuando la princesa Alexia nació el 10 de julio de 1965, se dispararon las salvas en su honor y el ejecutivo griego certificó que la que había nacido era la primera hija del rey. Constantino y Ana María de Grecia, que reinaban en el país desde hacía poco más de un año, presentaron al bebé con un recorrido por las calles de Atenas y compartieron muchas imágenes de la pequeña en la apacible residencia real de Tatoi. Dos años después, y cuando ya había sido desplaza en la línea sucesoria por el nacimiento de un varón, su hermano y el actual jefe de la Casa Real Helena, Pablo de Grecia, la familia se vería obligada a emprender un exilio que sería el definitivo para una dinastía que siempre lidió con la inestabilidad política. Esas vueltas del destino hicieron que Alexia de Grecia, sobrina de la reina Sofía y de la reina Margarita de Dinamarca, no creciera en un palacio real, aunque fuera de la realeza europea. Ahora, cumple 60 años y lo hace estando de vacaciones en Grecia.
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La princesa griega se crio en el Reino Unido, estudió en Barcelona y formó su familia en Canarias
La nueva generación de la realeza griega, es decir, los nietos del fallecido rey Constantino, ya nacieron fuera del país y se criaron en un contexto de estabilidad aunque estando fuera de casa, sin embargo, la generación de la princesa Alexia, ella y sus cuatro hermanos, vivieron el exilio, las mudanzas y los intentos por recuperar lo perdido. De Grecia marcharon a Roma, la princesa Alexia tiene recuerdos de su tiempo allí, y luego se trasladaron a Copenhague, donde encontraron el abrigo de la Familia Real danesa, su propia familia, ya que la reina Ana María de Grecia es la hermana de la reina Margarita de Dinamarca. Así que los abuelos maternos de Alexia fueron los reyes Federico IX e Ingrid de Dinamarca, los mismos que el actual rey Federico X.
De los cinco hijos que tuvieron los reyes Constantino y Ana María, solo los dos mayores, los príncipes Alexia y Pablo, nacieron en Grecia
Tras un año en el Palacio de Amalienborg, una de las residencias reales danesas, los griegos se trasladaron al Reino Unido, donde también fueron excelentemente acogidos por la monarquía británica en tiempos del reinado de Isabel II, no hay que olvidar que el fallecido duque de Edimburgo nació siendo un príncipe de la realeza griega. La princesa Alexia, que se sintió pronto fascinada por la vida en el Reino Unido, se adaptó rápido al cambio y terminó estudiando una licenciatura en Historia y un posgrado en Pedagogía, que le llevó a estar entre 1989 y 1992 trabajando como maestra de primaria en una escuela de Londres.
Todo cambió en 1992, cuando se sintió seducida por España en un momento en el que nuestro país estaba de moda: España acogió tanto los Juegos Olímpicos de Barcelona como la Exposición Universal de Sevilla, también conocida como Expo '92, dos eventos internacionales que transformaron la imagen que se tenía de nuestro país en el exterior y marcaron un antes y un después, también para el reinado de su tío, Juan Carlos I. La princesa Alexia conocía de sobra España, en parte porque su padre, el rey Constantino y la reina Sofía, así como la princesa Irene, estaban muy unidos y siempre velaron porque ellos y sus hijos fueran una piña. Alexia de Grecia había estado de veraneo en el Palacio de Marivent y tenía (y tiene) mucho más que una amistad con la infanta Cristina, con la que se lleva menos de un mes. Así que, la princesa Alexia, en esa primera mitad de la década de los noventa, se trasladó a Barcelona, se matriculó en un máster para la intervención con niños con síndrome de Down, y comenzó a compartir pisco con su prima, la infanta Cristina, ambas estaban solteras, al comienzo de sus vidas profesionales y tenían muchas aficiones en común.
En la ciudad condal, y durante la celebración de una regata en 1994, conoció al arquitecto canario Carlos Morales, natural de Lanzarote, y tras contraer matrimonio en la catedral de Santa Sofía de Londres el 9 de julio de 1999, tuvieron cuatro hijos, Arrieta, Ana María, Carlos y Amelia, que nacieron en Barcelona. Sin embargo, la familia terminaría trasladándose a Canarias y construyendo su hogar frente al mar, en el municipio de Yaiza. Allí han llevado siempre una vida discreta y han recibido, entre otros, a la infanta Cristina, que ha realizado numerosos viajes con su familia o en solitario, como el que hizo el año pasado para disfrutar de los Carnavales de Las Palmas de Gran Canaria junto a su prima, la princesa Alexia, que ejerció de anfitriona.
A diferencia de sus hermanos varones, sobre todo los mayores, los príncipes Pablo y Nicolás, muy presentes en la vida pública y figuras visibles de la actual monarquía helena, las apariciones de Alexia de Grecia son esporádicas y siempre suele ser en contextos familiares. La última vez que hizo una aparición pública fue el pasado febrero en Atenas para acudir a la boda de su hermano, el príncipe Nicolás, con Chrysi Vardinoyannis, un viaje que había hecho solo unos meses antes para acudir a la boda de su hermana pequeña, la princesa Teodora, con Matthew Kumar.
Ahora celebra sus 60 años rodeada de los suyos en Grecia, el lugar que aprendió a querer y añorar en la distancia, y del que luego pudo disfrutar rodeada de los suyos, ya que los reyes Constantino y Ana María de Grecia lograron regresar, una mudanza más que para el rey fue la definitiva, ya que él murió, igual que nació, en Atenas.