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El Gran Premio de Mónaco no es solo una de las carreras más icónicas de la Fórmula 1, sino también un evento social de primer nivel en el que se vuelca la familia Grimaldi al completo. Cada año, las calles del principado se convierten en el epicentro del automovilismo y del lujo, con una mezcla de adrenalina, exclusividad y rostros conocidos que desfilan por los paddocks y las gradas VIP. En la edición de 2025, la carrera ha vuelto a ser un espectáculo tanto dentro como fuera de la pista. Mientras los monoplazas rugían en el estrecho circuito urbano, las celebridades y miembros de la realeza disfrutaban del evento desde los mejores asientos. Entre los asistentes destacados, la familia real griega ha acaparado la atención. Pablo de Grecia y su esposa, Marie Chantal, han estado presentes junto a algunos de sus hijos, como Olympia de Grecia, quien ha compartido imágenes de su paso por el evento.
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La Familia Real griega ha estado en el circuito con el legendario expiloto británico Jackie Stewart, que a sus 85 años sigue siendo una institución. Además de la familia real griega, otros miembros de la aristocracia europea han hecho acto de presencia. Alexandra de Hannover, hija de Carolina de Mónaco, ha sido vista en el circuito, al igual que Camille Gottlieb, la hija pequeña de la princesa Estefanía.
Los Casiraghi, que miden mucho sus apariciones públicas y se limitan a un par de eventos bien seleccionados por año, también se han dejado ver a pie de circuito. Los hermanos Andrea y Carlota, Tatiana Santo Domingo y los hijos de ambos, es decir, los nietos de Carolina de Mónaco casi al completo.
En lo deportivo, la carrera, en la que los príncipes Alberto y Charlene han sido anfitriones, ha sido un desafío técnico para los pilotos, con estrategias de dos paradas en boxes que han añadido emoción a la competencia. Lando Norris, el piloto británico de McLaren consiguió su primera victoria en Montecarlo y es el hombre del momento. El Gran Premio de Mónaco sigue siendo mucho más que una carrera: es un escaparate de lujo, velocidad y exclusividad, donde la realeza y las estrellas se mezclan con la élite del automovilismo. Un evento que, año tras año, reafirma su estatus como el gran espectáculo de la Fórmula 1.