El Gobierno de Suazilandia desmiente que el rey Mswati III esté grave por coronavirus

Un portavoz asegura en un comunicado que el monarca, de 51 años, 'se encuentra bien y con buena salud'

por Beatriz Castrillo
Rey de Suazilandia

Aunque con menos virulencia que en Europa y América, el coronavirus ya hace días que ha llegado a África, el continente más pobre del planeta. Afortunadamente, las cifras allí no son, todavía, tan preocupantes como en occidente, aunque Suazilandia, un pequeño y recóndito país del sur africano acaba de adquirir protagonismo después de que algunas informaciones apuntasen a que su Rey, Mswati III, de 51 años, se encontraba en estado crítico tras haber sido infectado por COVID-19. Al poco, el Gobierno de la nación se ha apresurado a sacar un comunicado en el que lo desmiente y en el que asegura que su monarca “se encuentra bien y en buen estado de salud”.

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Hace once días Swaziland Solidarity Network (SSN)  informó por primera vez que Mswati III, que sucedió en el trono absolutista a su padre Sobhuza II en 1986, había dado positivo en coronavirus. Fueron muchos los medios del sur de África que se hicieron eco de estas informaciones que incluso aseguraban que estaba gravemente enfermo y con dificultades para respirar en el Hospital Real, en el que estaba siendo tratado por médicos cubanos. El SSN acusó a los mandatarios de “retener información sobre el verdadero estado de la pandemia en el país”. Mswati III habría enfermado después de recibir a una delegación de Taiwán. Además, la ausencia del monarca en la vida pública de este pequeño país de algo más de un millón de habitantes, aumentó los rumores que corrieron como la pólvora cuando la Familia Real canceló una rueda de prensa programa para el pasado domingo, según recoge The South African.

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Dos días más tarde, el Gobierno ha emitido una declaración firmada por Sabelo Dlamini, portavoz en funciones, “en respuesta a las informaciones falsas por el COVID-19”. “El Gobierno ha visto informaciones falsas en los medios que afirman que Su Majestad está gravemente enfermo por COVID-19. Estas son noticias puramente falsas. Su Majestad está bien y con buen salud”, comienza el comunicado que va más allá y anuncia represalias para quien propague rumores. “Tal invención ha sido perpetrada por elementos que intentan sembrar la confusión y el pánico y es inaceptable y espantosa. El Gobierno advierte a los responsables de tal desinformación que se arriesgan a ser procesados. Una vez más aconsejamos a la población que se niegue a consumir información que no provenga de los canales de comunicación oficiales del Gobierno”, finaliza.

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De momento la ministra de Sanidad de Suazilandia, Lizzie Nkosi, ha confirmado doce afectados por COVID-19 en el país. El último caso fue el de una mujer embarazada que posteriormente dio a luz y que no había viajado al extranjero, pero sí tenía contacto con una persona que visitaba con frecuencia a Sudáfrica. Pese a ello, las autoridades han declarado un confinamiento parcial de la población para evitar la propagación de la pandemia.

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No es la primera vez que la polémica persigue a esta pequeña nación, que limita con Sudáfrica y Mozambique, y a su Rey. Esuatini, como también se conoce a Suazilandia, es la última monarquía absolutista de Áfrca y una de las pocas totalitarias que aún quedan en el mundo. Mswati III es el jefe del Estado y también nombra a los ministros, incluido al primer ministro. Su poder no se queda solo ahí ya que también designa a los jueces del Tribunal Supremo y del Tribunal de Apelaciones. La oposición política está muy limitada y hasta 1973 la mayor parte de los partidos estaban prohibidos. Las presiones internacionales obligaron al Rey a hacer una política más aperturista, pero siguen existiendo persecuciones a aquellos que se muestran antimonárquicos.

También la vida privada de Mswati III ha sido criticada por vivir lujosamente mientras su pueblo soporta la tasa de infección de VIH más alta del planeta.El paro se ceba con el 34% de sus habitantes, de los que tres tercios viven con menos de un euro al día. En 2013 el Rey escogió a su esposa número 14 en la ceremonia anual del Baile de la Caña, en el que participan mujeres semidesnudas procedentes de todas las regiones del país en busca de una vida mejor y llena de lujos que de otra manera no podrían tener. El monarca absoluto decidió regalar el año pasado a sus esposas 15 Rolls Royce y docenas de BMW, que supusieron un gasto de 15 millones de euros, algo que fue muy criticado debido a la pobreza que asola la zona.

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