A sus 42 años, Ana Iglesias está embarazada de su décimo hijo -una niña- y, aún así, sigue imparable. No ha dejado de publicar contenido ni un solo día en las redes sociales de Una locura de familia, la cuenta que ha dado a conocer a ella, a su marido, Jesús, y a sus hijos y que también la ha encumbrado como empresaria. Desde que la abrió, supo ver qué es lo que a los usuarios de las redes les gusta consumir en ella y, tanto es así, que en tan solo tres días consiguió 150.000 seguidores en TikTok, donde hoy, cinco años después, ya rozan los tres millones de seguidores. De hecho, fue reconocida en 2022 por la plataforma, que le concedió el Premio TikTok España al Mejor creador revelación: Diversidad y acción social. Y su presencia en otras redes sociales es también más que destacable.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
En medio, ha dirigido otros dos negocios, uno físico y otro online, al tiempo que atendía a su familia numerosa. ¿Cómo logra llegar a todo? ¿Cómo es su día a día y cómo se organizan en casa? Se lo hemos preguntado a ella personalmente y nos explica en detalle cómo lo hace. Y, ¡atención!, porque sus consejos se pueden aplicar a todo tipo de familia, incluso a aquellas que no son numerosas.
Jamás en mi vida pensé que iba a tener diez hijos.
Lo primero, enhorabuena por tu nuevo embarazo. ¿Cómo te encuentras?
La verdad que porque estoy un poco más cansada. Es verdad que se nota la diferencia de edad de cuando tuve el primero a este, pero por lo demás, por suerte, todo bien. Lo único es estoy al final del embarazo y, obviamente, es el momento en el que estás más cansada y te cuesta andar… Con ganas ya de que nazca.
¿Qué dicen tus hijos de la llegada de un nuevo hermanito?
Yo creo que están tan acostumbrados que, sinceramente, no es que les resulte algo súper llamativo, sino que lo ven como algo súper normal. Sí que es verdad que estos días ya les he dicho que queda poco para que nazca la bebé y se han puesto muy contentos, han dicho que tienen ganas, pero yo creo que no les llama tanto la atención porque están muy acostumbrados.
Es el décimo hijo… ¿alguna vez te imaginaste como madre de una familia tan numerosa?
No, nunca. Jamás en mi vida pensé que iba a tener diez hijos. De hecho, yo pensaba que tendría una parejita. Sin embargo, una vez que fui madre por primera vez, pues fue poco a poco que, según iban naciendo, iba dándome cuenta -y mi marido iba en la misma línea que yo- de que el instinto de maternidad continuaba abierto, de que como que no veía la familia completa y no me importaba tener más. Y entonces, poco a poco, hemos ido creciendo como familia.
Os lo preguntan a menudo, pero ¿no hay ninguna convicción religiosa detrás?
No todo el mundo tiene hijos por cuestiones religiosas, hay más familias numerosas que no son practicantes y que tampoco lo han hecho por un tema religioso. Simplemente somos una familia en la que mi marido disfruta de la paternidad y yo disfruto de la maternidad. Nos gusta la idea de tener y formar una familia grande.
No nos lo planteamos en un principio, pero a medida que han ido llegando peques, pues hemos disfrutado y hemos visto que eso es lo que nos hacía felices.
¿Cómo se llega a fin de mes con 9 y, a partir de ahora, con 10 hijos?
Nosotros trabajábamos por cuenta ajena y, cuando llegó el tercero, vimos claro que el tema de la flexibilidad en el horario laboral era súper importante y que, además, probablemente necesitaríamos mejorar nuestra situación económica. Porque, si quieres vivir de una manera, no hace falta que con grandes excesos, pero de una manera acomodada, teníamos que comprometernos también a mejorar nuestra situación laboral, así que yo decidí emprender, dejé mi trabajo por cuenta ajena, fijo, y comencé a emprender. A medida que ha ido creciendo la familia, hemos tratado de mejorar nuestra situación económica y eso es lo que nos ha permitido poder seguir teniendo hijos.
En cuanto a cómo lo hacemos para llegar a fin de mes, pues supongo que sin despilfarrar. Si vas a salir a comer algún día por ahí, tratas de mirar, de evitar sitios en los que sepas que el menú tiene un coste elevado. En vez de ir al cine, utilizamos plataformas de suscripción en casa y por supuesto que aprovechamos mucho las ofertas puntuales del supermercado o momentos como el Black Friday o las ofertas de rebajas de verano.
Y por supuesto que reutilizamos mucho las cosas de los niños, sobre todo ropa. Me tengo que gastar más para el mayor o para la niña mayor, que son los que siempre estrenan, pero sí que es verdad que, obviamente, no todo me ha llegado perfecto del primero al noveno, y por el camino muchas veces tengo que comprarles ropa, pero no tienen que tener la ropa nueva todos los años. También reutilizamos mucho los libros, los juguetes, las bicicletas... Todo lo que podemos aprovechar de uno a otro lo aprovechamos.
Más allá de lo económico, ¿cómo os organizáis en el día a día? Con deberes, enfados con los hermanos o con los amigos, que se ponga alguno malo…
Las discusiones entre ellos o el “¡me ha quitado esto!”, “¡mi hermano tiene esto que era mío!”... Eso es algo que forma parte de nuestro día a día y estamos ya muy acostumbrados. Muchas veces les decimos que tienen que aprender a solucionar las cosas entre ellos, aunque también les escuchas y les intentas explicar o intentas echarles una mano para solucionar los conflictos. Pero muchas veces les decimos que tienen que ser autónomos, que tienen que saber solucionar los problemas entre ellos, porque es verdad que si no estaríamos todo el día pendiente de arreglar conflictos.
En el tema de los deberes, son súper autónomos. Los profesores siempre me han hecho mucho hincapié en la importancia de que mis hijos asuman sus responsabilidades y entiendan que los deberes son suyos. Ellos son quienes tienen que estar pendientes de si tienen un examen o no y, por supuesto, que a veces les mandan trabajos que son complicados y que igual requieren de la ayuda de su padre o de la mía; ahí estamos cuando tienen alguna duda o si el trabajo que les han mandado es muy difícil, pero por lo general ellos llegan a casa y ya saben lo que tienen que hacer.
A medida que ha ido creciendo la familia, hemos tratado de mejorar nuestra situación económica y eso es lo que nos ha permitido poder seguir teniendo hijos.
Ellos cogen su libro, su cuaderno y se ponen a hacer los deberes y, cuando tienen alguna dificultad, se levantan y me preguntan, pero nosotros no nos sentamos a hacer los deberes con ellos. Lo hice con el mayor y fue un error porque luego, si yo no me sentaba con él, no era capaz de hacer nada. Luego, por suerte, conseguí quitarle la costumbre y a día de hoy también hace sus cosas sin necesitarme. Vamos, no tenéis que imaginaros la idea de que yo tengo que hacer los deberes sentada con nueve niños porque la realidad es que cada uno hace lo suyo y, cuando tienen alguna duda, pues se levantan y me preguntan.
¡Hasta los pequeños tienden a vestirse solos en esta casa! Son todos muy autónomos. Los pequeñines comen solos, se visten solos, se ponen los zapatos solos... La verdad es que la mayoría hacen todo solos. Pero sí que es verdad que los mayores nos echan, sobre todo una mano a la hora de vigilar a los pequeños.
¿Llegáis puntuales al colegio, a citas médicas, a cumples…?
Nos cuesta mucho. Por más que intentamos llegar a los sitios a la hora, la verdad es súper difícil porque siempre hay algún imprevisto: uno que no encuentra el zapato, otro que se ha manchado en el último momento y ahora me voy a cambiar de ropa… O algún día que, y esto es literal, de repente vamos a salir por la puerta y preguntamos ¿dónde está Fulanito para ir al cole? “¡Pero si no se ha levantado, no me la puedo creer!” Siempre surgen cosas y se hace muy difícil llegar a tiempo.
Ahora que están las Navidades cerca, ¿cómo las vivís? ¿Os juntáis con más familiares?
Mucha gente piensa que nos juntamos con toda la familia y dicen “¡madre mía!, ¿cómo entráis?, ¿cómo cabéis todos?”. Pues generalmente es todo lo contrario; solemos celebrarlas de una manera muy sencilla, solamente nosotros.
No es una casa en la que haya un exceso de regalos, que también es algo que le llama mucho la atención a la gente, y dicen “¿cómo puede ser que se conformen con tan poco?”. No somos partidarios de que ellos pidan muchas cosas a los Reyes Magos porque luego al final, cuanto más tienen, menos lo valoran, menos lo cuidan, menos dura.
Soy el ejemplo de mujer que, a pesar de tener una determinada edad y muchos hijos, no se ve limitada a quedarse en casa.
Celebramos las Navidades de una manera muy sencilla, pero no por nada, sino porque nos parece mucho más sencillo. Creemos que ya somos muchos en casa como para que venga más gente; muchos de mis hijos son pequeños y se acuestan pronto.
Ellos por supuesto que tienen su ilusión y por supuesto que pasan por casa los Reyes Magos y, a veces, también Papá Noel, pero de una manera muy sencilla y la verdad que, a poco que tienen, lo valoran. Se nota que, cuando no les acostumbras a tener cosas en exceso, se alegran muchísimo más a poco que les regalen.
¿Cómo son tus hijos? ¿Alguno tiene alguna cualidad o condición que le haga destacar o ser diferente en algo?
Son todos súper distintos, pero al mismo tiempo yo creo que lo más importante es que todos son súper buenas personas y estamos contentos con su trabajo en el cole; todos se aplican bastante a pesar de tener que a un padre o una madre todo el día sentados con ellos haciéndoles los deberes y demás. Yo creo que también tienen el ejemplo de sus padres en casa, que somos dos personas que trabajamos mucho e insistimos mucho en lo importante que es trabajar: “si tú quieres tener estas comodidades el día de mañana, nadie te las va a regalar; tú has visto a papá y a mamá cómo están todo el día trabajando y, si quieres tener esto, mañana tendrás que trabajar así”.
Yo lo que más destaco de ellos es sobre todo que les veo súper buenas personas. No te voy a decir que ninguno de ellos es el rey del piano o algo así, pero son muy inteligentes, sí que es verdad. Sobre todo lo que me quedo es que son súper maduros para su edad, son súper responsables, súper buenas personas y bastante trabajadores.
Luego son muy distintos: hay alguno excesivamente estudioso, otro que trabaja, pero que le cuesta un poco más, otra que es súper revoltosa... Son todos muy distintos; se parecen mucho físicamente, pero su manera de ser es muy diferente, aunque comparten todo lo que te he dicho.
¿Cómo hacéis para que no se os pierda de vista ninguno cuando vais a algún lugar que está abarrotado de gente?
Lo primero es que tratamos de evitar precisamente sitios que estén muy abarrotados. Si sabemos que hay un parque en el que hay muchísimos niños, a ese parque no vamos; la Plaza Mayor en Navidad, queda descartada por completo... Zonas en las que haya mucha gente, directamente no nos arriesgamos y, si se da la situación en la que tienes que ir a un sitio en el que haya mucha gente o si, por ejemplo, vamos a llevarles al zoo o al parque de atracciones o a cualquier sitio así, lo primero, estamos todo el rato contando, aunque eso lo hacemos también a diario; vayamos donde vayamos, estamos todo el rato contando cuántos son.
Si vamos a un sitio en el que hay mucha gente, les pedimos que, por lo menos, vayan en parejas dándose la mano. Les insistimos muchísimo en la importancia de que, si alguno se pierde, que no se mueva, que cuando se dé cuenta de que está perdido, que se quede donde está porque mamá y papá van a retroceder y van a volver por donde han venido y le van a encontrar; que no se vaya con nadie y que se quede quieto porque, si se empieza a mover, es cuando ya no le vamos a encontrar. Y muchos de ellos ha memorizado ya nuestro número de teléfono.
Cuando alguna vez se nos ha perdido alguno, que nos ha pasado, ha sido cuando ha venido más gente con nosotros, más adultos. Ahí es cuando tenemos el problema porque te confías. Ves que uno está con el abuelo y vuelves a mirar y el abuelo, que no está acostumbrado a estar pendiente, pues de repente, “¿dónde está el niño?”. Ahí hemos tenido la suerte de lo que te digo, de que les habíamos dicho que no se movieran y, cuando hemos vuelto, el niño estaba quieto donde se había dado cuenta que se había perdido.
¿Cómo os organizáis en vacaciones?
Ha habido veces que hemos ido de vacaciones a un hotel, pero la verdad que últimamente ha empezado a ser más complicado. Hay hoteles en los que, por el número de personas que somos, nos obligan a coger incluso tres habitaciones. Eso lo hace a veces inviable porque tenemos que estar buscando un tercer adulto que quiera viajar con nosotros, pues tiene que haber un adulto por habitación.
A parte hay que sumar el coste que tiene, claro. Viajar a un hotel con todos los que somos, se hace caro, así que en los últimos años siempre hemos buscado alojamiento en apartamentos. Es verdad que es mucho más cómodo el hotel, pero también es verdad que el apartamento te ofrece tanto un precio más asequible como la flexibilidad en el tema del horario: no tengo que estar pendiente de que el desayuno se acaba a tal hora, de que tengo que estar de vuelta para la comida a esta otra y para la cena, a esta otra. Tiene sus ventajas y sus desventajas. Obviamente es más cansado, pero para nosotros es mucho más práctico.
Sois muy conocidos en redes sociales, os sigue mucha gente, ¿cómo disteis el paso de compartir vuestro día a día en redes sociales?
Muchas veces las mujeres pensamos que, cuando llegamos a los 40, que ya lo tenemos todo hecho, que ya he llegado a mi límite y ya no puedo llegar a nada más y, si eres madre, con mayor motivo. Y la vida te puede sorprender, nunca es tarde; que seamos madres no significa que ya no podamos dar más pasos a nivel laboral.
Yo era gerente de una tienda de puericultura y mi marido seguía trabajando por cuenta ajena en una entidad financiera y, durante la pandemia, descubrí TikTok y vi en en esta plataforma una oportunidad para dar a conocer mi tienda de puericultura. Un día por la mañana, al poco de abrir la cuenta, decidí crear un contenido un poquito más orgánico para dar más dinamismo al perfil y subí un vídeo hablando del número del número de camas que tenían mis hijos porque sabía que el tema de las familias numerosas llama mucho la atención a la gente y no quería estar todo el rato enseñando artículos de puericultura.
El caso es que no sé de qué manera el vídeo se viralizó y, en cuestión de tres días, alcanzamos los 150.000 seguidores. Yo vi una clara oportunidad de seguir creciendo en redes y comencé a subir contenido a diario. Veía que lo que le llamaba la atención a la gente era el tema de las familias numerosas, de modo que hablaba sobre la forma de vida de una familia numerosa y la organización. En seis meses alcanzamos el millón de seguidores.
No me veo capacitada ahora mismo para tener 15 hijos. Nosotros ahora mismo sentimos que la familia ya está completa y no tenemos contemplado tener más hijos.
Ahí nos animamos a empezar a publicar también en Instagram, donde a día de hoy tenemos 720.000 seguidores. Abrimos un canal de YouTube porque me lo pedía la gente, que tiene 489.000 seguidores, y la cuenta de Facebook, que tiene 366.000. Y la de TikTok actualmente tiene 2,9 millones de seguidores.
En seis meses habíamos llegado al millón de seguidores y un año más tarde me publicaron un libro, un cuento infantil sobre nuestra familia, y en el año 2022 me dieron un premio en TikTok. En concreto, recibí el Premio TikTok España al Mejor creador revelación: Diversidad y accion social. A mí ese premio me dio muchísima energía para continuar porque, sinceramente, me sentí muy querida, muy apreciada. Vi que el hecho de que estuviese ya rondando los 40 no era una limitación para estar en redes sociales y, en un momento en el que yo pensaba que ya mi vida estaba hecha, de repente la vida me da una oportunidad de seguir creciendo a nivel laboral. Y, gracias a las redes sociales, la familia consiguió además un ingreso extra a través de campañas publicitarias con marcas y demás. Hemos seguido creando contenido a diario y llevamos ya cinco años en redes sociales.
Yo creo que soy el ejemplo de mujer que, a pesar de tener una determinada edad y muchos hijos, no se ve limitada a quedarse en casa. La mujer puede seguir trabajando y puede llegar incluso al éxito laboral a pesar de que ya tengas más de 20 o de 30 años. ¿Cuántas personas piensan que te van a dar un premio de redes sociales a una determinada edad? La mayor parte de la gente lo descarta, piensan que es algo de niños, y es que no es así. De hecho, las redes sociales están presentes en la vida de los adultos también porque hay contenido de política, de cocina... de lo que tú quieras.
¿Cómo compatibilizas el trabajo en las redes sociales con el cuidado de los niños?
Lo que hago básicamente es hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero yo creo que esto es algo innato en las familias numerosas. Cuando eres familia numerosa, sabes que te va a tocar estar respondiendo alguna duda de los deberes mientras que estás haciendo la cena; cuando no hay alguno preguntándome algo mientras que hago la cena, igual estoy contestando correos o estoy grabando contenido. Estamos todo el día haciendo distintas cosas al mismo tiempo. Aprovechas cada segundo que tienes para hacer algo: igual se están duchando y, mientras se duchan, yo estoy contestando correos o subiendo artículos a la página web.
Sí que es cierto que, durante muchos meses, me he estado quitando horas de dormir, no lo voy a negar, no voy a decir que es fácil. Compatibilizar las tres cosas no es fácil y, de hecho, tienes que ser una persona muy proactiva y muy comprometida con tu trabajo y ser súper responsable. Lo puede hacer cualquiera, pero cualquiera que realmente tenga un nivel de exigencia consigo mismo en cuanto al trabajo, porque yo me levanto por la mañana y lo primero que hago es mirar estadísticas, mirar correos y luego ya voy atendiendo a mis hijos.
Cuando me quedo sola por la mañana es cuando llevo a cabo todo el trabajo de la tienda (he tenido dos tiendas, una de puericultura y, la última, una online de calzado) y de las redes sociales. Todo lo que grabar o editar de cara tanto a mi contenido diario como al de campañas publicitarias lo intento hacer por la mañana, pero no siempre me da tiempo a terminar, así que, cuando llega la tarde, sigo compaginando todo. Mientras ellos meriendan, yo sigo haciendo varias cosas al mismo tiempo. ¿Qué ocurre? Que aún así, a veces no me da tiempo a terminar. ¿Y qué hago? Me espero más o menos a las siete y media, cuando ya dejo el móvil y me centro en que terminen de cenar, que se duchen, que se metan en la cama… y, cuando están dormidos, retomo, vuelvo a coger el ordenador y continúo.
Ha habido meses en los que me he tirado todos los días con el ordenador hasta las 2:00 de la madrugada, pero ahora he parado. He dejado de lado la tienda de calzado porque sí que es verdad que entre los niños, las redes y el embarazo, era muy difícil compaginarlo todo. Estando embarazada se me hacía ya muy cuesta arriba y tenía que parar en algo. Las redes sociales me permiten seguir trabajando desde casa, es algo más flexible, pero básicamente lo que he hecho para poder con todo esto, ha sido tratar de hacer muchas cosas al mismo tiempo y durante todo el día sin descanso, desde que me levanto hasta última hora de la noche.
Una vez que nazca tu bebé, ¿seguiréis ampliando la familia?
En principio, ahora mismo es la primera vez que me atrevo a decir que no está en nuestros planes seguir ampliando la familia. Creemos que tenemos una familia muy bonita, que consideramos que el trabajo que tenemos es más que suficiente ya y no me veo capacitada ahora mismo para tener 15 hijos. Nosotros ahora mismo sentimos que la familia ya está completa y no tenemos contemplado tener más hijos.
