Crianza

Amparo Calandín, psicóloga: “Con niños especialmente desafiantes es esencial establecer límites claros, consistentes y mantener la calma ante sus reacciones”


Hay una etapa en la que los pequeños parece que dicen que no a todo. La psicóloga aclara por qué ocurre y qué hacer cuando se presenta en niños más mayores


Amparo Calandín, psicóloga© Amparo Calandín
13 de noviembre de 2025 - 7:30 CET

La conocida como etapa del no puede ser un auténtico reto para muchas familias. Sus hijos, hasta entonces fáciles de manejar en lo que a la crianza se refiere, de repente parece que dicen que "no" a todo. ¿Por qué y cuándo ocurre esto? ¿Qué hacer en estas situaciones y cómo frenar la negociación constante? La psicóloga infanto-juvenil Amparo Calandín (www.amparocalandinpsicologos.es), miembro del Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana, aclara todas las dudas al respecto. También da pautas de actuación a las familias cuando esa etapa del no se alarga más tiempo del esperado y cuando resulta especialmente difícil de gestionar. ¿Es útil eso de ‘elegir las batallas’ que tanto se recomienda en la crianza de los hijos?

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¿Por qué algunos niños parece que dicen que no a todo?

Decir "no" forma parte del desarrollo evolutivo natural de muchos niños, especialmente entre los 2 y los 4 años. En esta etapa están descubriendo su autonomía, su identidad y los límites de su entorno. Decir "no" es una forma de explorar su poder de decisión y de afirmarse como individuos. Sin embargo, cuando este comportamiento se extiende más allá de lo esperado, es más intenso o persistente, puede indicar una dificultad en la gestión emocional o incluso estar vinculado a un patrón más desafiante, como el Trastorno Negativista Desafiante (TND).

Decir "no" es una forma de explorar su poder de decisión y de afirmarse como individuos. 

Amparo Calandín, psicóloga

¿Cómo gestionar esa situación para evitar que todo acabe siendo una especie de lucha de poder constante con los niños?

Es fundamental que los adultos no entren en luchas de poder y mantengan su rol de adultos. La clave está en mantener la calma, ser firmes, pero afectuosos, y ofrecer opciones limitadas para que el niño sienta que tiene cierta parte del control. Por ejemplo, en lugar de decir “ponte el abrigo”, podemos decir “¿quieres ponerte el abrigo rojo o el azul?”. Esto reduce la oposición porque el niño siente que participa en la decisión, sin que los adultos pierdan autoridad.

¿Es útil eso de “elegir las batallas” con los hijos y dejar que se salgan con la suya de vez en cuando?

Depende. No todas las situaciones merecen un enfrentamiento, pero tampoco es bueno que vean que tienen la autoridad; en esos casos la mejor opción sería negociarlo. Elegir las batallas implica saber cuándo es necesario ser firmes y cuándo podemos negociar sin comprometer normas importantes. Esto permite preservar la relación y enseñar a los niños que hay flexibilidad, pero también límites claros. Esta estrategia es especialmente útil con niños muy oposicionistas o con tendencia al desafío.

¿En qué consiste la conocida como “etapa del no” y por qué aparece?

La “etapa del no” suele aparecer entre los 2 y 4 años y es una fase completamente normal del desarrollo. En este periodo, los niños empiezan a afirmar su independencia y a desarrollar su propia identidad. Decir “no” es su manera de expresar que tienen voluntad. Aunque puede ser una etapa desafiante para las familias, es necesaria y transitoria en la mayoría de los casos.

© Getty Images

¿En algunos casos va más allá de esa etapa, se alarga más tiempo en la infancia? ¿Por qué?

Sí, en algunos casos, el comportamiento desafiante no se limita solo a esta etapa y persiste y es más significativo durante más tiempo. Puede deberse a varios factores: un estilo de crianza inconsistente o excesivamente permisiva, dificultades en la regulación emocional y, en concreto una baja tolerancia a la frustración, o bien, en algunos casos, puede estar relacionado con trastornos como el TND. En estos niños, la oposición no es puntual ni situacional, sino que es frecuente, intensa y repercute en distintas áreas de su vida (colegio, casa, relaciones sociales). 

¿Qué pautas de crianza seguir con niños especialmente desafiantes?

Con niños especialmente desafiantes es esencial establecer límites claros, consistentes y mantener la calma ante sus reacciones. Es importante reforzar mucho más  los comportamientos positivos que presentan (en lugar de centrarse solo en corregir los negativos), usar consecuencias proporcionales y evitar castigos excesivos que pueden aumentar la confrontación. Además, es recomendable establecer rutinas y ofrecer elecciones controladas para reducir la sensación de imposición. En casos más complejos, puede ser útil el acompañamiento psicológico para trabajar habilidades socioemocionales y de autocontrol

Niños que son desafiantes en la infancia, ¿suelen serlo también en la adolescencia?

No siempre, pero sí existe una probabilidad más alta de que los niños con patrones oposicionistas mantengan este estilo de relación con la autoridad en la adolescencia, especialmente si no se ha intervenido adecuadamente. Durante la adolescencia, el deseo de independencia se intensifica, y si no hay herramientas emocionales y comunicativas desarrolladas, el conflicto puede aumentar. Por eso es tan importante trabajar estos comportamientos desde la infancia.

Durante la adolescencia, el deseo de independencia se intensifica, y si no hay herramientas emocionales y comunicativas desarrolladas, el conflicto puede aumentar. 

Amparo Calandín, psicóloga

¿Cómo gestionar, como padres, los “no” reiterados del hijo adolescente?

En la adolescencia, los “no” están aún más ligados a la búsqueda de identidad y al deseo de diferenciación de los adultos. Para gestionarlos es importante haber construido una buena comunicación para mantener un diálogo abierto, escuchar sin juzgar, validar sus emociones y a la vez mantener normas claras y coherentes. Es fundamental evitar los extremos: ni ser excesivamente autoritaritaríos ni permisividad total. La comunicación respetuosa, el establecimiento de acuerdos y la negociación son las herramientas clave.

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