Niña con protección solar en la piscina© Getty Images/500px Plus

Salud

Exposición solar en la infancia y su relación con los tumores cutáneos en la edad adulta: ¿por qué es crucial la protección solar?

Explicamos cómo una correcta protección solar desde la niñez puede marcar la diferencia en la salud de la piel a largo plazo


15 de julio de 2025 - 7:30 CEST

La importancia de la protección de la piel del niño ante las radiaciones solares viene dada por la constatación de la relación existente entre la aparición de tumores cutáneos en la edad adulta y las radiaciones solares que se absorbieron sin la adecuada protección durante toda su infancia. El capital solar se define como la cantidad de radiaciones solares acumuladas durante la infancia y se le considera como factor principal en el origen de este problema.

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Teniendo en cuenta la vulnerabilidad del niño, la finura de su piel y las escasas defensas ante estas agresiones, diremos que los niños en edades inferiores a los seis meses, siempre deben evitar las radiaciones solares de forma directa sobre su piel. Y ya a partir de entonces, desde sus primeros meses y años, deberemos protegerlos para evitar las quemaduras solares y el acúmulo de las radiaciones en su piel.

El uso de elementos físicos, como parasoles, sombreros, gafas de sol y vestidos adecuados deben ser imprescindibles, así como los filtros solares superiores a SFP 30-40 de índice de protección. Ambas estrategias serán necesarias y eficaces para evitar el eritema solar, las quemaduras y el acúmulo de las radiaciones solares en la piel del niño.

¿Qué debemos saber sobre la protección solar a los niños?

Los protectores solares o filtros solares son substancias que en forma de gel, aceite, crema o spray y, una vez extendidas sobre la piel, la protegen de las radiaciones solares nocivas, sobre todo de las ultravioletas UVA y UVB. Los protectores solares deben aplicarse al menos 20 minutos antes de la exposición al sol y posteriormente deben renovarse periódicamente, cada hora, si se está dentro del agua y cada dos o tres horas, si se está afuera.

Está constadada la relación existente entre la aparición de tumores cutáneos en la edad adulta y las radiaciones solares que se absorbieron sin la adecuada protección durante toda su infancia

Existen tres tipos diferentes de protectores solares: los físicos, los químicos y los biológicos.

  • Los filtros físicos están formados por pantallas inertes de substancias minerales que forman un escudo protector que refleja las radiaciones e impiden su contacto con la piel. Son muy seguros y no provocan ningún tipo de reacción fotoquímica. Su tolerancia es muy alta y están indicados para la protección de pieles infantiles.
  • Los filtros químicos están formados por substancias que, al entrar en contacto con la luz solar, absorben las radiaciones solares. Tienen una estructura más ligera que los filtros físicos, su tiempo de acción es mayor, pero no son bien tolerados por pieles sensibles.
  • Los filtros orgánicos están compuestos por substancias antioxidantes que evitan y controlan la acción de los radicales libres y potencian el sistema inmunológico de la piel y se les conoce también como pantallas orgánicas.

¿Qué debemos saber sobre el protector solar?

Los protectores solares están considerados como la forma ideal de proteger toda la piel del niño de una forma integral, homogénea y duradera.

El factor de protección solar (SFP, Sun Protection Factor) nos indica y mide la eficacia de protección del producto. Su puntuación va de SFP 15 a SFP 50.  El número indica la cantidad de radiación ultravioleta necesaria para causar quemaduras solares sobre la piel con la crema protectora aplicada. Cuanto más alta es la numeración, mayor es la protección del filtro solar.

¿Cómo debe ser un buen filtro solar para niños?

  • Que proteja eficazmente la piel de la acción nociva de las radiaciones ultravioleta.
  • Que sea suave, agradable al tacto y que sea bien tolerado y no cause irritación, intolerancia o reacciones alérgicas de la piel.
  • Que  no produzca incomodidad ni sensación de cuerpo extraño sobre la piel.
  • Que resista la acción de los agentes externos el máximo tiempo posible, sobre todo del agua y del sudor, sin perder eficacia en su acción.
  • Que sea inodoro y estable.

Recientemente, la Academia Americana de Dermatología nos ha avisado que, si la capa de ozono se sigue deteriorando al ritmo que lo ha hecho hasta la fecha, las radiaciones ultravioleta UVB afectarán cada vez más a la piel y darán lugar, cada vez con más intensidad, a la aparición de tumores en la piel.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.